Sorprende la cantidad de comedias argentinas en la presente edición del BAFICI. Los adoptantes, como bien dice el título, relata las tribulaciones de una pareja gay cuando uno de los integrantes decide adoptar un niño ante el estupor del otro. Leonardo (Rafael Spregelburd) es un ingeniero agrónomo que normalizó su vida sentimental junto a Martín (Diego Gentile), un presentador televisivo con un tufillo a Marley. Cuando Martín decide unilateralmente acoger un bebé las cosas se complican, y lo que era un lecho de rosas se convierte en un infierno.
El humor, que recurre también al slapstick, está presente desde un principio con momentos muy bien jugados por el dúo protagónico, con un acertado timing tanto para las réplicas verbales como para las situaciones “acción – reacción”. Como toda comedia romántica los enamorados se pelean, se separan para luego reconciliarse en plena armonía.
Cuando surge el drama, el director Daniel Gimelberg pone nuevamente en el tapete el tema del huérfano producto de un accidente de los padres y su incierto destino, como en Antes (2010), aunque aquí mucho más atenuado. Es en este tramo, algo extenso, cuando la película más se resiente ya que el llanto y el sufrimiento parecen querer imponerse sobre la risa. Pero al final los planetas se alinean, el chiste vuelve a ocupar su lugar privilegiado con la sensación para el espectador de haber disfrutado un enredo agradable.
