Los misterios de cómo y quien cometió un asesinato siempre fueron atractivos. La literatura lo supo explotar gracias a la mano de Edgar Allan Poe en Los crímenes de la Rue morgue. Este fue uno de los primeros de la variedad de crimen cometido en una habitación cerrada, una especie de sub-genero dentro de la literatura fantástica.
Punto muerto vendría a ser la versión cinematográfica de este estilo de relato, dirigido por Daniel de la Vega, responsable de títulos como Ataúd Blanco (2016) y Necrofobia (2014) y también uno de los nombres más importantes dentro del género hecho en Argentina.
De entrada lo primero que llama la atención de Punto muerto es que se trata de una película en blanco y negro que transcurre en el pasado, aunque nunca se sabe bien en que época, lo cual es uno de los tantos hallazgos de esta propuesta. Al estar anclado en otro tiempo el misterio se hace más difícil de solucionar.
En este caso un escritor especialista en relatos de suspenso debe solucionar el asesinato de su mayor crítico con la ayuda de otro escritor. Esto sirve como disparador de cierta autoconsciencia con respecto a lo que trata, como Scream de Wes Craven pero con referencias al mundo de la literatura. Ahí están Poe y también Sherlock Holmes, así como homenajes al cine expresionista alemán y a La muerte camina bajo la lluvia, ese clásico nacional de la década del 40 dirigido por Hugo Christensen.
Todos estos homenajes y referencias conviven en esta propuesta que nunca se convierte en una parodia como si ocurrió con la saga creado por Craven. De la Vega entiende que acá lo importante es todo lo que rodea a la investigación; los diferentes puntos de vistas y las sospechas, al no abandonar cada elemento consigue que la intriga se siga con interés durante toda la duración
Mucho de esto no funcionaria si no fuera por los actores que entendieron la búsqueda de su director. Tanto Osmar Nuñez como Rodrigo Guirao Diaz son convincentes dentro de sus personajes y la evidente química entre los dos logra que perdonemos lo forzados que suenan algunos diálogos.
El aspecto técnico es otro punto a favor: Se trata de una película que mezcla el cine clásico, con el mas contemporaneo mediante el montaje. Lo mismo ocurre con la fotografía, que es capaz de alternar pasado y presente en una sola escena.
Punto muerto es un gran exponente del género y uno de los trabajos mas sólidos de su director. Es una película que aquel que no este metido en este tipo de películas y sobre en aquellas hechas en nuestras pampas puede ver y disfrutar ya que su historia y misterio son los suficientemente poderosos para conseguirlo. Valoración: Muy Buena