Cine Mar del Plata

El peso del tiempo en el #MDQ30Fest

Por Victoria Agulla Tagle

Uno de los tantos poderes que tienen las artes es poder volver atrás. El más mágico y factible es el de la literatura que, sin necesidad de acudir a la materia histórica, puede borrar la línea del tiempo y dibujarla a su manera. Pero también está el arte plástico que depende 100% de la memoria y la experiencia del pintor.

Sin embargo, el séptimo arte es, por excelencia, el más figurativo y explícito si de narración se trata. Lamentablemente (o no), una imagen vale más que mil palabras. La gente necesita ver para creer. Para esto, se precisan archivos o recreaciones. ¿Y quién mejor que el genio cinematográfico para hacerlo?

En este segundo día de proyecciones argentinas en el Festival de Cine de Mar del Plata abundan las nociones alrededor del tiempo. Mecánica Popular por un lado y La Luz Incidente, por otro.

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La primera se basa en una construcción temporal doble, donde el día y la noche se entremezclan y complementan como una ensoñación, su antes y su después, por momentos poco real y por otros muy ciertos. Pocos directores son capaces de generar tanto clima alrededor de un ambiente editorial. Tenía que ser el súper premiado Alejandro Agresti quien, tras filmar en Hollywood, volvió al país para hacer una película bien argenta con esa gracia e intensidad argentinas que tanto hacían falta. Con poco elementos, el director porteño alcanza a abarcar la lógica de la literatura, el sentido de la vida y lo absurdo que puede llegar a ser un escritor.

Mecánica Popular relata un día/noche en la semana de Mario Zavadikner (representado por el extraordinario y-últimamente- repulsivo Alejandro Awada), un editor de primera línea de filosofía, historia y psicoanálisis que siente que ya publicó todo lo que tenía que publicar y vendió todo lo que debía vender; ya está hecho y no tiene nada más por perder en la vida, por eso delega todo a su editor general (Diego Peretti) y al resto de sus empleados.

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Sin embargo, una noche, Silvia, una joven escritora anhelante de llegar a las masas lectoras (interpretada por la brasileña-argentina Marina Glezer), irrumpe en la editorial obligándolo con amenazas de muerte a que lea su ensayo.

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Entre los dos se desata una fábula de frases épicas, ecos literarios, relatos personales y ansias carnales que traen al presente a otra la relación con otra novelista frustrada (Romina Ricci, en un alto grado de nerviosismo, a lo Erica Rivas). Pero la clave es el guardia chileno (en cuerpo y alma de Patricio Contreras) quien actúa de árbitro, abriendo el juego al lector o al consumidor desde otra clase social y unificando las dimensiones temporales que tanto confunden y atrapan al espectador.

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Por otro lado, La luz incidente, de Ariel Rotter es una coproducción argentina uruguaya y francesa cuyo relato sobre la oscuridad de las pérdidas y el miedo a la soledad tienen como centro a la reciente viuda Luisa (una Erica Rivas en un plano sensible y triste nunca antes visto).

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Ambientada en los años 60′, esta sensible historia trata sobre esa circunstancial luz que puede aparecer en las penumbras humanas. Con una fotografía B&N suave, el director bonaerense anatomiza y analiza ese instante de tristeza como si fuera un eterno y ceniciento luto, en el que el lugar de confort ya no es seguro y sólo queda apostar por el cambio entregándose al amor de otra persona.

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Los signos de la ausencia en la vida de Luisa son la trama de La Luz Incidente: la muerte accidental de su marido la dejó a cargo de dos niñas que todavía no saben ni hablar. A partir de una historia familiar suya, Rotter busca transmitir esa intimidad de una nueva relación en los procesos de duelo ante una gran pérdida sentimental. Con paneos de cámara pausados, este relato logra reconstruir un misterioso mundo familiar que oscila entre la dimensión de lo ocurrido y la incógnita de lo nuevo.

Con un vaivén entre el tiempo pasado, el presente y el futuro mediado con sensatez y tomado con sentimientos personales, este drama encuentra un punto de fuga para poner en perspectiva una época lejana en la cual la mujer tenía que terminar rindiendose a los brazos del hombre y una situación periódica de pérdidas que llena de dolor a la mayoría de las familias.

*Auspició este viaje a Mar Del Plata, Clase Turista.

Victoria Agulla Tagle

De sangre creativa e inquieta. Con una sensibilidad especial para la fotografía, descubre al mirar y narra al capturar. Lectora social con gran futuro periodístico.