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Abel Ferrara es un asiduo participante del BAFICI. Retorna en esta oportunidad con un relato casi autobiográfico sobre un director italiano que regresa a su terruño, luego de una larga estadía laboral en los Estados Unidos. Willem Dafoe, álter ego del director y principal protagonista en gran parte de la filmografía de Ferrara, es un realizador casado con una mujer mucho más joven con la que tiene una pequeña hija, da clases de actuación en un estudio, concurre semanalmente a alcohólicos anónimos por adicciones pasadas y toma clases de italiano. El film, concebido como un ejercicio de purificación en el que indaga sobre su vida personal, muestra al protagonista disfrutando de la placidez familiar, en momentos de arrebato, sus fantasías sexuales y los celos que lo carcomen que dan pie a ensoñaciones. Filmada en el barrio y departamento de Ferrara con la participación de su exesposa y su hijita, Tommaso es una reflexión sobre el arte, una indagación sobre el yo interior y sobre la vida de un hombre que trata de recomponerla.
Al abordaje es una refrescante comedia que indaga sobre la actual diversidad de la juventud francesa, el modo de relacionarse, las expectativas y sus inquietudes. Félix conoce a Alma, de paso por Paris, en una cálida tarde de verano. Su corazón queda prendado, decide sorprenderla en su lugar de vacaciones y convence a un amigo para que lo acompañe. En el derrotero se les suma Eduardo, un joven adinerado, mimado por su madre. La sorpresiva aparición de Félix no tiene los efectos esperados. A partir de allí se tejen una serie de relaciones y situaciones que enriquecen el relato, y en las que la diversidad étnica juega un rol interesante. El director Guillaume Brac propone una atmósfera similar a la de Cuentos de verano (1996) de Eric Rohmer. Las vacaciones, las playas, el clima soleado son lugares propicios para las aventuras sin compromisos, la alegría de vivir y disfrutar de las conquistas que duran un suspiro. Una obra regocijante que se disfruta con plenitud.
Sorprende ver en la muestra un thriller que se asemeja a los policiales eróticos a los que tenía acostumbrado al público Rodolfo Ranni en la década del ochenta. Amor Bandido cuenta desde el vamos con un elenco importante, algo que no es habitual en el festival. El protagónico recayó en Renato Quattordio, un joven que fue descubierto por el público a través de su participación en la producción televisiva Simona. Está rodeado por figuras de renombre como Cristina Richi, Rafael Ferro y Mónica Gonzaga.
El romance entre un joven alumno de secundaria y su profesora de 35 años (Richi) que se escapan un fin de semana largo a un campo de Córdoba, se verá envuelto en un clima turbio no exento de sangre. Las escenas de sexo tórrido se ven interrumpidas por la imprevista aparición del personaje que encarna Ferro, un hombre violento, sin escrúpulos que vive de la ilegalidad. Con un buen manejo de los tiempos, que van de la tranquilidad sin sobresaltos del comienzo al ritmo vertiginoso del final, el director Daniel Wemer logra entretener y mantener expectante al espectador, lo cual no es poco.