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Ethan Hawke ya se despidió de la tierra donostiarra pero su sabiduría de vida y cine todavía siguen replicándose en los pasillos del Palacio Kursaal del Festival de San Sebastián.
El actor texano estuvo durante 48 horas hospedándose en el lujoso Hotel María Cristina por dos importantes motivos: presentar The Magnificent Seven y recibir el Premio Donostia, en ese orden.
Los Siete Magníficos es una versión del western de John Sturges de 1960, la cual, a la vez, está basada en Los siete samuráis de Akira Kurosawa. Su director es Antoine Fuqua, conocido por Training Day, Tears of the Sun y King Arthur, entre otras.
El film se sitúa en un pueblo del Viejo Oeste estadounidense durante la post Guerra Civil, donde su pequeña comunidad es continuamente atacada y asesinada a sangre fría por un grupo de bandidos liderado por Bartholomew Bogue (Peter Sarsgaard). Ante la desesperación social, Emma Cullen (Haley Bennett), una valiente mujer, junta las fuerzas que le faltan a los ciudadanos para contratar a un grupo formado por siete pistoleros, para defenderse y buscar justicia.
Sam Chisolm (Denzel Washington) será el responsable de buscar a los hombres adecuados para encargarse de esto. En la lista de luchadores se encuentran Josh Faraday (Chris Pratt), Goodnight Robicheaux (Ethan Hawke), Jack Horne (Vincent D’Onofrio), Matthew Cullen (Matt Bomer), Vasquez (Manuel García-Rulfo) y Billy Rocks (Byung-hun Lee).
Cada intérprete se compenetra con su personaje como si hubiera sido realmente parte de esta historia del siglo XIX. Cual clásico western, el argumento tiene demasiadas situaciones límite entre vaqueros, que hostigan al espectador con sus estruendosos tiros y en vez de provocar el asombro, rozan la apatía. Al menos, hasta que la tensión se agudiza cuando estos mercenarios se dan cuenta de que su lucha excede al dinero y se conecta con la filosofía defensora de la época.
Hoy sale nota de Ethan Hawke y su encanto en @SanSebastianFes en @negrowhitenet <3. pic.twitter.com/9OCVgS0iaZ
— Victoria Agulla (@Vitussss) 20 September 2016
Mas allá de que el film es de lo más entretenido para el público español, acostumbrado a las mega producciones estadounidenses, lo más atractivo de los 132 minutos del largo es, claramente, Ethan Hawke.
Es que este actor no sólo se destaca en su papel de salvador empático sino en su total trayectoria. Justamente por esto, la edición 64 del Festival de San Sebastián lo eligió, entre los miles de exitosos actores, para recibir el Premio Donostia.
Definido como un “intelectual” del cine, este actor de tan sólo 45 años ha estado cuatro veces nominado al Oscar, ha publicado dos novelas, dirigido dos películas y tres obras de teatro. Pero más allá de su currículum, lo que más enamoró al público fue su amabilidad y alegría en sus intensas horas de fama bajo la lluvia donostiarra. Ni hablar del encanto que produjo en la sala de prensa con sus sensibles y honestas respuestas.
Cuando se le pregunta sobre sus aspiraciones, cuenta: “Quiero dirigir más, aunque actuar cada vez me resulta más interesante. Recuerdo que cuando hice Dead Poets Society me mandaron a Japón de promoción. No tenía nada que contar, sólo lo divertido que había sido trabajar con Robin Williams. Pero, sí, me encantaría regresar a San Sebastián con una película para presentar como director”.
Continuando con el asunto de los festivales de cine, cree que “si no existieran, el único criterio para valorar una película sería lo que ha recaudado”.
Quizás el premio vasco sea el puntapié que tanto anhelamos para que Ethan se lleve el Oscar que tanto merece.
Auspicia esta cobertura LTC Formación Empresaria Argentina.