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¿Por qué Adam Sandler genera tanta grieta? Eso es lo que uno se pregunta cada vez que sale una nueva película protagonizada este actor cómico salido del programa Saturday Night Live. La respuesta es evidente viendo varias de sus películas, como Jack and Hill (2011), Click (2006), Pixels (2015), The Ridiculous 6 (2015) y varias más. Comedias con poca gracia, con una puesta en escena mediocre, al igual que sus tramas que demuestran el desgano de todo los que participan y que solo sirven para mantenerlos trabajando. Pero también hay otro grupo de películas que explotan todo la ternura e ira que suele acompañarlo, como por ejemplo en Punch Drunk-love (2002) de Paul Thomas Anderson, y también en The Wedding Singer (1998) o 50 first Dates (2004), películas que entienden la incomprensión que genera Sandler.
Hubbie Halloween entra en un terreno neblinoso; no se trata de una mala película, pero tampoco de una buena, es simplemente un producto estándar típico de Netflix. Es poco memorable, y seguramente quedara en el olvido pero como suele suceder cada vez que sale una película de Sandler despertará la discusión entre los lo defienden y los que lo defenestran, y ambas partes tienen razón.
Hubbie es la persona más inocente y buena de un típico pueblito norteamericano que constantemente le hace bullying al punto de que está acostumbrado a esquivar todo lo que le tiran, pero llega Halloween y las cosas se ponen raras; un vecino nuevo se muda, gente desaparece y al parecer Hubbie es el único que se percata de todos estos hechos.
Esta película es la nueva colaboración entre el actor y Steven Brill quienes vienen trabajando juntos desde Little Nicky (2000). En su cuarto trabajo en conjunto Brill da gala de saber como crear escenas de terror. El mejor aspecto de Hubbie Halloween es el clima que crea aprovechando esta celebración, el gran acierto está en el diseño de producción. Salem es un pueblo que vive al máximo la noche de brujas y que invita a que uno quiera festejarla, eso, junto a la aparición de Steve Buscemi y la dupla que forma junto a Rob Schneider son lo más conseguido de esta propuesta que tiene muchos otros problemas.
Es principal de todos es que su humor no funciona. Ningún chiste causa gracia y Sandler vuelve a caer – aunque no tanto – en el vómito y pedo, algo que no da gracia desde hace más treinta años. Hay algo de viejo en lo que proponen estas películas, como si se tratara de esas películas nacionales de humor que cada tanto salen, donde se reúnen personajes de la farándula a hacer humor que ya conocemos. Por supuesto que hay una distancia enorme entre Hubbie Halloween y esos esperpentos pero en el fondo la sensación que dejan es la misma.
Sandler vuelve a hacer a ese niño atrapado en el cuerpo de un adulto que no tiene odio y que no devuelve lo que le hacen, sino que los deja ser. Hay algo de cariñoso en la forma en que ve a los personajes – incluso en los villanos – que rompe con la idea de castigo típico de muchas películas. Aunque no quiere decir que nos importe, el interés romántico no tiene peso y podría estar o no – la verdad sería lo mismo – sumado a que los actores no tienen química; de igual modo pasa con la familia, que se podría reemplazar con cualquier otra y no se notarían los cambios. En cierto sentido parece como si se tratara de un multiverso, donde aparecen casi siempre los mismos actores y se tocan siempre los mismos temas y se propone la misma mirada. Los directores podrán ser otros pero en el fondo se trata del mundo de Sandler.
Hubbie Halloween es simplemente eso, una nueva entrada en el universo de este actor, que cada vez que estrena una película las redes sociales se debaten sobre su calidad; en muchos casos es justificado su odio, en otros no y esta película está entre la espada y la pared. Valoración: Regular.