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“Nació un 14 de agosto de 1953 en Los Ángeles, California”. Así solemos comenzar la típica nota que tanto nos gusta hacer, esa en la que hablamos de un actor, director, deportista destacado y, por si alguno no lo conoce, incluso lo “presentamos en sociedad”. Lamentablemente, a veces nos toca hacer otras notas donde lo que destaca es otra fecha, la que más duele: la de fallecimiento de tal o cual persona. Y cuando llegan esos momentos, nos preguntamos ¿Por qué no escribimos sobre este tipo antes? ¿Por qué no lo homenajeamos en vida?.
Muchos lo conocerán por ser el compositor de Titanic, pero James Roy Horner fue más que eso. Con una enorme cantidad de bandas sonoras realizadas a lo largo de los años, Horner se convirtió en unos de los compositores estrella de Hollywood.
El 22 de junio, en medio de bastante incertidumbre y a causa de un accidente aéreo, el norteamericano perdió la vida a los 61 años y desde ese momento, su música ha pasado a ser su legado.
James Horner comenzó a tocar el piano a una edad muy temprana, y en la década del 70 comenzó a interesarse por la música de película, componiendo scores para films estudiantiles. Sus primeros trabajos en largometrajes fueron The Lady in Red, Battle Beyond the Stars y Star Trek: The Wrath of Khan, aunque sus verdaderos éxitos llegarían después, cuando colaboró con directores de la talla de James Cameron, Ron Howard, Steven Spielberg, Edward Zwick y Michael Apted, entre tantos otros.
Varias veces nominado al Oscar, ganó en 1998 por la recordada Titanic, y la victoria fue doble, ya que se llevó un premio por la banda sonora y otro por la canción My Heart Will Go On, cantada y popularizada por Céline Dion.
“In all the films I work on, there’s always that “What is the heart of the film?”, and I try and nail that.” – James Horner, Classic FM
Horner ha logrado con varios de sus scores (y esto ya es una opinión personal) algo que no muchos pueden: que uno llegue a recordar una película por una melodía y que vuelva a esa melodía sin necesidad de retornar al film. Horner con sus composiciones llegaba al corazón.
La música tiene ese poder maravilloso de trasladarte a una época, un momento, una escena, una imagen, pero también tiene el poder de emocionar, de la manera que muchas veces una actuación y una imagen no lo logra. La música puede moverte entre un sinfín de emociones y si llega, si toca la fibra más intima, su función está cumplida.
Horner decía que para él era importante que el espectador sienta con el corazón lo que sucedía en el film: “When we lose a character, when somebody wins, when somebody loses, when someone disappears — at all times I’m keeping track, constantly, of what the heart is supposed to be feeling. That is my primary role” (LA Times).
El norteamericano ha impuesto su estilo en las composiciones, adueñándose de cada género y temática en la que ha trabajado, haciendo la música perfecta para cada ocasión. Supo explotar el uso de instrumentos de percusión y los famosos horns; recuperar instrumentos de diversas culturas e incluso inventar otros tantos. Sus melodías celtas serán tan recordadas como ese sonido que creó para Avatar, con instrumentos étnicos acordes al mundo fantástico de Pandora.
¿Cuántas veces pasa que escuchamos una melodía y nos suena de algún lado? Y resulta que nos suena no porque ya la habíamos escuchado sino porque era del mismo compositor y tenía características similares a otra, momentos particulares que hacían fácil reconocer al genio detrás de la composición . Con James pasaba y pasa eso (y con Desplat, Zimmer, Shore), se puede reconocer una melodía sin saber que es de él, porque su estilo (a pesar de la diversidad) lo delata y su marca no se borra.
Horner hizo más de 140 bandas sonoras (sí, leyeron bien). No las voy a nombrar todas pero sí recordar algunas, las que más resonaron, o las que han quedado sin duda en la cabeza de muchos. (Si sus favoritas no aparecen en esta lista sepan disculpar).
Podemos empezar con Aliens, dirigida por James Cameron y con quien trabajaría varias veces a lo largo de su carrera. También The name of the Rose (con Sean Connery); Field of Dreams (protagonizada por Kevin Costner) y Legends of the Fall, en mi opinión una de las más hermosas y mi favorita (piel de gallina cada vez que suena el tema principal).
Braveheart fue otro de sus grandes éxitos: dirigida por Mel Gibson (con quien también trabajó en varias ocasiones) es una de sus destacadas y nominada al premio de la Academia, el mismo año que Apollo 13 (de Ron Howard).
Titanic (inolvidable), A Beautiful Mind, The Boy in the Striped Pyjamas; Avatar, y más recientemente The Amazing Spider-Man forman parte de una enorme lista que se seguirá extendiendo porque en los próximos meses se van a estrenar los últimos trabajos que hizo antes de morir: Wolf Totem, Southpaw y The 33.
Ya sea que pongamos play en youtube, tengamos algún disco, o nos sentemos a ver alguno de los films, está claro que hay que recordarlo a través de su música, su legado. El mundo del cine y la música llorará su muerte durante un largo tiempo y nosotros también. Te vamos a extrañar, James.