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En el capítulo uno conocimos su mundo, en el segundo John Wick (Keanu Reeves) mostró el profesionalismo y “sacrificio” de su trabajo y en John Wick: Parabellum las cosas se desatan, los reinos se caen y nuevos jugadores entran en escena.
Dirigida por Chad Stahelski (reconocido doble de riesgo y ahora sin duda un director competente de género), este tercer capítulo es una fiesta de armas, balas, cuchillos, perros y hasta caballos. La saga John Wick se agranda y está mejor que nunca.
Tras los sucesos acontecidos en el segundo capítulo la vida de John Wick pende de un hilo que pesa 14 millones de dólares y va en aumento. Al violar el terreno protegido y derramar sangre en The Continental (una suerte de terreno sagrado para asesinos) el legendario asesino corre por su vida acompañado de su perro para recuperar su honor y matar a todo aquel que se ponga en su camino… y cuanto más largo es el camino de John, más cuerpos se acumulan.
La acción no tiene frenos en los 131 minutos de duración. Hay enfrentamientos con todo tipo de armas de principio a fin, incluyendo una pelea de cuchillos que no sólo pone tensión sino que también no se lamenta en buscar la risa en el público. Parabellum no tiene nada de que lamentarse, ninguna acción pasa desapercibida en la película y cada nueva escena que se ofrece es una nueva forma de jugar con el estilo autoconsciente que plantea Stahelski en un mundo cuya historia trasciende – si se quiere – la pantalla grande.
Keanu Reeves nuevamente deja todo de sí en este proyecto, pero en esta serie la palabra «todo» se queda corta porque en cada nueva entrega el actor junto a todo el equipo técnico rompen la barrera de la sorpresa y demuestran que pueden innovar y sostener sus ideas, moldearlas en la forma que quieran y dejar un producto finalizado que sólo ofrece buenas cosas para todos los seguidores. Reeves comandando y sus coestrellas acompañando cambian su estilo de juego sin traicionar los inicios y códigos del mundo. A destacar: Lance Reddick nuevamente en acción y Halle Berry en un rol sumamente correcto pero breve (ella simplemente es una página de un gran capitulo).
¿Todavía no están convencidos? Hablamos de un personaje que mata a gente con un lápiz, apunta a cabezas con la pata de un caballo y remata victimas con extrema puntería. No hay que extrañarse de que toda esta serie de películas se considere una de las mejores en el género de acción ya que busca lo mejor del género en los años 80’s, lo fusiona con el estilo de los 90’s en un ambiente actual con una exquisita coreografía a cargo de Jonathan Eusebio. Estamos en una década que tiene miedo al experimentar con la acción pero no se divierte en el intento… pero Stahelski, Reeves y compañía lo hacen y transforman todo en una fiesta que el espectador no quiere que llegue a su fin. Valoración: Muy buena (y bien presente en mi lista de lo mejor del año).