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Un drama cautivante: I know this much is true

Por María Rosa Beltramo

Son seis episodios de un drama que no da respiro y que, además, es capaz de sorprender aquí y allá con algún giro imprevisto. La historia es la que pensó Wally Lambs para un libro que se convirtió en best seller gracias a que Oprah Winfrey lo recomedó en televisión. Y ya se sabe lo que significa el espaldarazo de alguien  que tiene el club de admiradores más nutrido de norteamérica. Hablando de fans, esta es una serie que no pueden perderse los seguidores de Mark Ruffalo, un actor sólido y respetable que acá se preparó para hacer méritos  y consiguió brillar por partida doble.

Es que le tocó en suerte interpretar a los gemelos Dominick y Thomas Birdsey  y se dio el gusto de ofrecer una clase magistral de actuación para dejar en claro que es capaz de transformarse  y convencernos de que los dos cuarentones que comparten pantalla son dos seres perfectamente diferenciados, con apenas un cierto parecido físico.

Y lo de apenas es porque Ruffalo trabajó a conciencia cada detalle para que veamos a un Dominick asumiendo la condición de padre, hermano y cuidador de Thomas, un esquizofrénico paranoide con algunas lagunas de triste normalidad. I Know …va de la niñez  problemática de los gemelos a una madurez cargada de dificultades y con la enfermedad que, al principio, sólo se insinuaba asumiendo el centro del conflicto.

Pero el drama arranca en la infancia, con un padrastro violento y una madre enferma que, desde el comienzo, instala en el espectador el temor de su inminente partida y de la orfandad de esos chicos, menos preparados que cualquiera para un futuro que pinta oscurísimo.

La historia va y viene hacia distintas etapas de la vida de los hermanos en la segunda mitad del siglo XX. El intento de establecer paralelismos entre la existencia de los Birdsey y ciertos aspectos de la vida estadounidense es quizás la cuestión más débil  porque la mayoría de los espectadores queda prendado de la historia personal de Dominick y Thomas y eventualmente le presta atención a algunos episodios que ofician de telón de fondo.

El título es una referencia al estribillo de una canción pop de los años 80 llamada ‘True’ de la banda Spandau Ballet. Los seis episodios fueron difundidos por HBO y están disponibles en Flow. La dirección es de Derek Cianfrance (‘Blue Valentine’) y, en el caso de esta producción, hay que darles el crédito que se merecen a los editores.

Se trata de Ron Patane, Jim Helton, Malcom Jamieson y Dean Palisc quienes emplearon toda su sabiduría para complementar de la mejor manera el talento de Mark Ruffalo. Los editores se las arreglaron para que el actor apareciera en la misma escena totalmente distinto.

Para ello, Ruffalo se tomó meses entre toma y toma. Es que Thomas, el esquizofrénico, tiene varios kilos de más, el pelo cano y la mirada perdida. Dominick comparte con su gemelo la tristeza, pero ahí se acaban las similitudes. Es bastante más delgado y tiene el cabello todavía oscuro. Los anteojos y la calidad interpretativa hacen el resto para que cualquiera se anime a pensar que, después de todo, no son tan parecidos.

En el elenco están Archie PanjabiJuliette LewisBruce GreenwoodImogen PootsPhilip EttingerMelissa Leo y John Procaccino, entre otros. Las actuaciones son parejas y creíbles, a tono con la profundidad de la historia pero la serie ha sido pensada para el lucimiento de su protagonista y seguramente quedará como uno de los segmentos mas destacados del curriculum de Mark Ruffalo.

María Rosa Beltramo

Periodista, trabajo en Cadena 3 y escribo un blog que se llama "Maravillas de este siglo".