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En el último tiempo Hollywood se ha cansado de llevar a la pantalla los cuentos más famosos de los hermanos Grimm, esos mismos cuentos que luego fueron endulzados para los niños, con personajes que vivieron felices y comieron perdices. Algunos estudios se han atrevido a retomar las historias originales, con su tono oscuro y dramático y así han salido films como Snow White and the Huntsman o Red Riding Hood, por ejemplo. Into the Woods pertenece a este grupo, aunque claro, al ser un musical se diferencia por razones obvias. Stephen Sondheim y James Lapine lo escribieron en 1987 para Broadway, y ahora Rob Marshall (Chicago, Nine), experto en la materia, decidió adaptarlo al cine.
La premisa de la historia es bastante simple: debido a un hecho del pasado, la bruja (Meryl Streep) hechó una maldición sobre la familia del panadero (James Corden) y por ese motivo él y su esposa (Emily Blunt) no pueden tener hijos. Un día, la bruja llega a la casa de la pareja y les dice que hay una manera de revertir el hechizo, pero para ello deberán conseguirle en tres días, cuatro elementos para hacer una poción: obviamente, deben buscarlos en el bosque.
Es así que ambos se embarcan en una pequeña travesía y cruzan caminos con los otros personajes de la historia: Cenicienta, Jack, Caperucita y Rapunzel, entre otros. Cada uno de estos personajes tiene algo que la pareja desea pero también sus propios problemas y objetivos. El bosque es el lugar donde todas las historias confluyen y donde la trama principal se desarrolla.
Al ser un musical, hay poco diálogo hablado, y dentro de la banda sonora, temas como No One is Alone, Stay With Me y Children Will Listen son las piezas que más destacan.
Uno de los puntos fuertes del film es, sin dudas, el gran elenco: de Meryl Streep ya no se puede agregar mucho porque ya lo hemos dicho todo, es perfecta y puede hacer cualquier cosa. Detrás de ella, Anna Kendrick y Emily Blunt son las que más se lucen en sus papeles al igual que el talentoso James Corden. Y ya que estamos, no se pierdan a Chris Pine, que sorprende cantando y tiene una escena tan bizarra como graciosa con el otro príncipe, Billy Magnussen.
Fuera del elenco y la música, una de las cosas más imponentes de esta producción de Disney es el tremendo diseño de producción (a cargo de Dennis Gassner, nominado al Oscar) y el vestuario (a cargo de Colleen Atwood, que también recibió nominación a los premios de la Academia). Se le podrá discutir cualquier cosa al film, pero en estos aspectos es impecable.
¿Por qué decimos que no es un film apto para niños? Porque Into the Woods es una película oscura, con más drama que comedia, un poco de tragedia y ciertos temas que no parecen del todo adecuados para un público infantil. No es una típica película con happy ending y al ser bastante fiel a las versiones originales de los cuentos, puede que los niños salgan confundidos de la sala (y un poco «aterrorizados»). Por otra parte, la duración le juega en contra, ya que dos horas es demasiado para lo que plantea, y ni mencionar que si el género no les gusta demasiado, van a perder paciencia, plata y tiempo (y con esto no me refiero a los niños, señores papis).
El film de Rob Marshall no es el musical del año ni mucho menos pero es una propuesta interesante, con un gran elenco y una buena banda sonora. Solo por las últimas razones, vale la pena darle una chance.