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Las chicas necesitaban su Rambo. Heroína de un evento perverso, esperanza de un pueblo sufrido y la rebelión entre galanes. Una mujer que se adueña de la violencia con una sonrisa tímida y arrasa con sus enemigos internos para mostrarse única ante la vida. Es un excelente consejo para la mujer joven del siglo 21, es más debería ser el primero.
Merca teen. El espíritu joven global necesita revelarse y ya no es suficiente ser Mago ni entramar el amor, ahora queremos matar. Hacer de nuestras ideas los sobrevivientes de nuestra era y ganar el respeto para nuestras tribus o grupos. En la película esto se revela y su protagonista lleva a Katniss Everdeen al extremo. 16 años, valentía para pensar, timidez para amar y un mundo que conquistar parece ser la fórmula para llegar a la joven de hoy.
El libro es mejor, always. Ni tan exitosa como el invento de J.K. Rowling, Harry Potter; ni tan bien llevada al cine como la trilogía de El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien; ni a los tobillos de la trilogía Millennium de Larsson; y empate cerrado por el éxito de la obra de Stephenie Meyer, la saga Crepúsculo. La historia no se luce y hasta por movimientos de cámara o composición se pierde el interés.
Best. Las risas de Stanley Tucci en su mezcla de Ryan Reynolds con Joan Rivers; Woody Harrelson con su espontáneo borracho Haymitch; el detalle de buen gusto que és Lenny Kravitz y la música (escuchar entero el Soundtrack de The Hunger Games). Está bueno que uno de los hombres más sexy del mundo, Liam Hemsworth (Gale Hawthorne) pierda como galán pero no hay forma que el teen Josh Hutcherson (Peeta Mellark) se lleve a la hot Jennifer con dos caras de perro mojado con casco de pelo.
Una peli que ver, un libro que leer y una sociedad que pensar. Interesantes las metáforas y el mensaje oculto. Espero se lo descubra y nos pensemos como la sociedad deplorable que no llega a matar pero que se encamina a ver todo el día Gran Hermano.
Con la mente totalmente abierta, unas pocas expectativas y sin haber leído la trilogía de Suzanne Collins, me dispuse a observar la súper híper marketinizada película The Hunger Games. Su titulo me generaba desinterés pero la heroína de la historia me integraba. Mis fichas estaban todas puestas en Jennifer Lawrence, y no era para menos.
Me tomé los primeros cuarenta minutos para ubicarme dentro de la trama, y al comenzar a entender las reglas del juego, no pude evitar simpatizar con Katniss Everdeen, mientras me horrorizaba desde mi butaca al verme reflejada, como sociedad, en los habitantes de Panem, con su cinismo, el instinto de supervivencia y la opresión de un gobierno.
No era Survivor, y tampoco era The Truman Show, pero sin darme cuenta, me contagie de la desesperación que tenía Everdeen al entrar al bosque, y no podía evitar agitar mis manos como si estuviese mirando una película de Michael Mann, donde la adrenalina aumenta con cada minuto que pasa.
The Hunger Games no tiene muchos efectos (bastante pobres para semejante producción), las acrobacias son pocas pero reales, y los héroes de esta película se fortalecen de sus debilidades y de sus virtudes frente a la adversidad. El resto de los personajes enriquecen la trama con su ironía y la representación de la ridiculez en su máxima expresión. Stanley Tucci como Flickerman, un conductor de Tv letal, prueba que hacer de villano, es lo suyo. De estúpida inocente o de inocente estúpida, Elizabeth Banks llama tímidamente mi atención por primera vez en toda su carrera como Effie Trinket. No recuerdo alguna vez que Woody Harrelson haya interpretado a un borracho, y su perspicaz no se destaque. El personaje de Haymitch Abernathy estaba destinado para él.
Lo que no estaba destinado a ser es Josh Hutcherson como el enamorado de Katniss. Juntos carecen de emoción y química alguna, aún cuando Lawrence demuestra con todas las letras que es una actriz hecha y derecha, sin importar el género de la película de turno.
The Hunger Games saca muchos trapitos al sol para analizar. Desde el análisis de una sociedad, un gobierno, pasando por el proceso de cómo debe adaptarse una obra literaria, pero sin olvidarse de representar lo esencial que una verdadera heroína debe tener.
Por primera vez en mucho tiempo me decido a ver una Saga (el comienzo en realidad)
cuyos libros no leí. Y aunque parezca una estupidez, la sensación es más “placentera”,
porque el hecho de no saber nada, de no tener escenas en la cabeza para ver si las hacen tal cual, en fin, olvidarse de la eterna comparación, me permitió disfrutarla de otra manera.
Los Juegos del Hambre es una película fascinante y más que interesante. El planteo más perverso, la experiencia más excitante. Suena crudo, pero es así.
El conflicto es claro y sólido y eso le permite al film tener una trama casi sin fisuras que no decae en ningún momento. Quizá la etapa previa a la competencia se vuelve un poco densa, pero tampoco aburre, asique no voy a objetar nada.
Las actuaciones son buenas, pero se destaca Jennifer Lawrence, la protagonista femenina que se pone la película al hombro. Los protagonistas masculinos están bien también (aunque de Hemsworth no vemos mucho) pero no logran destacarse. Stanley Tucci vuelve a dar un trabajo perfecto, como de costumbre, y particularmente me gustó mucho Wes Bentley (Crane) y Woody Harrelson (Haymitch).
En cuanto a la película en sí, visualmente hablando, hay que decir que estamos ante una film de gran producción, con mucha parafernalia, vestuarios imponentes, lugares sofisticados y demás. Está muy bien planteado el contraste distrito/capitolio, aunque quizá un poco exagerado. No sé cómo es en el libro, pero por momentos me pareció un poco ridículo.
En cuanto a la competencia, hay que decir que la utilización de cámara en mano fue acertadísima. Está claro que el director y los montajistas tuvieron que obviar mostrar partes más explícitas, sangrientas de la batalla campal, porque se podría haber cruzado un límite que no está bueno. Y si tenemos en cuenta que está calificada para mayores de 13 años, estaba claro dónde había que “parar”. No voy a decir que solo se insinúa, porque es más que eso, pero tampoco la crudeza extrema.
La banda sonora… y acá hago un stop. Si hay algo a lo que le presto demasiada atención y le doy demasiada importancia es a la música. ¿Dónde está el tremendo soundtrack? El score es hermoso, no lo niego, pero ¿Y los temas de los que tanto se jactaron? No digo poner a Taylor Swift en medio de la carnicería, pero…con los créditos no siempre alcanza.
Para terminar…¿Es fiel al libro? ¿Le hace justicia? ¿Lo destrozó? Como no los leí, no puedo responder estas preguntas. Yo hablo de lo que vi, el producto en pantalla, la historia que me vendieron, que, supongo, será la misma que la de los libros (si no estamos en problemas). Los Juegos del Hambre promete ser una saga más que interesante. Esta primera parte lo demuestra.