Cine Mar del Plata

DIA7 #MarFilmFest: Nos gustó mucho Shiva Baby y otras de títulos extensos.

Por John Lake

Chico ventana también quisiera tener un submarino es una coproducción entre cuatro países dirigida por el uruguayo Alex Piperno. El extenso título es una puerta de acceso al tono fantástico del film, y a su vez un comentario valorativo del personaje principal. Un crucero por la Patagonia sirve de nexo entre dos lugares muy distantes, un departamento en Montevideo y una aldea en medio de la selva filipina.

Un joven marinero taciturno trabaja en tareas de limpieza en el barco, recorre pasadizos de la embarcación, y en la quilla encuentra una suerte de portal que lo traslada a una vivienda de la capital uruguaya donde habita una mujer. Un halo secreto envuelve sus desplazamientos, sigiloso observa a la dueña de casa, a escondidas espía por las ventanas esas realidades lejanas a las que se transporta. Del mismo modo, un curioso campesino del archipiélago, se introduce en la enigmática caseta que surge en medio de la frondosa vegetación como si se tratase de una nave espacial, para sumergirse en el laberinto de escaleras y caños del navío.

Los personajes oscilan entre las distintas dimensiones que tienen como eje un pasillo mágico del buque. Una hermosísima fotografía resalta los verdes del trópico y las penumbras de la noche mientras los protagonistas se desplazan por espacios que no les son propios. Ceremonias primitivas, hechizos y espíritus que se convocan, pero no aparecen, contrastan con la urbanidad capitalina y el lujo en el que se mueven los pasajeros a bordo. La ópera prima de Piperno es un viaje seductor, con el agua como vaso comunicante, en el que el espectador comparte el voyerismo del protagonista en un marco de intriga y misterio.

Vivir en Nueva York no está al alcance del bolsillo de cualquiera, más si se está por ingresar en la universidad donde hay que pagar una matrícula costosa. Esa es la situación de Danielle, una “Sugar Baby” que ofrece sexo a cambio de favores para costear sus estudios. Shiva Baby comienza con un encuentro sexual entre la protagonista y Max, un treintañero relacionado al mundo de los negocios. La acción que transcurre en pocas horas se traslada a un funeral judío que da título al film, en el cual los allegados se reúnen en una casa para dar el pésame en medio de un lunch. Danielle, medio forzada, sin saber quién realmente ha muerto, acude a la cita por pedido de sus padres. Se siente avergonzada de ellos ya que son extremadamente entrometidos, insoportables, verborrágicos y asfixiantes.

En la reunión se encuentra con su ex, una chica de su misma edad que estudia leyes, y para desgracia, con Max al que creía soltero y sin hijos. En semejante marco se ve acosada por las preguntas de los parientes que le recriminan su delgadez, por los chimentos inoportunos de los mayores, los forzados intentos de sus padres para encontrarle trabajos que ella rechaza sistemáticamente. Vive una tensión incómoda rodeada de rostros que surgen amenazantes. Su falta de honestidad en cuanto a sus incertidumbres desemboca en respuestas insólitas que dan pie al humor.

La presencia de Max junto a su esposa y su bebé es una pesadilla, en la que los personajes comienzan a moverse como piezas de ajedrez ejerciendo el correspondiente poder, comprobando la joven como su dominio sexual se desmorona. El clima claustrofóbico, ya sea con tomas en ambientes chicos o por los primeros planos de varias personas, el agobio expresado en su rostro y las situaciones embarazosas, son el perfecto entorno para esta excelente comedia negra indie de Emma Seligman.

El comienzo de la obra de Nicolás Zukerfield es una sucesión de imágenes de westerns del cine clásico en la que los actores montan caballos. No existen treinta y seis maneras de mostrar cómo un hombre se sube a un caballo, el título más extenso del festival, no solo es una serie de fragmentos de películas de Raoul Walsh, sino también una investigación sobre la frase del título que se le asigna al director de Tambores lejanos (1951).

Indios, soldados, cowboys y damiselas cabalgan, se caen, atraviesan ríos, persiguen a malhechores. El espectador puede entretenerse descubriendo rostros conocidos como los de Kirk Douglas, Rock Hudson, Errol Flynn y Clark Gable entre otros. Luego el plano americano da paso a otro tipo de situaciones como gritos de espanto, apertura de puertas, timbres que suenan y entradas en salones.

En la segunda parte, con pantalla en negro, se escucha solo una voz en off que explica la indagación realizada para dar con la frase. Con ritmo vertiginoso se suceden una serie de datos que involucran nombres, libros, revistas y fechas difíciles de retener. El resultado es un ensayo cinematográfico, algo monótono, que involucra a Edgardo Cozarinsky como eje de la pesquisa, en un tema minúsculo solo para especialistas.

John Lake

Adolfo Giraldo alias "John Lake" es fanático del cine desde chico, asistió a cursos de cine con Gisela Manusovich y completó la carrera de crítico de cine en la Escuela de la revista El Amante. Sus críticas aparecieron en diversos sitios como cinemascine.net, todaslascriticas.com y en la revista virtual Pez Dorado.