Cannes Cine

120 battements par minute, protagonista argentino en #Cannes2017

Por Victoria Agulla Tagle

Pasan los días y 120 Battements per minute permanece en el pulso de todos los periodistas que vieron este drama en la 70 edición del Festival de Cannes.

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El llanto en la sala de conferencia fue la imagen más representativa de lo que dejó la proyección del nuevo film de Robin Campillo en la ciudad canina.

Después de dirigir Les Revenants en 2004 y Eastern Boys en 2013, el realizador frances llegó, por primera vez, a Cannes con su tercera película para participar por la Palma de Oro. 120 battements par minute retrata la atroz enfermedad que mata a millones de personas en todo el mundo: el sida.

La era del sida empezó oficialmente en 1981 cuando los Centers for Disease Control and Prevention convocaron una conferencia de prensa donde describieron cinco casos de neumonía de pacientes que, tiempo después, morirían a causa del sida. Por la aparición de unas manchas de color rosáceo en los cuerpos enfermos, la prensa comenzó a llamarla «peste rosa», atribuyéndola a los homosexuales por ser la minoría más afectada por este virus. 

120 bpm cuenta la lucha de Act Up Paris, la asociación militar creada en 1989 para luchar con el VIH. Uno de los miembros de esta ONG fue Campillo quien, desde ese momento, quiso siempre filmar una película que represente el dolor sufrido por este grupo. Al terminar de escribir el guión, el director nacido en Mohammédia (Marruecos) hace 54 años, se lo envió a Didier Lestrade. El cofundador del movimiento AUP «se quedo sin voz» por la increíble representación que hicieron los jóvenes elegidos por la productora francesa, Les Films de Pierre, para el film.

 El propio director contó en conferencia de prensa, que su idea era reconstruir la historia utilizando diálogos, decoraciones y discursos de ese momento pero adaptados al contexto actual para acercarla a la realidad.

La ONG, compuesta principal e inicialmente por homosexuales, tenía como objetivo alertar a medios, instituciones y gobernantes sobre la propagación del sida y sus métodos de control, a través de acciones públicas como poner un preservativo gigante en el obelisco de plaza Concorde, en el medio de París.

En 117 minutos de tensión, que tiene como locaciones aulas, boliches, hospitales y habitaciones, Campillo muestra el momento de auge de esta crisis social alrededor del sida.

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En este escalofriante film, la música juega un papel importante, pero las interpretaciones de Arnaud Valois, Adèle Haenel, Antoine Reinartz y Aloïse Sauvage son lo más grandioso de la obra. Sin embargo, el gran aplauso del público y la prensa se lo llevó el protagonista, el argentino Nahuel Pérez Bizcayart.

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Desafiante, exuberante y valiente es Sean Dalmazo, el personaje que encarna Nahuel. Con un rol que incluye una gran paleta de interpretaciones en cuerpo, alma y mente, Pérez Bizcayart muestra su capacidad intituiva para crear su personaje a partir del contexto, la energía y el sentimiento de la situación.

Pese a ser a proveninete de otro continente y no haber vivido esta época en Francia, al actor porteño le conmueve el tema de la salud, el sexo, las minorías y la justicia social.

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Nacido hace 31 años en la ciudad de Buenos Aires, éste artista habla francés como un parisino más. A partir de un curso acelerado, que tomó hace siete años para actuar en Au Fond du Bois de Benoit Jaquet, Nahuel ha participado en varias producciones internacionales como: El Aura de Fabián Bielinsky, La Sangre Rota de Pablo Fendrik, Je suis a toi de David Lambert, Todos estan muertos de Beatriz Sanchiz, El Futuro Perfecto de Nele Wohlatz (todavía sin estrenar).

Hoy, Nahuel Pérez Bizcayart, es tapa en todos los medios que cubren el Festival de Cannes y es uno de los candidatos a Mejor Interpretación Masculina.

 

Auspicia esta cobertura, Colegio Mark Twain.

Victoria Agulla Tagle

De sangre creativa e inquieta. Con una sensibilidad especial para la fotografía, descubre al mirar y narra al capturar. Lectora social con gran futuro periodístico.