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Humans, lo primero es la familia

Por Luis García Fanlo

No es fácil hacer una serie sobre la relación entre robots y humanos ya que se trata de un género ampliamente transitado por la literatura, el cine y la televisión desde múltiples perspectivas filosóficas, sociológicas, antropológicas y fantásticas. La sola mención de Isaac Asimov, por ejemplo, con su I, Robot, constituye todo un género en sí mismo y una matriz imprescindible para cotejar la originalidad de los aportes que puedan hacerse a la temática. En particular, sus famosas tres leyes de la robótica: un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño; un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera Ley; un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda Ley.

Son innumerables las historias contadas por la ciencia ficción y el género fantástico en las que participan robots, inteligencias artificiales o androides sin constituirse en el tema principal. De modo que se me viene a la mente el famoso robot Robby al que vimos en la película Forbidden Planet y la serie de televisión Lost in Space, el androide Roy Batty de Blade Runner, el inolvidable Data de Star Trek, los temibles Cylons de Battlestar Galactica, los diferentes modelos de Terminator, el David de A.I. Artificial Intelligence, el robot de Metropolis, las máquinas inteligentes de Matrix, en fin, la lista es casi infinita y resulta imposible citar a todos. En el caso argentino le debemos a Eduardo Holmberg el ser el iniciador del género en nuestro país con la publicación en 1879 de Horacio Kalibang o los autómatas.

En esta larga genealogía del género hemos tenido que aprender la diferencia entre máquinas, autómatas, robots, androides e inteligencias artificiales, a veces héroes y otras villanos, ingenuos o sádicos, que aspiran a ser humanos o que odian a la humanidad, que son pensados como objetos para reemplazar el trabajo humano o que esclavizan humanos para convertirlos en energía, alimento o carne de cañón. Hemos visto todo tipo de formas, algunas más antropomórficas otras más maquinicas. Y entonces nos preguntamos si queda algo por enunciar o mostrar que sea original, novedoso, interesante en este género.

Humans es una serie de televisión estrenada en junio de 2015 y producida en forma conjunta por AMC (USA) y Channel Four (UK) que explora un futuro cercano en el que los sintéticos se han incorporado a la vida cotidiana como los teléfonos celulares, Internet o los cajeros automáticos.

El guión está basado en la serie sueca Real Humans creada por Lars Lundström y está reimaginada para su versión británica por Sam Vincent y Jonathan Brackley para una primera temporada de ocho episodios. De modo que estamos ante una serie europea y como tal, hay que juzgarla, interpretarla y analizarla, y también en cuanto a la segura remake norteamericana que le sucederá.

Digo esto porque el tema de la serie no son los androides ni su relación con los humanos sino la familia, las relaciones y los conflictos familiares, es decir, temáticas que en general son ajenas a las series británicas o europeas pero que constituyen la matriz básica de toda serie norteamericana de los últimos años. Y ahí es donde falla la serie porque se ajusta a esa matriz y no transgrede.

Seas robot o humano te pasan más o menos las mismas cosas, seas adolescente o viejo, madre o padre, incluso mitad humano y mitad sintético. El melodrama familiar impide que el relato pueda ingresar en alguna zona conceptual crítica hacia los vínculos entre tecnología y sociedad, o al campo aún más profundo de cómo la vida artificial puede borrar las diferencias entre zoe y bios o hacerlas tan difusas que más que una frontera se convierten en un umbral.

De todos modos la serie destaca por su estética típicamente británica, su suavidad para los giros argumentales y su sobriedad en el modo en que los cuerpos se mueven y las almas se agitan. Todo parece moverse en cámara lenta y los intervalos entre una y otra escena hacen la pausa necesaria para el que quiera problematizar lo que la serie solo sugiere.

Luis García Fanlo

Luis E. García Fanlo (Buenos Aires, 1957) Doctor en Ciencias Sociales y Sociólogo (UBA). Investigador del Área de Estudios Culturales (IIGG-UBA). Investigador del Centro de Investigaciones en Mediatizaciones (UNR).