Cine

DIA3 #MarFilmFest: Nos gustó Las mil y una.

Por Vanesa Fognani

Se siente ese airecito de barrio en las películas de Clarisa Navas, habíamos disfrutado mucho, Hoy Partido a las Tres, en el BAFICI, y volvemos a hacerlo en Las Mil y Una, su segundo largometraje. La cámara sigue a la jovencísima Iris, en un barrio de monoblocks de Corrientes, en una caminata por esos pasillos laberínticos, llenos de luces de navidad y cotillón. La muchachita va sorteando obstáculos con su pelota de basquet y esquiva a los pibitos del barrio que le dicen piropos mal hablados, o los niños que la atacan con bombuchas de colores. El folklore del conurbano se  apodera de planos eternos siguiendo a la joven, que vive en una familia de madre soltera y comparte sus días, calurosos de litoral, con sus dos primos, dos muchachos soñadores, que se divierten bailando a lo vedette del Maipo, canciones de Sandro o escribiendo sobre el amor en pulso manuscrito. Y en el medio, Iris se enamora locamente de Renata.

Clarisa Navas, sabe muy bien lo que hace y nos propone un recorrido por el amor inocente y el descubrimiento sexual de estos jóvenes que viven con libertad sus decisiones. A pesar de los dimes y diretes del barrio,  los adolescentes se animan a vivir sus primeras experiencias amatorias. Un juego a las escondidas en donde uno de los primos coge con unos de los vecinos bajo el cartel de “Jesus Salva”, besos robados en la terraza entre Iris, que se tapa la cara de la vergüenza,  con Renata. Ese  sonido tropical de fondo, las risas de chicos jugando en la vereda y ese espíritu  eterno a siesta de vecindario con lo mejor y lo peor del ghetto. 

Navas hace un detallado trabajo de observación y  los actores, no profesionales,  se  ven tan sueltos con cada uno de sus parlamentos. Y ahí está la clave de Las mil y una, la naturalidad y la espontaneidad en las narrativa, todo fluye y nos metemos en una historia de amor de familia – la escena en donde la madre del hogar llora y canta con su hijo “te abrazaré aunque no me sientas’ es hermosa- , y del nudo en el estómago de ese primer amor. Una dramedie queer que hay que ver en esta edición del Festival. Valoración: Muy Buena.

Vanesa Fognani

Lic. en Ciencias de la Comunicación, y crítica amateur. Amante de los dramadies ochentosos, decidió hacer de la crítica un hábito y un hobbie para preservar su salud mental. Edita la sección de cine de este portal y antes garabateó en la columna semanal “Jueves de estreno” en el portal de noticias NOTINAC. Ir al cine le salvó la vida.