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Con una mezcla de cara de niño y cara de grogui, Joseph Gordon Levitt es uno de los pocos actores de Hollywood que ha podido tener una carrera muy estable desde joven. En comparación a sus pares, como Ryan Gosling, quien empezó su carrera casi a la misma edad y en el mismo año, Joseph al principio no se destacó por obtener grandes papeles, ni ser la cara bonita de la tele. Pasó disimuladamente por las serie televisivas Dark Shadows y 3er Rock From The Sun, donde adquirió un poco más de fama.
Su éxito mundial llegó de la mano de la película 10 Thing I Hate About You (1990), protagonizada por Julia Stiles (Trilogía de Bourne) y Heath Ledger, quien también adquiriría fama mundial. Pero en vez de elegir el camino fácil que conlleva interpretar comedias románticas que lo pondrían en el status de “galán”. Joe, como le gusta que lo llamen, comenzó a adentrarse en el mundo del cine con películas que nada tenían que ver con los blockbusters.
Desde el 2000 hasta el 2009, este actor californiano pasaría muy por debajo del radar de Hollywood con papeles sumamentes oscuros y trastornados psicológicamente, que poco a poco captarían la atención de los críticos antes que la del público. Antes de poder memorizar sus apellidos, películas como The Lookout (207) y Stop-Loss (2008) estaba en boca de todos a causa de las perturbantes interpretaciones de Gordon-Levitt.
Joe, no fue muy popular durante sus días de secundaria, odia los autos y odia el término de “celebridad” “Realmente no me gusta esta idea de que algunas personas son más importantes que otras personas. Las historias de estas personas superiores llamadas ‘celebrities’ te enseñan que lo que tienes que decir no importa. Es degradante» dijo el actor en una entrevista para la revista GQ.
El actor quería ser más que una mera celebridad, por lo que de alguna manera construyó su propio camino para distanciarse del rol que tiene en Hollywood. Con su propio dinero en el 2007, Joe le dio forma a la organización HitRECord, descripta por él como “una compañía de producción abierta a la colaboración, donde hacemos cosas juntos”, que invita a escritores, músicos, cineastas, editores de video, animadores, fotógrafos, e ilustradores a participar de sus proyectos.
Básicamente lo que Joe y HitRECord hacen es ayudar a difundir el arte de desconocidos, mediante películas, cortos, libros, álbums, entre otras cosas. Otro de los lemas con los que el actor describe a su compañía es “no hacemos películas para hacer dinero; hacemos dinero para hacer películas”.
Este actor treintañero que parece que nunca envejece, siguió marcando el camino a su manera con proyectos muy personales, pero nunca abandono el cine por completo. Incluso fue en el 2009 cuando por fin el estatus de “celebrity” que el tanto detesta se usó para referirse a su persona. La película, que no es una historia de amor, (500) Days of Summer , protagonizada por él y Zooey Deschanel, fue la razón: una comedia romántica poco convencional sobre una chica que no cree en el amor verdadero existe, y un chico que se enamora de ella.
Joe no pudo evitarlo, y nosotros tampoco; de repente todos estábamos hablando obsesivamente de esta película (no) romántica, mientras le poníamos replay, y pensábamos lo perfectos que eran Tom (Gordon Levitt) y Summer (Deschanel).
Desde entonces, a Joseph Gordon Levitt le llueven las propuestas, y nada de trabajos menores. Protagonismos es lo suyo, y de los buenos. Basta con ver los últimos 5 años de su carrera para darse cuenta que Joe lo puede hacer todo. Desde un drama que se ríe de la desgracia propia (50/50, 2011), hasta entrar en tus más profundos sueños para plantar una idea (Inception, 2010), o salvar Gótica junto a Batman (The Dark Knight Rises, 2012). Ser la versión joven de Bruce Willis (Looper, 2012), pasarse la película entera recorriendo las calles de Manhattan en bici (Premium Rush, 2012), ser el hijo de un Presidente (Lincoln, 2012) o dirigir su propia pelicula (Don Jon’s Addiction, 2013) y poder contar con Scarlet Johansson como protagonista.
Pocos actores como Joseph Gordon Levitt pueden darse el gusto de estrenar cuatro películas juntas en menos de seis meses. Y le guste o no, Joe es una celebridad, pero de las raras. Su pasar ante nuestros ojos nos ha demostrado que él no es un actor cualquiera; más de veinte años de carrera respaldan que ese estatus que este actor tiene hoy en día, se debe al prestigio y notoriedad que él solo pudo y quiso construir.
