Cine

50/50: Un gracioso camino a la salud

Por Milly Sur Bianchiman

Muchas veces somos escépticos a las películas cuyo tema principal es el cáncer, pero en 50/50, Jonathan Livine, su director, encuentra un nicho único basándose en la experiencia del guionista Will Raiser, quien le da el enfoque particular, tratando al cáncer y a la experiencia de vida no como una tragedia, sino como una comedia.

En el balance está la clave. Mucho humor y los personajes se pierden. Poco humor, mucho drama y la película se transforma en My Sister’s Keeper 2. Pero esto no fue un problema para Livine y Raiser, que  evitan la manipulación emocional de tantas otras películas con esta enfermedad.

La vida de Adam (Joseph Gordon-Levitt), con 27 años, da un giro tremendo cuando se entera de que tiene un tumor maligno poco común, potencialmente mortal en la columna vertebral, y como si esto no fuera mala suerte, su médico, carece de todo tacto profesional para transmitir la noticia.

Sus posibilidades de supervivencia se resumen en el título de la película: 50/50.

Pero él todavía no ha lidiado con lo peor… Su asfixiante madre (Angelica Huston), acompañada por el papá de Adam quien tiene alzheimer, quiere mudarse con él y su egocéntrica novia (Bryce Dallas Howard), quien muy lejos de sentir cariño por él, no puede lidiar con la enfermedad, y lo usa como justificación para sus malas acciones. Solo su mejor amigo Kyle (Seth Rogen) es el único incondicional apoyo de Adam en sus peores momentos. También es ese amigo quien no quiere dejar pasar la oportunidad del cáncer como una excusa para conocer nuevas chicas, y por qué no, un motivo para tener sexo.

En el camino a su recuperación, Adam se topa con nuevos amigos: Alan (Philip Baker Hall) y Mitch (Matt Frewer), así como la nerviosa y linda terapeuta de 24 años, Katherine (Anna Kendrick), cuya falta de experiencia le lleva a tomar un interés más que profesional por Adam.

50/50 no está exenta de ningún cliché, pero lo que la diferencia es que tiene sentido del humor, riéndose de y con la vida, sin dejar de ser sincera. El trabajo de Levine es saber cuándo provocar carcajadas y cuando parar la mano para darse cuenta que el asunto es más serio de lo que creemos. Sin duda, algunos llorarán y otros no podrán dejar de reír.

Las actuaciones no son ningún por menor. Joseph Gordon-Levitt (The Dark Knight, Inception, 500 Days with Summer) es impresionante como un paciente de cáncer, que se compromete con la pantalla y con acarrear la enfermedad muy fidedignamente. ¿Existe algo que Joseph no pueda hacer? Con 50/50 afirma lo que ya sabíamos: es un actor todo terreno, que no le dice que no a nada. Seth Rogen quiere dejar de ser solo el actor de comedia, para demostrar que también puede emocionar, y su jugada es súper creíble. Sin dejar de ser el protagonista con las líneas más hilarantes de la película, Rogen muestra una profundidad y una afabilidad por el drama que no se había visto hasta el momento. Anna Kendrick, mejor recordada por Up In The Air que por Twilight, juega a ser una inocente psicóloga, agradable por su nerviosismo y torpeza profesional, que irradia dulzura y que genera una muy buena química junto a Joseph.

Evitando el sentimentalismo cursi y el sarcasmo, la historia es sincera, afectando profundamente al espectador con un guión muy inteligente, que demuestra que la tragedia, las emociones verdaderas y el humor pueden coexistir en una película que trata de acercarse a la realidad. 50/50 explica porque mezclar el cáncer con la comedia no es una falta de respeto. El guionista Will Raiser y el director, Jonathan Livine, entienden que hay solo dos caminos para enfrentar una enfermedad mortal: reírte o llorar. 

Milly Sur Bianchiman

Cinéfila. Cómic fan. Amante y defensora del hábito de leer y los animales. Detallista a ultranza. Apasionada de los recovecos del séptimo arte.