Come true: Bienvenidos al país de los sueños.
Come true es la historia de Sarah, una adolescente que escapa de su casa y va a parar a una clínica que trabaja con gente que tiene problemas del sueño. Ella por supuesto los tiene, no duerme prácticamente y cuando puede hacerlo una silueta se le aparece.
Este es el tercer trabajo del director canadiense Anthony Scott Burns quien además de dirigirla, se encargó del guion, la fotografía e incluso la música. De los dos últimos no hay quejas. La música está compuesta en sintetizadores y nos hace recordar a lo que hacía John Carpenter en la década del ochenta, mientras que a nivel visual es todo prolijo, profesional predominando los tonos azules fríos y oscuros, pero es solo eso. Las actuaciones cumplen, son convincentes sobre todo la de su protagonista Julia Sarah Stone quien tiene un rostro particular y le da cuerpo a esta problemática adolescente.
No es que este mal Come true, pero tampoco se entiende los aplausos que recibió en el festival de Sitges. Es una película más independiente que se sube a esa moda de homenajear a la década del ochenta pero trabajándola desde la actualidad, capaz es por eso que fue tan bien acogida.
Pero lo que Wes Craven, al que básicamente le roba toda la idea de los sueños, resolvía en una escena, acá es la base de una historia que en sus cien minutos tiene varios altibajos de ritmo. Tal vez sea por el tono serio, seco con el que trabaja la historia, capaz porque se la toma muy en serio, o esa mirada fría y distante termina generando eso en el espectador. Esto se ve reforzado con varias placas como si fueran capítulos, algo muy de moda hoy en día mucho cine independiente pero que en la mayoría de los casos, por ejemplo en este, son innecesarios.
Red spot on Eacher Street: El mundo del cine segun Sion Sono.
La trama de la nueva película del director japonés Sion sono es la siguiente: Kobashayi, un director de cine vuelve a filmar de manera independiente a pesar de un trauma que sufrió, las cosas se pondrán mas extrañas cuando empiece la filmación.
Como se puede ver a simple vista se trata de una de esas típicas películas dentro del mundo del cine que muestra los pormenores de una filmación, los distintos personajes que pululan por allí. Muchas de estas películas caen en la constante ridiculización de los estereotipos que uno asocia a la producción de cine. Sion Sono un poco lo hace pero desde otro lugar. No hay malicia, ni cinismo, hay cariño hacia estos personajes.
Todas estas subtramas pueden abrumar al principio pero de a poco todo va encajando, también uno va acomodándose al ritmo y al tono de su director hasta un final donde explota todo pero que a la vez es la conclusión lógica dada la cantidad de tensión que genera Sion Sono durante toda al película.
Mas alla de todo eso Red spot on Eacher Street debe ser la pelicula mas accesible en la carrera de un director mas conocido por sus explosiones de violencia. El humor, lo delirante de sus personajes, muchas situaciones irreales hacen que la experiencia valga la pensa y para quienes no conocen el cine de este director hasta puede servirles de puerta de entrada a su filmografía.