Cine

Se nos acabó el ron, crítica de Piratas del Caribe: La venganza de Salazar

Por Germán Pérez

Jack Sparrow (Johnny Depp), Henry «el hijo de Will» Turner (Brenton Thwaites ) y una astrónoma (Kaya Scodelario), cuyo nombre se pierde por el manejo confuso de su personaje, forman una alianza para apoderarse del «Tridente de Poseidón»: liberar de la maldición del Holandés Errante a Will Turner y derrotar al temible Capitán Salazar (Javier Bardem). Si hablamos de regresos triunfales Piratas del Caribe: La venganza de Salazar resulta un retorno «de serie». La saga de aventuras de piratas vuelve en forma de sketchs con una mínima historia y personajes opacados por una mera rutina simpática.

Con un opening a gran escala, la película logra introducir al espectador en un espectáculo frenético ya característico de la saga. Utilizando el escenario de un plan de robo que no sale como se esperaba, el film recuerda por un corto tiempo la gloria que trasmitía la maldición del Perla Negra y el cofre de la muerte con las acciones torpes «ala Buster Keaton» de Jack Sparrow. El mítico pirata está de regreso 14 años desde el estreno del primer film; Ahora bien, el Jack Sparrow que conocíamos antes no es el de ahora… este Jack Sparrow se convirtió en una parodia de sí mismo: toda acción realizada por el pirata se muestra ya vista y hay que decirlo, aburrida al mejor estilo «I’m too old for this shit»-invocando un poco a Roger Murtagh de Lethal Weapon-, si fuera ése el único problema de esta película La Venganza de Salazar sería un film muy bueno con un protagonista caído por el tiempo.

Geoffrey Rush, Javier Bardem, Kevin McNally, Stephen Graham y David Wenham hacen lo que pueden con sus roles «de relleno» y digo de relleno ya que absolutamente todos ellos quedan opacados por la presencia de Depp.  Jeff Nathanson -guionista del film- se dedica a brindarle culto total al personaje principal y deja a la deriva al resto del reparto -y tenemos personajes muy interesantes en el film-. Bardem y Rush se comportan como campeones con el material brindado -que es poco y decepcionante- pero el caso de Wenham, para decir esto de una manera corta y simple, es simplemente triste. Un plus positivo de todo esto: el cameo de Paul McCartney que, si bien es innecesario, da un aire fresco en el momento justo.

La venganza de Salazar, al igual que las entregas anteriores, recurre a una cantidad considerable de efectos especiales. Efectos de CGI y prácticos van y vienen en pantalla, ya visitamos esqueletos y moluscos mutantes, ahora es el turno de los fantasmas. Estos villanos de turno resultan pobres e insuficientes a la hora de ser convincentes. Bardem brinda intensidad en su rol como Salazar es sanguinario y extremo, pero su esfuerzo resulta en vano y la presencia amenazante que se veía en los avances (en especial en la presentación de personaje) se pierde sobre los primeros minutos del film. Esta saga falla continuamente por la insistencia de recrear el mismo último acto en diferentes circunstancias y ahora sólo no resulta novedoso Jack Sparrow, sino también sus villanos.

Si hablamos de la experiencia 3d la película deja mucho que desear. Algo clásico con el 3d es la sensación de ceguera en escenas nocturnas por la opacidad de los lentes, y en La venganza de Salazar el caso se repite. La frustración de tratar de divisar lo que está pasando en varias escenas claves del film degrada cada vez más la experiencia total de la película a medida que los minutos van pasando, y sin duda estamos ante un producto que es necesario disfrutarlo en el clásico 2d.


Piratas del Caribe: La venganza de Salazar ofrece muchas resoluciones y un par de momentos que dan en el blanco (ver a Sparrow interactuando con su viejo amigo el mono o resolviendo una cierta situación con una guillotina son un par de ejemplos), pero también nos ofrece frustraciones con sus villanos, su duración y lo monótono que se siente el film en general. La venganza de Salazar es una película para tener en plan B sobre los otros films en cartelera.

 

Germán Pérez

Lector, escritor y cinéfilo. Pasa sus días en el gimnasio y viendo viejos y nuevos clásicos del cine. Fanático de Michael Mann.