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¿Qué harías si entrando a tu casa ves que tu mujer y madre de tus hijos está siendo violada por dos dementes que la amenazan con un cuchillo en el cuello?
Así es la primera escena de Era el Cielo de Marco Dutra, película en Competencia Internacional y posible ganadora del Premio Astor de la edición número 31 del Festival de Cine de Mar del Plata.
Conocido por Trabalhar Cansa, Dutra tiene en su currículum un entreno en Cannes y otro en Sitges, pero hoy trae a las salas bonaerenses una historia de terror asfixiante que apela a los sentimientos y vínculos humanos como nunca lo hizo antes.
El realizador brasileño abrió el día de proyecciones a las 9 de la mañana (horario bastante peculiar para ver un largometraje tan fuerte como este) presentando Era el Cielo como una «trama simple y normal», pero pareciera que se equivocó de palabras porque la complejidad que presenta es admirable.
Sigo temblando desde el 1′ de Era el Cielo de Marco Dutra. Escalofriante thriller.
— Vicky Agulla Tagle (@Vitussss) 23 November 2016
Basada en la desgarradora novela de Sergio Bizzio, Era el Cielo comienza con abusos, deshonras, golpes y amenazas ante dos víctimas: una directa, la mujer violada y otra indirecta, su marido.
Ante esta horrible situación, los protagonistas toman dos caminos totalmente opuestos que llegan al mismo puerto: el silencio. Diana (Carolina Dieckmann), una diseñadora brasileña, se esconde atrás de un dolor de cabeza sin poder decirle a nadie lo que había sufrido; mientras que su marido (Leonardo Sbaraglia), un guionista fóbico, lucha contra sus infinitas e insólitas fobias vitales que no le permiten superar su miedo a comunicarse y hacerse cargo de la elección que (sin quererlo) tomó.
Los violadores son dos personas que ya conocían a la víctima pero que actúan como dos monstruos inhumanos impulsiva y violentamente. Néstor, un empleado en un vivero (Chino Darín -con una cara de psicopata espeluznante-) y su hermano, el publicista (Álvaro Armand Ugón -autor ideológico y material del crimen-).
El espectador acompaña al protagonista escuchando cómo su mente lucha contra su cuerpo generándose una constelación paranóica que oscila entre su inseguridad y su valentía, llevando su accionar al máximo.
Bajo el guión de Lucia Puenzo, Era el Cielo maneja el tiempo de una manera que mantiene el ambiente tan tensionado que el aire podría ser cortado por una tijera. Este film no busca quedarse en la situación límite provocada sino ahondar en lo que supone la comunicación entre una pareja y especialmente en una familia cuando intervienen problemas de esta talla.
Uno de los puntos más fuertes en estos 100 minutos de suspenso es el trabajo de sonido, «la debilidad» de Dutra, según él mismo. Pero los ruidos, el temor, el dolor y la tensión envuelven a los cientos de periodistas en la sala.
A través de este brutal thriller, Bizzio y Dutra profundizan en las relaciones humanas, poniendo énfasis en la oscuridad humana. El director brasileño admitió que en realidad prefiere el cine clásico pero que cuando le llegó este proyecto se estaba separando de su mujer así que todo el suspenso que tenía la trama lo fue llevando hacia “un costado más dramático, dando como resultado una historia de personajes trágicos.
Sbaraglia comentó que la película es muy valiosa e intimista ya que gira en el silencio que se genera en las parejas y que genera la falta de comunicación entre las personas. Dieckmann dijo que este personaje fue uno de los más complejos que hizo, primero porque tuvo solo cuatro semanas para aprender a hablar en español; segundo porque tuvo que hacer un esfuerzo enorme para moverse del puesto de heroína romántica en el cual la colocó la televisión de Brasil.
Mal llamada coproducción, Era el Cielo es producida por Brasil pero sí tiene también, evidente mérito por parte de Argentina y Uruguay. Aunque la locación de Montevideo no sea explícita, la capital uruguaya es la única postal tranquilizante de la película.
Producida por Scorsese, este film pasó por varios festivales pero el más relevante es el Festival Internacional de Mar del Plata. Queda en el jurado de este certamen, galardonar o no esta obra maestra que no deja a nadie indiferente.
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