Cine Entrevistas

El Gran Vairitosky: stopmotion made in Córdoba

Por Milly Sur Bianchiman

Fotos por  Majo Arrieta

Este es el caso en dónde el talento, el esfuerzo y la paciencia son premiados. En el 2011 Matías Carrizo y su historia de “El Gran Vairitosky” resultaron ganadores del ‘Concurso Historias Breves 2010’ del INCAA, entre otras menciones. El premio les permitió llevar a cabo la realización de la historia de Vairitosky, pensada para ser filmada bajo la técnica del stopmotion.

Hanni Vairitosky es un artista inmortal, invitado por el famoso Circo de Timbuktú. Su acto consiste en morir de distintas formas para luego, mágicamente, resucitar. Pero una noche no se siente con la misma suerte de siempre…”

Desde el 2011 hasta principios del 2013, Matías, director del cortometraje y su equipo técnico, se dedicaron a trabajar en escenas, pulir los bocetos, personajes y practicar la técnica con Rara Avis, primer corto animado (todavía no estrenado) de Muchas Manos Films, cooperativa de la cual Matías es fundador.

Tuvimos la oportunidad y el placer de presenciar parte del rodaje de “El Gran Vairitosky” y ser testigos del amor y la pasión que el equipo tiene con su proyecto, que desde el punto de vista de esta humilde escritora, tiene mucho potencial.

En esta entrevista, Matías Carrizo te cuenta sobre la evolución de su proyecto, habla de sus pasiones y la experiencia que es filmar desde Córdoba y en stopmotion.

¿Cómo es la metodología de trabajo en una cooperativa como Muchas Manos Films?

Muchas Manos Films funciona casi como una cooperativa, pero en realidad es una asociación de personas vinculadas al cine, podemos ser guionistas, técnicos, directores, productores, diseñadores gráficos, actores, músicos, etc., que mancomunadamente vamos trabajando en pos de hacer cine desde Córdoba. Compartiendo, por un lado, honorarios, equipamiento técnico, dinero, talento. Y por otro las ganas de hacer, por amor al cine.

Pero cada proyecto tiene su propia lógica, hay proyectos totalmente auto gestionados (la gran mayoría) que los producimos para matar la ansiedad (abstinencia me gusta más) de no filmar. Amamos lo que hacemos. Y hay otros proyectos, que se realizan gracias a premios obtenidos (como El Gran Vairitosky, financiado por el INCAA, o el cortometraje infantil Rodi, que se realizó gracias a la venta del cortometraje Celeste al canal infantil estatal Pakapaka).
Generalmente alguien tiene una idea, y entre todos la vamos desarrollando con aportes de las distintas áreas realizativas, luego vemos la mejor fecha del año para rodar la historia, realizamos un presupuesto, y vemos la forma de conseguir el dinero necesario para realizar la película. Algunos ponen sus equipos (cámaras, equipos de sonido, elementos de maquillaje, la computadora para editar), elaboramos un casting de actores, scouting de locaciones y cuando tenemos todo preparado, rodamos.

Analia Pereda, animadora

¿Cómo y por qué surge la historia de El Gran Vairitosky?

La historia surge en el año 2008, fue una de las pocas veces que escribí un guión de corrido, sin preparar una sinopsis o escaleta previa. Estaba en casa una noche, y comencé a escribir sin saber qué, solo por las ganas de hacerlo. Se me vino la idea de un artista inmortal nacido en un pequeño país como Liechtenstein que visitaba Argentina con un circo. La idea de un relato que busca entregar información in crescendo, en constante clímax era mi motivación.

Con el tiempo, fui modificando distintas aristas de la historia, algunas venidas de mi propia inventiva, otras de aportes de distintas personas, que enriquecieron bastante a la historia, y a los personajes.

Hablando de los aportes de otras personas, en el año 2011, un grupo de alumnos de la Universidad Blas Pascal, entidad donde trabajo, me preguntaron si tenía algún guión para que ellos trabajen su tesis de Diseño Gráfico para Cine y TV, y les propuse que trabajasen sobre El Gran Vairitosky. Ellos me dieron vuelta el look de la película, haciendo un cine totalmente africano, con música, vestuario, escenografía, inspirada en Mali y alrededores. La estética que me propusieron me encantó y la re-trabajamos en estos dos años de pre-producción, para llegar al resultado que tenemos hoy en día.

Otros aportes fueron desde el guión, algunas aristas que hablan sobre el negocio del dinero, y el amarillismo de la prensa, que fuimos trabajando con Javier Aguirre, Luis Maldonado, Raúl Vidal, y los mismos actores. 

El cine es un verdadero trabajo en equipo, y este proyecto es un clarísimo ejemplo de ello.

 ¿Por qué contar la historia con stopmotion y no con actores de carne y hueso?

La primera versión de la historia, tenía como fin utilizar actores de carne y hueso, en un circo real de feria, con muchos extras. Intenté participar en Historias breves con esa versión (el guión no estaba tan bueno como ahora), y no gané. Igualmente, iba a ser imposible conseguir un Circo enorme, y llenar de extras a los que pagarles sus honorarios.

Por ende, al año siguiente, Luis Maldonado, quien es el director de animación en esta versión animada, me propuso que lo re-escribiera como para animación. A mí me encanta la animación, no había tenido chance de trabajar en el género, pero conozco, porque leo mucho, y me encanta mirar trabajos de animación (sobre todo making of o backstage de películas). Y la verdad es que la historia tenía potencial para ser levemente exagerada, y en cierta forma era más barata hacerla a escala que con actores reales. Por lo tanto, acepté el desafío de re-pensarla como una animación. De todas las técnicas de animación que teníamos para trabajar, la que más me gustaba era el stopmotion. Veía a Vairitosky siendo un pequeño muñeco. Por lo tanto fue una decisión que encontré junto a mi amigo y colega Luis Maldonado. Una forma de buscarle la vuelta a una historia, para poder producirla.

El guión quedó más trabajado, y al INCAA le gustó, por lo que obtuve mi primer subsidio estatal. Y gracias a ello, hoy estamos trabajando en esta película.

Fluorencia Carrizo, escenógrafa

¿Crees que hay prejuicios con los trabajos hechos en Córdoba con los realizados en Buenos Aires?

No. Hoy en día ha cambiado bastante. Antes había un rechazo enorme a trabajos hechos en Argentina, pero desde Nueve Reinas en adelante, hubo un acercamiento del público en general hacia el cine argentino, cada vez más constante.

Con respecto a Córdoba, hace poco que se ha empezado una nueva movida con largometrajes, y la concurrencia de público fue muy positiva. Incluso hubo muchas series cordobesas que se exhibieron en televisión, y uno hablando con personas «del tipo público general», sabían de tal o cual serie, o de tal película. En todo el país, hay un mayor federalismo, gracias a políticas que trajo la nueva Ley de medios, por ejemplo.

Igualmente, falta un largo recorrido, nosotros en Muchas Manos Films, aspiramos a producir para el gran público, nuestro cine quiere contar historias. Historias que acerquen al público a ver cine hecho en Córdoba, para Córdoba, Argentina y el mundo.

¿Cómo se adapta los cambios tecnológicos a una técnica tan artesanal?

La tecnología está ayudando muchísimo a la técnica. Hoy en día las cámaras DSLR, tienen un precio bastante barato, con respecto a las grandes cámaras, y con un pequeño juego de lentes podes obtener imágenes bellísimas, con altísima resolución, acordes a los standards de cine mundial. A su vez hay software de precio medio, que ayudan al animador a analizar el flujo de movimiento de la toma que está haciendo.

Adriana Zanier, animadora

El resto sigue siendo artesanal, las escenografías, los muñecos, sus vestuarios, la utilería. Creo que ahí está lo lindo del stopmotion. La tecnología acompaña, pero lo importante es saber utilizarla y aprovecharla al máximo para la historia que uno quiere contar.

Hablando siempre de la viralización y la difusión que se puede conseguir, ¿crees que internet, cómo plataforma, te puede abrir más puertas de las que esperas?

¡Por supuesto! ¡En internet están todos los espectadores del mundo! En Muchas Manos Films subimos todo de manera gratuita, y todo el tiempo estamos tratando de difundirnos más, y que más gente nos conozca. Hoy en día no entiendo como hay gente que desconfía de subir sus trabajos en internet y prefieren dejarlos guardados en su disco duro.
Con Sin Pulso, un cortometraje de zombis que hicimos en el 2009, la difusión para conseguir extras fue por internet (Facebook y mailing), la convocatoria para el estreno también. El Ultimo Fernet, un corto que hicimos para estrenarlo el 21-12-12 (día de la profecía apocalíptica maya) también trabajamos de la misma forma, apoyándonos en internet, viralizando de a poco información del corto, y el día del estreno fue un boom (fue nuestro corto con mayor cantidad de visitas en YouTube), y día a día se acrecentaba por el boca en boca. Incluso se armaron posts en algunos foros o páginas sobre el corto.

¿Tenes algún sueño, meta, por cumplir con El Gran Vairotisky?

Si, por supuesto. Me gustaría mucho que el corto llegue al gran público, y que sea de su agrado. Poder participar en festivales de cine y que sea visto por muchos colegas es otro objetivo. La historia tiene su potencial y lo realizado hasta el momento está muy bueno.

Y un gran sueño, sería que El Gran Vairitosky sea el puntapié, que me de herramientas y experiencia para producir un largometraje de stopmotion. El primero realizado desde Córdoba. Al menos ya tengo la historia escrita. Y un gran equipo de trabajo.

Seguí el rodaje del «El Gran Vairitosky» desde su blog oficial o desde la fanpage de Muchas Manos Films
Milly Sur Bianchiman

Cinéfila. Cómic fan. Amante y defensora del hábito de leer y los animales. Detallista a ultranza. Apasionada de los recovecos del séptimo arte.