Cine Entrevistas

Apuntes al margen: Conversación con la actriz mexicana Iazua Larios

Por Alejandro Cárdenas

“Debes buscar la paz entre tu mente y tu corazón, OldShatterhand”, dice con voz reflexiva el joven apache a un hombre que más que escuchar, cavila. Luego de la honda frase se escucha un “¡Schnitt!” en lengua alemana seguido de un “Cut” en inglés y un “Rez” croata. Entonces empieza la desbandada, la escena ha terminado de filmarse, las majestuosas montañas de Bresse, campiña croata, sirven de escenario a la filmación de Winnetou, western alemán basado en los libros escritos por Karl May en el siglo XIX y que, hasta la fecha, sigue siendo leído y releído con gran interés en el país teutón.

La actriz mexicana Iazua Larios interpreta a Nscho Tschi, co-protagonista del film con diálogos en lengua germana y Lakota. Camina parsimoniosamente rumbo a su camerino mientras rememora las líneas por venir. Una vez allí, desviste su pesado atuendo apache, enjuaga sus manos cansadas de estirar las riendas de un caballo color carmín y, acto seguido, abraza a su pequeño hijo ansioso por empezar a lactar.

Congenias el papel de actriz mientras eres madre de un pequeño bebé de casi un año, ¿te es difícil?

Como toda madre y padre saben, sí es difícil ya que criar a un bebé menor de un año requiere tiempo, energía, absoluta dedicación y empatar esto con el trabajo es algo complicado. Afortunadamente en este trabajo artístico existen también algunas casas productoras o compañías de teatro que permiten que esto suceda, que la maternidad no tenga que estar peleada con el trabajo y que una madre no tenga que vivir aislada del mundo laboral, hacer su vida, cumplir con su rol de madre y realizarse como persona. En mi particular caso ayuda mucho también el apoyo del  padre de mi hijo, como debe ser.

La Productora con la que actualmente trabajo es muy flexible y una puede notar que la mayoría del equipo comprende lo que significa ser padre de familia, estar separado de tus hijos como también entienden la gran oportunidad de congeniar ambas cosas.

Hay en este tema aún mucho por hacer, mucho por explorar. Disfrutar el rol de madre con el de mujer trabajadora debería ser una realidad más simple y no tan complicada como luce actualmente y en esto las regulaciones laborales, las leyes, quienes las crean y hacen cumplir deben, deberían jugar un rol más claro: No es posible que en una madre pueda estar sólo un par de meses con un hijo recién nacido, ni qué hablar de que un padre no tenga el mismo rol de cuidado de un hijo o hija.

12213977_10153194528412322_257285780_o

A mitad de la selva veracruzana, en medio de la reserva natural de Los Tuxtlas, cercano al lago de Catemaco, se construyó el plató más grande del que se tenga memoria en la región jarocha. Allí se recreó el mundo Maya de hace más de 500 años. Pirámides, edificaciones de época, escenarios apocalípticos, lenguajes autóctonos; el potosí de Fidel Herrera, entonces gobernador del Estado, al servicio del Hollywood de las cámaras, vestuarios, maquillajes, prensa y camerinos por doquier.

Iazua camina como sorprendida. Éste es su primer gran papel en cine (previo había rodado el corto Máquina del español Gabo Ibañez) pero no es lo fastuoso del proyecto lo que le impresiona, sino la envergadura de la historia en sí. Viste como una flor, como una flor del cielo. Interpreta la inocencia de SkyFlower en el film Apocalypto de Mel Gibson quien, previo un “good morning”, se apresura a darle indicaciones sobre la escena por venir. Epopeya de persecución y exterminio maya, Gibson, fiel a su estilo, intenta plasmar en la pantalla el ocaso de una cultura que no fue tan poética como la queremos imaginar, ni tan cruenta como la quizo plasmar. Sintomático, esos otros tiempos desembocaron, quizá, en los hechos de ese año de filmación: el EZLN se embarcaba en La Otra Campaña, afrenta directa a la nomenclatura nacional, al Poder en sí,  lo que devino en una mayor persecución, no tan sangrienta como la que se filmaba entonces en Veracruz, pero sí igual de desbordada, llena de atropello y tiranía.

Sin pensar en paralelismos Iazua alista su puesta a cuadro.

Unos proponen, otros disponen, Iazua se prepara para el “Acción”.

Interpretas el papel de una chamana apache en la producción alemana Winnetou. Ahora mismo TVE España proyecta Carlos, Rey Emperador donde apareces como La Malinche. Antes fuiste SkyFlower en Apocalypto de Mel Gibson; tal parece que interpretar mujeres indígenas te va bien, ¿cuál es tu visión sobre estos roles y el hecho de ser mujer e indígena en México?

 SkyFlower, quien vive en una pequeña comunidad selvática, significa el contacto con la naturaleza, el reflejo de los mayas y su conexión con el cielo y la tierra. Es una lástima que actualmente pareciera que el empuje de la modernidad, o lo que entendemos por modernidad, orille a las comunidades originales a olvidarse de ello. Tenemos a la población indígena demeritada, al margen, en lugar de ser nuestro principal tesoro. No hay una estructura social que sustente esta riqueza ancestral. Culturas vivas que queremos mantener en los museos. En nuestro sistema escolar sería bueno empezar la enseñanza, generalizada, de una lengua indígena -además del inglés que ya es común-, como una forma de valorar nuestras raíces, de intentar atenderlas y comprenderlas, acercarnos más a ellas.

 La Malinche, personaje de la serie de carácter histórico de TVE, me ha enriquecido bastante ya que para interpretarlo me vi en la necesidad de explorar a fondo los baúles, casi sellados, de la historia mexicana. Habríamos de redimencionar a La Malinche, meternos en su piel, en su época, en el tiempo que le tocó vivir. Imaginemos primero la llegada de los conquistadores; hombres barbados y a caballo -desconocido en ese entonces en América-; ¡debió haber sido como si hoy día llegaran miles de extraterrestres con tecnologías y fisionomías únicas! Luego a ello añadámosle que La Malinche era una simple esclava que fue regalada por un cacique a Hernán Cortés, quien de nuevo la hizo esclava hasta que descubrieron sus dotes con las lenguas. Fue allí donde empezó la leyenda de La Malinche quien tuvo Poder al ser la transmisora de órdenes, ideas y encargos de los conquistadores. Así que está idea de traición a México es algo absurda; preguntémonos también, ¿qué exactamente era México en ese entonces? Nada más que un grupo de tribus dispersas y en guerra continua por territorio y poder. Fue eso lo que jugó contra el imperio azteca, su historia de tiranía y conquista hacia pueblos vecinos. Cortés la tuvo fácil así. Históricamente son hechos que estaría bien estudiar más a fondo para poder comprender así las históricas relaciones entre México y España, porque aunque esta serie de TVE habla de estos hechos, habría que situarla también como una serie ficcionada en donde se le da más fuerza a la relación amorosa entre Cortés y La Malinche en detrimento de la relación de poder, histórica y política, que jugó La Malinche en aquellos tiempos.

 La chamana apache Nscho Tschi tiene conexión entre el mundo terrenal y el de los espíritus; representa a una mujer salvaje en estado de libertad total que utiliza su sabiduría para defender y ayudar a su comunidad. La ficción cuenta que su meta es hacer perdurar la sangre y visión apache dentro del mundo por venir, el mundo blanco. Aunque no lo diga expresamente así el guión, ésta es mi interpretación, bajo las líneas, ésta es mi lectura. Entonces ella juega un papel importante a la hora de hacer una fusión entre el mundo apache nativo y el nuevo mundo comandado por hombres blancos, historia no tan alejada a lo que se sigue viviendo en los encuentros de pueblos originales y lo que denominamos modernidad, civilización, y demás adjetivos que las más de las veces solo sirven de disfraz a la invasión de terrenos y riquezas naturales pertenecientes a los pueblos originales.

 En general, a grandes rasgos, la historia que filmo actualmente, Winnetou, es la historia de la ambición exacerbada por dinero, por bienes materiales, las obsesiones y la falta de sentimiento de comunidad de Occidente frente a un mundo espiritual y de apego a la naturaleza como lo es, en esta historia, el mundo apache quienes creen en un ser -o unos seres-, mucho más grandes que ellos a los cuales les deben respeto y gratitud.

Estos tres personajes rebelan también a una minoría muy pisoteada: ser mujer y ser indígena significa, por desgracia, ocupar uno de los escalafones más bajos dentro de la pirámide social.

12214242_10153194528567322_1761039014_o (1)

Sobre una pared improvisada descansan daguerrotipos de barbados hombres antiguos, apaches de mirada furtiva y mujeres de rostros sin sombras. Bosquejos a lápiz, recortes de libros, impresiones de fotos. Colores carmín y ocre sobre rostros morenos. Recrear el ambiente de aquel entonces resulta una odisea no sólo para ‘los/as de Vestuario’, sino también para quienes sobre el lienzo de la tez dibujan una historia que quizá nunca existió. Mientras Iazua descansa sus brazos por sobre el sillón donde habrán de caracterizarla como Nscho Tschi, “Eeva”, la maquillista, nos cuenta hazañas de otros ayeres; excampeona europea de nado estilo mariposa nos dice que en la vida hay que rehacerse continuamente, sin descanso, sin tiempo a pensar ni meditar el pasado. “Después de la natación quería dedicarme a las artes; esto es lo más cercano que encontré”. 

Mirando hacia atrás, uno puede ver tu carrera forjada al margen de lo común: contrario a los habitual no caminas al cobijo de las dos grandes televisoras mexicanas, ¿significa ello ir a contracorriente, cuesta arriba todo el tiempo?

Sí, el trabajo del actor, de la actriz, al empezar desde cero sin ayuda de «palancas» significa un constante camino cuestarriba.  Ya lo dicen las estadísticas, uno de los trabajos menos valorados y más difíciles es el del actor/actriz. Sin embargo no me puedo quejar: todos estos avatares a la hora de ser actriz, de emprender proyectos de cine o teatro, ésto es mi camino y es lo que me da posibilidades de interpretar diversos papeles, distintos tipos de vista sobre la vida misma.

En la parte de teatro, en México, me ha costado comprender a algunas compañías por lo que, como otros y otras muchas más, intentamos crear un movimiento alternativo a lo establecido, al status quo. En el mundo del cine he dado muchos saltos; cosas convencionales a cine experimental. Tengo la fortuna de haber encontrado algunos proyectos fuera del país lo que me da una mejor perspectiva sobre lo que hay que valorar de la industria nacional y lo que aún nos falta por recorrer.

Haces teatro con objetos, ¿qué tanto de esa vida se refleja en cine?

Pienso que toda experiencia que una posea ayuda a enriquecer cualquier papel que se desee plasmar en cine. En ese sentido, la presencia de los objetos es muy valiosa; me ha dado la capacidad de entender las cosas no como unidimensionales sino aprender a ver las variantes de un mismo objeto, persona, argumento: sus diferentes interpretaciones.

12218146_10153194528542322_1118761981_o

En el Barrio La Latina, en una de esas tantas callejuelas que en invierno parecen olvidadas, descansa lúgubre una estatua que mira hacia una pared llena de grafitis. Una placa que se confunde con el olvido narra que allí se erige homenaje al cantautor mexicano Agustín Lara, creador de las más bellas letras y boleros sobre regiones de España que él no conoció sino hasta mucho tiempo después de imaginarlas y cantarlas. Mientras camina por esos lares Iazua tararea Madrid del trovador veracruzano. Entonces piensa en México, piensa en España y aprovecha para hacer un recuento de su paso por este país: Lavó cientos de grasientos platos en un restaurante de chinos, sobre el suelo derramó litros de aceite comestible después de una agónica jornada de trabajo en un tailandés, atendió decenas de señoras en una boutique de lujo a sabiendas que lo que vendía era fayuca china, cuidó niños, bañó perros, repartió flyers, vendió boletos en taquilla con un dejo de esquivez mientras a veces, cuando el cansancio y la ilusión se lo permitían, hizo teatro con las manos, sombras con los sueños, ilusión con el mañana. Allí, junto a una fuente en verano, actuaba para niños con una música acorde que le hacía soñar con un mejor mañana. Hoy que La Malinche aparece en las noches de lunes de TVE, una sonrisa dibuja su rostro. Entonces vuelve a ilusionarse, vuelve a tararear Madrid y piensa que sí, que aún faltan muchos Agustines Lara que sueñen Granada, Barcelona o Sevilla mientras están en las calles de Monterrey, Puebla o D.F.

En España se conoce algo de cine mexicano, ¿cómo ves tú la movida actual de cine de México?

Hay de todo. Cada año se dice que se están haciendo buenas cosas y en realidad creo que sí, creo que hay gran talento en el mundo del cine en México, tanto en ficción como en el mundo de los documentales y ello se debe a que hay muchas historias que contar. Somos una nación que le urge contarse y ser contada y el cine da esa posibilidad de gritar al mundo ‘aquí estamos’. Hay urgencia de filmar. Debe de haber un montón de directores con sus maravillosos guiones bajo el brazo esperando la oportunidad de salir a palestra. En un país como el que actualmente tenemos debemos privilegiar los proyectos con temática social; es nuestra memoria histórica, nuestro tiempo presente, es una manera de reencontrarnos, de volver a vernos, de no olvidarnos y de que se genere un archivo para las generaciones venideras. De allí la importancia del cine social y el del documental en sí.

Yo me siento muy vinculada a nuestro país. Luego de regresar a él, uno lo ama más. Entiendo hoy mejor lo que es ser extranjero y lo exquisito que significa volver a tu país, pero al mismo tiempo el verlo desde fuera te da la posibilidad de mirar sin tanta ceguera las tremendas realidades que vivimos: México, en nuestros días, gracias a quienes detentan el poder, es una barbarie y por ello el papel del actor como ente social es una necesidad.

 Las artes, el cine y el teatro en particular, pueden jugar un gran papel al intentar paliar tanta violencia de nuestro país. Me da la impresión de que estas ramas se tratan de inclusión. El teatro, por ejemplo, es una excelente herramienta con la que una puede introducirse en pequeñas comunidades, hablar con la gente, palpar el México de verdad; hacer talleres de arte, desde abajo, de una manera artesanal, entre todos, ya que ningún individuo aislado tiene la llave mágica a la solución de los problemas que son de todos.

Alguna parte del cine mexicano actual utiliza lo que se ha dado por llamar «no actores»: personas interpretando roles protagónicos sin tener estudio o experiencia  previa en cine. Desde tu realidad como actriz ¿qué opinión te merece esto?

 A mi me parece muy buena idea. Creo que funciona muy bien para ciertos proyectos aunque me he dado cuenta que en algunas ocaciones la expresividad queda muy limitada ya que un actor tiene las herramientas para dejarse ser ante una cámara, expresar lo necesario. Sin embargo me parece una idea muy bien lograda en el cine de Reygadas y de Amat Escalante y la respeto muchísimo, tanto así que a veces yo misma tomo algunos elementos de actuación de la “no actuación”; la actuación del no actuar, ser un actor no actor (risas).

12213988_10153194528152322_391599551_o

Cuaderno en mano, lápiz en oreja, noches de insomnio, embarazo en vientre, nauseas a flor de piel, Iazua Larios da clases de teatro a niños del pueblo La Escondida, que hace honor a su nombre y que está inmerso justo a la mitad de las montañas del viejo Guanajuato, por entre caminos de polvo y árboles tristes. Los niños sonríen a su llegada. La idea es ensayar una versión local de Sueño de una noche de verano de Shakespeare y representarlo en el marco del Festival Cervantino de la ciudad capital. Los medios son pocos, la ayuda escasa. Los anhelos son muchos, el futuro no se agarra. Uno de esos niños no puede retener los diálogos en su mente. Tiene hambre y un sueño que parecen eternos. Otros, los más, imaginan un teatro a reventar, un vestuario a estrenar, una vida por fantasear. Al anochecer, uno de esos niños regresa a casa donde habrá de compartir un plato de frijoles y algunas tortillas con sus más de siete hermanos. Así es La Escondida, perdida entre la nada y que sólo se le encuentra si uno de verdad se decide a buscarla.

Producciones con pocos recursos mal llamadas pequeñas. Megaproyectos donde lo hay todo, por lo menos en apariencia, ¿cómo afrontas ambas realidades?

 Las películas de presupuesto amplio tienen la suerte de contar con una gran tecnología de postproducción y, sobre todo, la oportunidad de ser distribuidas por doquier, lo que te da la posibilidad de llegar a más y más auditorio con el cual congeniar e interactuar. Luego ésa es la tarea titánica de las producciones pequeñas; buscar herramientas de cómo acercarse a la gente, cómo ser vistas, disfrutadas y analizadas, que para eso nacieron.

En teatro sólo he estado en producciones pequeñas, con casi cero presupuesto en donde lo que unos consideran desechos, para nosotros, en el teatro con objetos, significan tesoros invaluables. Justo en eso radica la riqueza de las pequeñas producciones: hacer poesía con la nada.

¿Qué representa más reto como actriz?

Ambas. Ambas porque desde mi perspectiva cualquier trabajo es un reto, más allá de lo económico que no da grandeza a una obra. El dinero debe estar fuera de la visión de quien interpreta un mundo imaginario, un arte que nació para ser de todos.

12214182_10153194528197322_916513995_o