Cine

The Wolverine, una pequeña película para el género de superhéroe

Por Milly Sur Bianchiman

La última película de Hugh Jackman es la prueba de que es posible hacer una película de superhéroes, basada en cómics, que no incluya una destrucción masiva del planeta y que resulte un producto decente. The Wolverine (Wolverine: Inmortal) es un relato muy personal e íntimo sobre Logan, uno de los X-Men que se autoexilio luego de tener que matar al amor de su vida, Jean Grey (Famke Janssen) en X-Men: The Last Stand.

Al mismo tiempo que Jean lo atormenta en sus sueños y pesadillas con tener que poner un fin a su vida para descansar y así acompañarla, un ex soldado, ahora empresario, Yashida, un personaje del pasado de Logan, en su lecho de muerte, le quiere obsequiar la mortalidad como pago por haberle salvado la vida durante la Segunda Guerra Mundial, justo cuando la bomba caía en Nagasaki, Japón.

Tras negarse a la oferta, Yashida fallece, y Logan se hace cargo de la vida de su nieta Mariko (Tao Okamoto), que es amenazada por los Yakuza. La mejor amiga de Mariko, Yukio (Rila Fukushima), se convierte en la mejor aliada de Logan en su travesía por Japón, que es intrascendente para su historia.

El director James Mangold (Inocencia Interrumpida, 3:10 a Yuma) pretende meterse en la cabeza de Logan y aprovechar las fuentes de su ira,  capturando las cualidades salvajes y guerreras de Wolverine. También contrasta eficazmente la ultra-modernidad de Japón con sus antiguos códigos de honor. Mangold es más conocido por el drama que por la acción, y eso en esta película se convierte en sus puntos fuertes, aunque requiera de decisiones para nada loables.

Esta es obviamente un película de y para Hugh Jackman, porque nadie a su lado puede eclipsar más que él; y no nos referimos a cuántos músculos ha desarrollado para el papel, sino porque realmente tiene carisma y calidad de actor. A veces, un proyecto humilde es el camino correcto  a seguir y las habilidades de Jackman se adaptan perfectamente para una película que requiere meramente de actuación para acompañar las escenas de acción y a falta de efectos especiales innecesarios. Pero así como la actuación en este spin-off es necesaria, muchos personajes dentro The Wolverine no lo son. La película de Mangold decide indagar en los pasados de varios de ellos en vez de focalizarse en un par, además de Logan.

Se siente como si The Wolverine estuviese destinada a ser solo una especie de portal que sirve para unir las películas anteriores de X-Men, el nuevo capítulo que se abrió con X-Men: First Class y lo que está por suceder en X-Men: Days of Future Past. El título de la misma lo dice todo, y sino me creen, esperen para ver la escena final post títulos, orgásmica para los fanáticos de los mutantes. Puede convertirse en la (única) razón por la cuál valió la pena ver The Wolverine, una película pequeña para el género de superhéroes, con acción intermitente, anclada emocionalmente por una gran actuación de Hugh Jackman, quien encarna a Logan/Wolverine como nadie más podría.

Milly Sur Bianchiman

Cinéfila. Cómic fan. Amante y defensora del hábito de leer y los animales. Detallista a ultranza. Apasionada de los recovecos del séptimo arte.