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Looking, liberándonos de los prejuicios

Por Victoria Barberis

Looking es sin duda una de las propuestas más interesantes y arriesgadas de la midseason del 2014. Si bien el abordaje de la homosexualidad en la televisión ha ido ganando un espacio considerable, la mayoría de las producciones actuales están vinculadas a contenidos de tono humorístico e incluso absurdo. Pensemos en las actuales Modern Family (una de las que por momentos, a pesar de la comedia, se anima a la seriedad), la efímera The New Normal, o todas aquellas que hacen de la homosexualidad un condimento para el gag.

Quizás, series como Orange is the New Black o Mad Men, por mencionar algunas, sean más eficientes y complejas el relato de la homosexualidad, aunque ésta no sea su materia central. Allá por el año 2000, Queer as Folk supo sentar las bases para una invitación profunda al relato de las relaciones homosexuales, comenzando a despojarlas de tabúes. Precisamente eso es lo que busca rescatar HBO de la mano de Looking.

Esta historia narra las vivencias cotidianas de tres jóvenes en la ciudad de San Francisco, mientras experimentan los vaivenes de las relaciones amorosas, los conflictos personales y laborales, todo unido por un lazo de amistad y lealtad que es, en el fondo, lo que lleva el hilo conductor de esta serie. El drama mezclado con la comedia y las preocupaciones reales se llevan a la perfección en todas las ideas que emanan de HBO.

Patrick (Jonathan Groff), Agustín (Frankie J. Alvarez) y Dom (Murray Bartlett) serán los protagonistas de una ficción que busca ser más que una historia sobre gays. Los personajes están orientados al relato de experiencias reales y dilemas que de alguna manera, todos buscamos sortear, haciendo siempre lo mejor posible. Aun cuando la temática es novedosa y resulta intrigante desde un primer momento; lo que verdaderamente nos atrapará serán aquellas escenas en los que podamos verlos enfrentando y luchando codo a codo con las circunstancias de la vida cotidiana.

Enmarcar una serie como de temática gay parece un poco menos que simplista. Lo que Looking busca mostrar es una mirada profunda a la realidad que cualquier joven que ronda los treinta puede tener. Muchos se aventuran a describirla como una futura prima hermana de Girls: siempre buscando desmitificar los relatos que nos han contado las glamorosas series de las grandes ciudades y tratando de revelar sin reservas las situaciones que surgen en el espacio privado, sexual y emocional de los protagonistas.

Al encontrarnos con este tipo de propuestas, siempre albergamos la esperanza de contemplar un contenido limpio de clichés. O al menos, esperamos que sean pocos. Looking no es una comedia de poca monta colmada de lugares comunes; pero que los hay, los hay. Están ahí, en las escenas románticas, en algunos breves fragmentos de los diálogos, en ligeras notas de algo que ya se ha visto. Y es que en el fondo, todos nosotros somos un cliché. Todos, como Patrick, Agustín y Dom, somos nuestro propio estereotipo.

La serie creada por Michael Lannan busca apostar a la idea de visualizar y disfrutar todo tipo de historias románticas, amorosas y eróticas, sin importar la naturaleza de la orientación sexual. Claro que, estos guiones siempre encierran una trampa. Hay un vicio de hacer de las escenas de sexo explícito una constante, y esto es un recurso excelente en tanto sea utilizado con un sentido (como es el caso de Masters of Sex, por ejemplo).

Pero luego, a la luz de las mediciones de audiencias, podemos encontrarnos con una trama desvirtuada con el solo efecto de mostrar desnudos. Si Looking no cae en la tentación de hacer las cosas del modo más fácil, puede que se convierta en una gran serie de culto, que marque un momento en el desarrollo de la televisión, donde las historias de amor y amistad comenzaron a contarse con relatos democráticos, respetuosos y, lo más importante, inteligentes.

Victoria Barberis

Es periodista de profesión y escritora de corazón. Es "seriéfila" y una aficionada a las sagas. Su pluma a veces es sarcástica, pero siempre divertida.