La nueva obra de Víctor Cruz, si bien compite en la sección Argentina, está filmada en Italia y hablada en ese idioma. Luego de explicar el origen mitológico del nombre de la ciudad sureña de la región de Apulia, el film pone foco en la contaminación que provoca la mayor siderurgia de Europa allí instalada desde principios de los sesenta. Desfilan ante cámara, ambientalistas, habitantes de un barrio cercano y trabajadores que muestran la polución que siembran las inmensas chimeneas del complejo industrial a metros de escuelas y un jardín de infantes. Cuando sopla la tramontana, la ciudad se ve envuelta por una nube de polvo tóxica que dificulta la respiración.
Ni los muertos descansan en paz, ya que sus tumbas se ven cubiertas por restos de minerales que transporta el viento. Al principio todo era prosperidad con nuevas fuentes de trabajo, pero luego, las numerosas muertes por cáncer, hicieron reflexionar a la población que inició una serie de protestas que aún no han tenido eco. Terrenos agrícolas infectados, ganado sacrificado, la industria íctica perjudicada, son algunos de los males que la dioxina, una sustancia tóxica, produjo en el comercio local. Los políticos de turno desfilan solo para aportar mentiras y promesas incumplidas que exasperan a los más combativos. Taranto es un sólido documental de denuncia que augura un futuro oscuro para sus pobladores: la emigración.
Mariano Paz, presente en el BAFICI 2008 con su obra Llavallol, elije una nueva locación de la provincia de Buenos Aires para describir un amor autodestructivo entre dos personas anónimas. En un entorno campestre una mujer cercana a los cuarenta años se encarga de las tareas rurales: recoge frutales, corta leña, alimenta cerdos y gallinas, controla las ovejas. Más tarde se le sumará un vecino de aspecto gauchesco con el cual mantendrá una relación amorosa que oscilará entre la amistad y el distanciamiento.
En Tornquist predominan los planos fijos, los silencios y los largos atardeceres con la puesta del sol. Por momentos parece un spot publicitario de la Dirección Nacional de Turismo, ya que las secuencias, de excelente calidad fotográfica, invitan a visitar la región, en especial aquella que muestra al protagonista cabalgando en un plano cenital semicubierto por la copa de los árboles. Una película sencilla, mínima, que habla a través de sus bellas imágenes de extensas praderas, surcadas por arroyos y rodeadas de sierras. La naturaleza y la vida al aire libre como una apuesta de vida.
Club Internacional Aguerridos es un falso documental transgresor que refleja el accionar de una pandilla punk en la ciudad de Méjico. Leandro Córdova pretende recrear los asaltos, las ejecuciones, el libertinaje y las peleas de los miembros que componen esta banda adicta al heavy metal y los peinados exóticos. Filmada en su mayoría en blanco y negro, los interlocutores hablan al director (un personaje más), no hay plano y contraplano.
La cámara fisgona se entromete en una ducha de hombres que se torean con las toallas, en un cine gay con un primer plano de masturbación, en una orgía, en un robo pegado a los ladrones, en la intimidad de la cama de una mujer que muestra su sexo mientras lee el diario. Por momentos ecléctica, salta de una ruptura de una relación, a un malabarista callejero, a patoteros que desafían a un tren, a un albañil que baila distintos ritmos mientras termina de construir un baño. Irreverente, provocadora, teñida de un simulado realismo, muestra la furia y los excesos de pobres e idiotas que se sienten fuertes al ser parte de grupos delictivos. Queda para el final las reflexiones de uno de los protagonistas: ”La policía es una escuela de violencia. La felicidad es para los ricos, yo sobrevivo.”