Cine Mar del Plata

Unamuno cinematografiado en #MarDelPlata

Por Victoria Agulla Tagle

«Cada nuevo amigo que ganamos en la carrera de la vida nos perfecciona y enriquece más aún por lo que de nosotros mismos nos descubre, que por lo que de él mismo nos da.»

Esto decía Miguel de Unamuno, poeta, dramaturgo, novelista, filósofo y ensayista español que hoy se hizo amigo de todos los espectadores en la primera función de La Isla del Viento.

Dichosos, los periodistas del Festival de Cine de Mar del Plata fuimos los privilegiados en convertirnos en los primeros nuevos «amigos» de un Unamuno cinematografiado. Es que él fue el mejor prototipo del pensamiento filosófico-moral que alentó y patrocinó el trabajo crítico de los escritores de la Generación del 98 en España y lo mínimo que merecía era una película en su honor.

Unamuno fue un escritor de una sagacidad, agudeza e independencia poco frecuentes en la literatura hispánica, un hombre muy especial (al ser Republicano, su público sentía amor-odio) para los vascos y un profesor considerado por los españoles como uno de los mejores poetas líricos del siglo XIX. Fue hondo y fecundo, pero siempre «unamuniano», creador de un mundo poco detallista y descriptivo, hasta el uso excesivo de los puntos suspensivos son detalles únicos que radican solamente en el estilo de este novelista.

Mujeres fuertes con decisión, hombres indecisos, niños simpáticos subyugados y maestros sociales, son los personajes que Miguel de Unamuno solía mencionar en sus libros y que Manuel Menchón decidió incluir en su película. La Isla del Viento es un claro homenaje al filósofo bilbaíno que enfoca los días de destierro a causa de la dictadura de Primo de Rivera en el archipiélago paradisíaco de Fuerteventura, Canarias.

Este Unamuno (interpretado por un virtuoso y de parecidos increíbles, José Luis Gómez García) al ser perseguido por sus declaraciones opositoras al régimen militar, al rey y al sistema monárquico, comienza a encariñarse con su nuevo islote estableciendo relaciones con sus habitantes. Sus días se basan en charlar con Rodrigo Soriano -diputado español que lo acompaña-, caminar con Ramón Castañeyra -comerciante e intelectual de la isla que lo hospeda-, criticar la enseñanza católica del padre local, conocer los problemas hídricos de la isla o lidiar con Monsieur Dumay -director de “Le Quotidien” que viaja exclusivamente a Isla Canarias para fotografiar y ofrecerle al intelectual un espacio para rebatir las críticas que le hacía la dictadura-.

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Todo el mundo sabía que Unamuno estaba en esa comunidad, incluso la poetisa y sufragista argentina Delfina Molina (Ana Celentano) – con la que el escritor mantuvo una larga amistad epistolar – que llega a visitarlo de sorpresa con el fin frustrado de conquistarlo.

En el film también aparece otra personita muy especial para Unamuno: Cala, una niña muy humilde, que, a diferencia de los demás, no se basa en un personaje real sino que se trata de una licencia que se tomó Menchón para demostrar la preocupación por la educación y la cercanía con los niños que caracterizaba al erudito.

Mediante 105 minutos de proyección, con una música instrumental de fondo; un guión atrapante, repleto de sabias frases; una fotografía bellísima de exóticos paisajes de desierto rodeado de aguas turquesas; y una narración basada en la poesía unamuniana, el realismo social de la época y argumentos políticos muy poderosos, el relato biográfico sobre los históricos últimos años de Miguel de Unamuno termina siendo el film más enternecedor del festival.

*Auspició este viaje a Mar Del Plata: Clase Turista.

Victoria Agulla Tagle

De sangre creativa e inquieta. Con una sensibilidad especial para la fotografía, descubre al mirar y narra al capturar. Lectora social con gran futuro periodístico.