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American Sniper, el demonio de Ramadi

Por Felipe Restrepo

La película, dirigida por Clint Eastwood, cuenta la historia de Chris Kyle (Bradley Cooper), un miembro de la SEAL (equipo especial mar, tierra, aire del ejercito de los Estados Unidos) de origen texano, que durante las diversas incursiones del ejército estadounidense a medio oriente, se convirtió en el francotirador más letal de la historia de ese país. Su precisión con las armas llevó a que los ejércitos contrarios lo denominaran como El demonio de Ramadi.

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Clint Eastwood nos tiene acostumbrados a que en algunas de sus películas haya personajes con un fuerte sentimiento patriótico. Eso no es sorpresa y en algunos casos está bien trabajado como en Gran Torino. Pero lo que sucede con American Sniper es de un patriotismo exacerbado que roza el aburrimiento. Una película donde no hay espacio para la autocrítica y las cosas suceden porque unos son malos y otros buenos.

Cualquier espectador desprevenido puede alimentar la idea que Eastwood con su película trató de cuestionar el conflicto bélico en medio oriente. Por el contrario, el director transita por este tema para llegar a la indiscutible conclusión que Chris Kyle fue un héroe de guerra que asesinó legítimamente a cientos de personas que encarnaban el mal. Y lo refuerza claramente porque durante todo el desarrollo de la película hay constantes alusiones a los conceptos de patria, iglesia y familia. Tres términos que aunados con balas han llevado siempre a muchos crímenes e injusticias humanas.

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La conclusión que uno puede sacar de la película es simple, maniquea y direccionada: los iraquíes son incivilizados, le rezan a un dios violento y de todos hay que desconfiar porque pueden llevar una bomba; en cambio, los estadounidenses, que van a la iglesia, besan la bandera, son fuertes y aman a sus hijos, tienen la capacidad para discernir entre el lobo y la oveja y por eso pueden disparar indiscriminadamente por la espalda sin importar la edad de la víctima.

Al principio de la película, durante una clásica escena familiar (donde el padre malhumorado es el único que habla mientras los demás deben escucharlo reverencialmente), el padre de Chris hace alusión a una metáfora de cómo están divididos los hombres. En la escena el padre advierte que los hay de tres tipos: las ovejas, los lobos y los perros pastores. Estos últimos son los que deben cuidar a las ovejas de los lobos y por lo tanto están legitimados para accionar de cualquier manera, inclusive, a través de la extrema violencia. Se supone en la película, que años más tarde, esa metáfora impulsaría a Chris Kyle a enrolarse en el ejército para convertirse en un soldado, en un perro pastor.

Ese halo heroico del personaje principal se refuerza sobre el final de la película con imágenes documentalizadas de estadounidenses en las calles, enarbolando firmemente la bandera, mientras le rinden un homenaje a Chris Kyle. En ese momento es donde Clint Eastwood sentencia que El demonio de Ramadi asesinó para proteger a todas esas ovejas que fervorosamente van a la iglesia y cuidan de su familia.

Seguramente si la película no estuviera dirigida por Clint Eastwood no tendría las nominaciones que obtuvo en los Oscar. Él es un claro exponente del Modelo de Institucional hollywoodense.  Además la Academia siempre guarda un espacio para algún contenido que reivindique lo estadounidense y así permear ideológicamente otros terrenos.

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Lo de la tercera nominación seguida de Bradley Cooper ya empieza a sonar raro. No porque lo considere un pésimo actor, al contrario, su actuación es lo único que hace soportable la película; sino porque hay otros actores que sin duda deberían estar en ese listado, por ejemplo Tom Hardy por los personajes hechos en Locke o The Drop. Tengo la sensación de que a la fuerza lo han querido instaurar como el gran actor del momento. Igual que ha pasado con Ben Affleck, pero sin que éste haya estado nominado a actor principal o de reparto en los Oscar. Hay actores que simplemente acceden a estos listados por una cuestión comercial, para así convocar masivamente a las salas de cine cuando aparecen en los afiches.

American Sniper no es una gran película bélica, ni va dejar una escena y/o secuencia emblemática en la historia del cine. Lejos está de otras en las que sí se cuestionan las miserias de la guerra y que se han constituido como referentes de este gran género.  Seguramente pasará muy desapercibida en la entrega de los premios a menos que algo raro suceda.

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Es ¿difícil? analizar American Sniper desde un aspecto estrictamente cinematográfico cuando hay una carga ideológica que es claramente la que más controversia y debate está generando. Más allá de los “reclamos” que muchos le puedan hacer a Clint Eastwood por la manera en que exalta la nación y el espíritu patriótico, también hay que reconocer que a sus 84 años, este tremendo director hizo un buen trabajo, y que American Sniper entretiene y atrapa, con una narración clara que se mueve entre el presente y el pasado para abarcar lo más posible la vida de este francotirador implacable.

La vida de Chris Kyle está narrada en un libro que él mismo escribió y en ese libro se basó Eastwood para hacer este film. Al tomar su punto de vista, el director focaliza la película en él, por lo que no esperen demasiado contexto e información sobre la guerra con Irak, ni imágenes de archivo cual documental (solo al final aparecen, por otros motivos). Es una película que sigue la vida de este muchacho, desde que es un niño y su padre le enseñó a empuñar un arma, hasta que es adulto y se da cuenta que quiere servir a su país, por lo que se alista en los Navy SEAL. A partir de ahí, el film se divide entre la vida de Kyle en el campo de batalla y su vida en la ciudad, con su esposa y sus hijos.

La película tiene momentos geniales, como la escena de la tormenta de arena, y maneja la tensión de manera impecable. No faltan las escenas sangrientas y violentas (algunas demasiado explícitas e innecesarias) y un momento wtf donde aparece un bebé de plástico que francamente es imperdonable.

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La vida que Kyle (interpretado por un sólido Bradley Cooper) lleva en la guerra en contraposición a la que lleva en su casa (cuando vuelve luego de meses en el exterior) es uno de los puntos más fuertes e interesantes del film. Es claro cómo a medida que avanza la guerra, Kyle se siente más “cómodo” allí que en su propia casa, donde la paranoia y las secuelas del campo de batalla le pasan factura. Ahí juega un papel importante su mujer, interpretada por Sienna Miller, que sabe que el principal problema de su marido es no saber cuándo retirarse, cuándo abandonar la guerra para volver definitivamente a ellos, su familia.

American Sniper no es la mejor película del año pero tampoco es la peor. Tiene todos los elementos para ser una candidata al Oscar (aunque no tiene chance alguna de ganarlo) y todos los condimentos para generar polémica y discusión (¿Es un film que justifica la guerra o tiene un mensaje contra la guerra? ¿Es Kyle un héroe o simplemente un asesino?). Todo se trata de interpretaciones y lecturas sabiendo que no hay una manera correcta o incorrecta de ver las cosas.

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Felipe Restrepo

Su papá le incentivo el amor por el cine llevándolo a ver películas para mayores de 13 años cuando él aún era un niño. Productor y director audiovisual independiente.