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Touch: el destino matemático de Kiefer Sutherland

Por Milly Sur Bianchiman

“Hay un antiguo mito chino sobre el hilo rojo del destino. Dice que los dioses han atado un hilo rojo alrededor de cada uno de nuestros tobillos y lo han unido a todas las personas cuyas vidas estamos destinados a tocar. Este hilo se puede estirar o enredar, pero nunca se romperá. Todo está predeterminado por probabilidades matemáticas, y es mi trabajo vigilar esos números, para hacer las conexiones por los que necesitan encontrarse… aquéllos cuyas vidas necesitan tocar.” Jake Bohm

En esencia, estas líneas recitadas como introducción  por el pequeño Jake, protagonista de la nueva serie de Fox, Touch, es lo que resume la misión de vida que tiene un nene de 11 años, autista, que nunca pudo conectarse emocionalmente o verbalmente con su viudo padre, Martin (Kiefer Sutherland), un exitoso ex periodista que no encuentra su rumbo en la vida y que no sabe cómo manejar a su hijo desde la muerte de su esposa, en el atentado del 11 de septiembre.

La serie comienza cuando el personaje de Sutherland, presionado y obligado por el sistema a darle mejores cualidades de vida a su hijo, se da cuenta que Jake ha estado tratando de conectarse con él y con el mundo mediante una serie de números que escribe una y otra vez, a medida que el curso de la vida avanza. La serie de números resulta ser la conexión entre diferentes personajes que se ven afectados y movilizados por acciones que modifican su vida para bien.

El Hilo de la Vida

Auxiliada por la sucesión de Fibonacci, la serie se desprende de la ley china del hilo rojo, que dice que estamos atados a ciertas personas desde nuestro nacimiento y el lazo que nos conectará en algún punto de nuestras vidas, es irrompible.

Narrada de forma coral, como las películas Babel, 21 Gramos o Crash, Touch se diferencia en que Jake es consciente del poder que tiene para modificar, evitar o ayudar al destino de las personas que están interconectadas, siendo la constante de las historias junto a su padre.

Ni tan compleja como Lost, ni tan histriónica como Héroes, Touch logra resumir con muy buen ritmo los desenlaces de varios personajes y unificarlos, sin excederse en la información (al menos por ahora). Además de Jake y Martin, existen dos personajes que justifican su presencia como sostén emocional y racional al personaje vulnerable de Kiefer. Por un lado, está Danny Glover como el profesor Arthur Dewitt, quien le explica a Martin y  a nosotros, cómo se desenvuelve la sucesión de Fibonacci en el universo, y cómo es que Jake posee la capacidad para comprenderla. Por otro lado tenemos a la asistente social Clea Hopkins (Gugu Mbatha-Raw), quien cree que la vida que le da su padre a Jake no es la mejor, pero tarde o temprano, ella es víctima del poder que éste tiene, por lo que su visión de los supuestos problemas se verá afectada.

Touch, creada por Tim Kring también responsable de la extinta Héroes, posee en los pocos episodios emitidos hasta la fecha, la formula necesaria para convertirse en una de las series sobresalientes del 2012, que no exagera con el sentimentalismo lacrimógeno, la complejidad o el misterio. Kiefer Sutherland no es nada menos que eficiente y convincente como Martin Bohm, pero David Mazouz como Jake, con su corta edad, sorprende y conmueve, convirtiéndose en una promesa del mañana.

Milly Sur Bianchiman

Cinéfila. Cómic fan. Amante y defensora del hábito de leer y los animales. Detallista a ultranza. Apasionada de los recovecos del séptimo arte.