Cine

Juguemos a hacer un giallo: Crítica a Abrakadabra

Por Santiago González

El giallo es un sub-género que comenzó su vida en el cine italiano a comienzos de los sesenta con La chica que sabía demasiado (1962) del director Mario Bava. A comienzos de los setenta llegaría su popularidad gracias a Dario Argento y su opera prima, El pájaro de las plumas de cristal. De ahí el giallo tendría su época de oro y después iría desapareciendo, no del todo, hasta convertirse en una sombra, como esas que pululan en estas historias llenas de locos y asesinos.

¿Qué distingue al giallo del resto de los sub-géneros? Su aspecto visual, son películas que son hermosas de ver. Su sexualidad libre, los personajes lo viven sin problemas. Sus escenas de suspenso, que son pruebas de tener artesanos inteligentes detrás de cámara. Y sobre todo sus extrañas tramas que muchas veces dejan, a propósito, miles de cabos sueltos. Al punto de que se les critica que muchas veces no tienen sentidos o que tiene agujeros de guion grandes como un queso. Son también hijas de su época y por eso en cierto sentido son irreproducibles.

Toda esta introducción es necesaria para entender un poco a Abrakadabra, el nuevo trabajo de los hermanos Luciano y Nicolás Onetti, que, no se confundan, son argentinos. A pesar de estar hablada en italiano y que su estética remita a  una estética más bien asociada al  v.h.s, lo cierto es que la película es cien por ciento nacional, parte de la trilogía giallo comenzada con la experimental Sonno profondo y Francesca.

La historia no es tan simple como parece. Dante el mago muere en medio de uno de sus espectáculos. Treinta y cinco años después su hijo (German Baudino), también mago se convertirá en protagonista de una trama llena de extraños asesinatos.

No hay mucho que criticarle a esta nueva propuesta de los Onetti porque lo que buscan lo consiguen. Si, parece un giallo de principios de los setenta, si los actores hasta parecen de aquella época y los directores siguen a raja tabla los mandamientos de este sub-genero. Tantos cinéfilos como fans van a disfrutar de cada plano de Abrakadabra porque esta cuidado cada detalle de la puesta en escena y porque se nota que los que están detrás de cámara se criaron con este tipo de películas. E incluso sirve como introducción para los que nunca vieron un exponente de este sub-género y hasta es un caso más de como en el cine fantástico nacional no paran de salir ejemplos de películas arriesgadas.

Pero también en el fondo no pasa de ser algo de nicho Abrakadabra, que si es simpático y se agradece pero los Onetti son mucho más talentosos. Y el ver como se copia en un momento queda en eso una copia. Para peor si se tiene la mala suerte de ver otro giallo después de este, hay muchas chances de que uno se sienta decepcionado con el trabajo de este dúo. La película no entra en los mejores, ni tampoco es demasiada interesante, es un giallo del montón, pero es argentino. Valoración: Buena

Santiago González

Estudiante de Artes Combinadas de la UBA y Crítica en el UNA. Le gusta escribir y ver películas la mayor parte del tiempo. Es fanático del cine de terror.