Cine

Dientes en las ruinas: Crítica de Terror a 47 Metros – El Segundo Ataque

Por Germán Pérez

Terror a 47 Metros: El Segundo Ataque es la secuela de aquella película que protagonizó Mandy Moore bajo el agua, en el año 2017. Respaldada por Johannes Roberts (director de la primera) la segunda parte aprovecha los recursos de la claustrofobia del océano y un extra: ruinas Mayas.

En esta secuela se presenta una historia de decisiones pobres de adolescentes con ganas de divertirse. ¿A quién se le ocurre visitar unas ruinas mayas inexploradas por pura diversión? Es la pregunta que resuena una y otra vez con cada minuto que pasa de esta película y tenemos un plus: hay tiburones ciegos con sentidos agudos debido a los años de evolución; todo esto suena como un disparate pero la película de Roberts no se toma en serio y trata de agilizar situaciones enfocando la diversión y el suspenso para después caer en algo verosímil, por esa razón Terror a 47 Metros: El Segundo Ataque entretiene y supera a su original.

Un rejunte de situaciones hacen recordar a The Descent (2005) y The Cave (también lanzada en ese mismo año); por lo disparatado que suena la película logra plantar un interés en el espectador al no tratarse del clásico «tiburones en mar abierto». Es un recurso valorable el introducir espacios cerrados en este tipo de películas ya que no sucede siempre y en cierta forma Terror a 47 Metros: El Segundo Ataque es muy original.

Sistine Stallone (la hija de Sly) hace su debut actoral y tiene zapatos enormes en portación de apellido que llenar, no obstante, para lo poco que ofrece pequeño rol secundario no lo hace para nada mal; si Stallone hija se enfoca por ahora en este género tiene una carrera muy positiva por delante. Dato extra: hay un actor en la película con el nombre Khylin Rhambo… una perlita de que todo lleva a Sylvester de una forma u otra.

Hay que destacar que los tiburones de El Segundo Ataque son un simple artefacto para avanzar en la historia; no causan un efecto positivo, es más, tienden a figurar en pantalla cuando el guion necesita un empuje – además de ser recurrentes se muestran pixelados por un CGI absurdo -. Quitando los últimos 10 minutos (con un giro bastante inesperado y aceptable) dan pena.

Terror a 47 Metros: El Segundo Ataque es un guilty pleasure, no es una buena película, pero tiene lo necesario para atraer al público y entretener a la sala en menos de 90 minutos. Valoración: Regular.

Germán Pérez

Lector, escritor y cinéfilo. Pasa sus días en el gimnasio y viendo viejos y nuevos clásicos del cine. Fanático de Michael Mann.