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No escucharemos más el Tonight’s the Night, ni la risa tonta de Masuka, ni el espanglish de Batista, ni las palabrotas de Debra. No veremos más cuartos envueltos en plástico ni sentiremos el suspenso antes de cada muerte. Dexter nos dejó.
Finalmente, luego de ocho temporadas, llegó el final de Dexter. Rompiendo records en vistas y habiendo ganado dos Golden Globes, la serie favorita de muchos se despidió dejando largos episodios de buenos recuerdos y un sabor amargo hacia el final.
Desde sus comienzos se posicionó como una gran serie, convirtiéndose en una de las más exitosas de su género. Capítulo tras capítulo, logró ponernos en los zapatos de un asesino serial, meternos de a poco en su cabeza y entender su forma de pensar y proceder. Por la narrativa del guion, muy rápidamente el espectador comenzó a sentir empatía por Dexter, haciéndolo vivir por completo cada momento del personaje.
Sin duda la última temporada no fue de las mejores. Muchos personajes nuevos dieron idas y venidas a la historia, llevándola de un lado para otro sin llegar a nada. Uno de estos nuevos personajes fue Zach Hamilton, quien parecía que iba a ser el asesino sucesor de Dexter dando la impresión de que la serie iba a tener un cierre redondo. Pero tan sólo cuatro episodios después de su aparición, muere y con él, la posibilidad de ver un final diferente.
La aparición de la Dra. Vogel intentó terminar de cerrar la historia de cómo Dexter llegó a ser lo que es, explicando cómo se creó El Código que él seguía. Pero una vez logrado ésto, los escritores decidieron que también una buena forma de deshacerse del personaje era que su hijo, el asesino Oliver Saxon, la mate.
Entre todo esto, Hannah McKay, regresa para conquistar nuevamente el corazón de Dexter, que a esta altura ya no es más un hombre desalmado, sino que ha logrado encontrar sentimientos dentro de él. Juntos deciden que quieren ser una familia feliz en las lejanas tierras de Argentina. Es el mismo Oliver Saxon quien complica las cosas cuando se encabrona con Dexter y luego de muchas vueltas, cuando Dexter lo deja listo para ser capturado por su hermana, logra escapar dejando herida a Deb, que muere un poco más adelante.
Habiendo muerto Deb, y con la ensalada de sentimientos que asaltan a Dexter, es el momento donde siente que destruye todo lo que ama. Es así que decide fingir su muerte, abandonar a su familia y convertirse en leñador. Los escritores no decidieron terminar de transformar a Dexter en una persona con sentimientos reales, ni decidieron terminar con un final poético y hacer que el personaje se suicide. Decidieron dejar un paso intermedio que no deja conforme a ningún espectador. Parece, entonces, que los escritores decidieron incluir una muerte más, la muerte de la serie.
Los mejores momentos de la serie:
3- Dexter siempre fue un inadaptado social.Y eso nos encantaba.
Dexter es un Nerd, siempre lo fue y nunca mejor demostrado como en ésta escena:
2- Deb descubre la verdad sobre Dexter:
Si hubo un momento que se esperaba desde le principio de la serie, era cuando deb descubriera lo que su hermano verdaderamente era y al final de la 7 pudimos disfrutar del suspenso que merecía.
1- La muerte de Rita
Dexter había llegado a un nivel de equilibrio y tranquilidad perfecto, cuando de repente todo se da vuelta con la muerte de Rita.
Los peores momentos de la serie:
3- Harrison y su inusual llanto
No se podía esperar mucho de la actuación del niño, pero no hacía falta que incluyeran la escena en la serie.
2- Elway captura a Hannah
El detective privado por fin consigue capturar a la fugitiva y decide esperar calmadamente hasta que el colectivo llegue a destino, dándole tiempo a ella para inyectarle tranquilizante para caballos. No suena ni remotamente cercano a la realidad.
1- Joven de Dexter
La personificación de Dexter adolescente se parecía más a un fanático de Justin Bieber disfrazado.
Más allá de las controversias que fue generando la trama hacia el final de la serie, hay que destacar el enorme peso que tuvo la historia de Dexter para miles de fans. Uno de los shows más premiados de Estados Unidos y uno de los favoritos de Latinoamérica supo llegar a su fin con laureles, pero sin grandes aplausos.