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Los librepensadores socavan el sistema
El director Lars Kraume presenta una atrapante historia basada en hechos reales, que transcurre en Alemania Oriental en el año 1956, cuando el muro de Berlín aún no había sido construido y los controles para pasar a occidente eran más laxos. La acción se sitúa en Stalinstadt, hoy llamada Eisenhüttenstadt, una urbanización cercana a la frontera con Polonia, fundada en 1950 por la República Democrática Alemana como modelo de una ciudad socialista. Allí, estudiantes secundarios del último año, próximos a recibir el título de Abitur (equivalente al de bachiller de nuestro país), concurren a una escuela que posibilita la instrucción académica a proletariados, antes vedados a acceder a semejantes estudios.
Algunos serán los primeros miembros de sus familias en obtener un título tan elevado, que les permitirá el privilegio de alcanzar carreras universitarias y alejarse de penosas tareas manuales. En ese contexto surge la Revolución húngara de aquel año en protesta por las políticas impuestas por la Unión Soviética. La mayoría de los estudiantes adhiere a la misma cansados de la presencia rusa en su país, y por creer, por error, que asesinaron al jugador de fútbol Ferenc Puskás. En una de sus reuniones deciden realizar dos minutos de silencio en el aula delante de un profesor de historia. El hecho es tomado como una contrarrevolución por las autoridades que quieren saber a toda costa quién fue el instigador.
La maquinaria persecutoria y extorsiva que tan bien sabía desplegar el poder político de la DDR, trae a la superficie hechos ingratos del pasado que estaban ocultos en el seno de cada núcleo familiar. Las metodologías fascistas de la cual reniegan los jerarcas, se hacen presentes desde la simple sanción que el profesor impone a sus alumnos hasta la brutal presión psicológica a la cual se ven sometidos los adolescentes. Intentan encontrar raíces profundas subversivas en lo que tan sólo fue un impulso juvenil. Los hechos, si bien no tuvieron las mismas consecuencias, recuerdan a las desventuras de los estudiantes de La noche de los lápices (Héctor Olivera – 1986) por la trascendencia que se le dio a un hecho menor.
Un gran elenco secundario acompaña a los jóvenes protagonistas. Burghart Klaussner (Los Edukadores – La cinta blanca), siempre en roles antipáticos, encarna a un ministro de educación feroz y acosador. Ronald Zehrfeld (Barbara – Amadas hermanas) es el padre que, relegado por su participación en el alzamiento de 1953, es condenado a trabajar en condiciones penosas en la planta metalúrgica, emblema de la ciudad. Florian Lukas (Good Bye Lenin – El gran Hotel Budapest) es el conflictuado director del colegio que ve en peligro su futuro al frente de la institución. Michael Gwisdek (El día que no nací – Hilde) como el intelectual en cuya granja se reúnen los jóvenes a escuchar una radio clandestina, alentando a los jóvenes con sus reflexiones. Es quien les revela el temor de los sistemas totalitarios ante los librepensadores.
Las imágenes despiertan en los espectadores sensaciones encontradas. Por un lado indignación e impotencia ante las injusticias a las que se ven sometidos los protagonistas, pero por otra parte un hálito de esperanza ante la valentía de expresarse con plena libertad pese a los peligros de un entorno represivo. La revolución silenciosa es un eslabón más, pequeño pero potente, en la lucha que llevaron a cabo las naciones del otro lado de la Cortina de Hierro en su búsqueda de la democracia y el libre pensamiento. Valoración: Muy Buena
La Revolución silenciosa se proyectara en el marco del Festival de Cine Aleman. Sab15 19:00hs y Mar18 21:3hs Village Recoleta. Sab 15 21:30hs y Mar 18 19:00hs enn Village Caballito.