Cine

La vida de Adèle, capítulos 1 y 2. Amar y sufrir por amor

Por Paz Garabal

El amor a primera vista. Deseo, amor, pasión. Amar y sufrir por amor. Una experiencia cinematográfica sublime, y la realidad impregnada en cada plano. Fueron tres horas de magia, en las que caí en el encantamiento de una hermosa historia de amor. Una obra de arte. De amor y erotismo. De crecimiento, la adolescencia a la madurez. En seis meses de rodaje, sus protagonistas crearon un vínculo que trasciende las imágenes,  en sentimientos que llegan a los espectadores anonadados por tanto talento y belleza en cada una de las miradas y primeros planos. Es esa profundidad interpretativa a la que llegan intensamente, tanto que deslumbra.

Este film ganó el reconocimiento más importante del Festival Internacional de Cine de Cannes 2013, la Palma de Oro. Sus protagonistas Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux recibieron también la distinción, con Palmas de Oro honorificas. Convirtiéndose en la primer película en la que el director y sus protagonistas fueron galardonadas con el premio mas importante conjuntamente.

Desde que arrasó en Cannes, intente no leer nada sobre esta película. Quería verla en el cine, sin info ni condicionamientos que me alejen de esa intensidad que da el amor a primera vista. Llegué a la sala pensando que iba a ser un lez meeting point y quede felizmente sorprendida al encontrarme con un importante público heterogéneo, de diferentes sexos y edades.

“La vida de Adèle. Capítulos 1 & 2” es dirigida por un reconocido de la cinematografía francesa y aclamado por la crítica, Abdellatif Kechiche. A la primera que seleccionó para formar parte de este proyecto es a la luminosa,  promesa del cine francés y una figura ya consagrada que ha trabajado con grandes directores. Léa Seydoux en la piel de Emma, una joven estudiante de bellas artes de pelo azul que deslumbrará al personaje central de esta historia que es interpretado por Adèle Exarchopoulos, una revelación que comenzó el rodaje con 18 años.

La película adapta “libremente” Le bleu est une couleur chaude (Blue is the warmest colour), comic francés de Julie Maroh. En la novela gráfica, el personaje que interpreta Adèle Exarchopoulos se llama Clementine. El director, en la tercera semana de rodaje, le pregunto si ella podía darle su nombre. Al ver 20 minutos del film, se entiende porque es tan precisa la decisión autoral del director.  Porque la interpretación de Exarchopoulos es la verdad de este relato; y esa realidad que fluye, de la verdad en su interpretación, la dan ambas actrices como participes autorales del film.

De lo que más se ha hablado y escrito de esta película que se estrenó hace dos semanas en 20 salas de los cines argentinos, es de dos temas. Primero de las largas escenas de sexo lésbico que incluye, consideradas como “poco creíbles”, “coreografiadas”, “extensas” y rematándola con “pornografía para hombres heterosexuales”. Y por otro lado, las discusiones entre el director y las dos protagonistas, después de una ovación de pie, y el mayor reconocimiento, en Cannes.

Ellas sabían que había sexo explícito, con ver algunas páginas del comic, Exarchopoulos y Seydoux eran conscientes de en donde se metían. Es habitual ver indicios de relaciones sexuales en el cine, la desnudez implicada por unos hombros desnudos bajo las sábanas o un cigarrillo compartido en una cama. En este film que habla sobre la iniciación sexual, sí se ven escenas de sexo. La verdad es que no cronometre la duración de los encuentros sexuales de Adèle y Emma (porque estaba paralizada por lo que veía). Se critica al film hablando de la cantidad de poses, como si fuera un kamasutra lésbico. Mi interpretación es que, a lo que apunta el director es a transmitir la intensidad sexual que vincula a estos personajes. Ya que en el capítulo 2, se hablará de esto, vestidas y café de por medio. En una de las escenas en las que estalla la magnitud del talento de las actrices.

Ahora bien, en una película que dura tres horas, menos de 10 minutos de sexo en pantalla no es para hacer tanta historia. Sí, las escenas son muy jugadas.  “Porno”, uhm, no. Lo que si tengo que decir es que, viendo el primer encuentro sexual entre Emma y Adèle, en un momento, me di cuenta que yo estaba con la boca abierta, literal. Porque no podía creer lo que estaba viendo en un cine. Anonadada, preguntándome si estas actrices lo habían hecho realmente… Si es que el director las había filmado haciéndolo. Tan real que me pregunté si así era. Y el haberme preguntado eso es mérito del trabajo del director y estas bellas criaturas azuladas.

En relación al tema del rodaje difícil y conflicto after Cannes. El proceso de la realización de este film fue difícil. Y las actrices lo hablaron en su paseo publicitario del film. Lo que no le cayó bien al director. A tal punto que en una rueda de prensa hizo llorar a Seydoux. Eso no se hace. El tema se volvió personal, bardeándola por el contexto familiar de alta sociedad cinematográfica a la que ella pertenece. Y Seydoux puso un stop a su participación en la promoción del film.

A lo que apuntaban las actrices es a la cantidad de tiempo, semanas haciendo una misma escena. La repetición que las volvía locas. Más allá de la improvisación que intensifica la realidad en el film, Seydoux y Exarchopoulos hablaron de que el director no les decía nada. Sin darles indicaciones  precisas, los largos planos se repetían día a día. El rodaje duro seis meses, el doble de tiempo de lo que se había pactado. Con unas 800 horas de grabación, es entendible que dure 3 horas. En stalker mode on, el director las grababa cuando dormían, cuando comían. Como para dar un ejemplo de lo difícil del rodaje y post. En una escena en la que los personajes de Emma y Adèle, son  encontradas desnudas por los padres de una de ellas, hay conflicto. Conflicto que se lleva a cabo con ambas full naked. Esta escena en la que dejaron todo, cuerpo y alma, que se rodó incansablemente por semanas, repitiéndola una y otra vez. Esta escena… no formo parte del film. Ponele que decir que “fue difícil” es lo menos que podes decir.

Como para agregar colores, se sumaron las opiniones de la autora de la novela gráfica. El director nunca agradeció al recibir la Palm D’ Or, ni menciono a la autora del comic. Ni le permitió participar del proyecto activamente, que tuvo una producción de alrededor de dos años. En cierta medida es lo que más le critican a Kechiche, la ausencia de lesbianas en el set. Es decir, de consultar con mujeres homosexuales en la realización de una película que habla del amor entre dos mujeres.

Se mencionó en muchos caracteres esta película, al no haber estado nominada para los premios Oscar como mejor película extranjera. Lo que la mayoría desconoce es que la película no formaba parte de la competencia para participar este año. La película tendría que haberse estrenado antes, motivo por el cual no la nominaron este año porque no pudo estar en competencia por cuestiones de fecha de estreno. Poco importa si la nominan próximamente, sigue recolectando premios alrededor del mundo. Y la verdad es que el mayor reconocimiento lo descubre cada espectador que la ve y la aplaude. Y hacer historia en Cannes es más importante que ser una película más.

¿Por qué el azul es el color más cálido?  Dos temas en que explican en algunas palabras el por qué amé ésta película. Por qué me enamore de sus protagonistas. Y por qué a “La vida de Adèle. Capitulos 1 & 2” la considero una de las mejores películas que vi en mi vida.

Una obra de arte

“Creo que leí el libreto una vez”. Adèle Exarchopoulos y la improvisación que se dio lugar como metodología en el rodaje. Y es gracias a esa improvisación en las escenas, y ese juego que propone el director que impregna en cada plano de la película un realismo que abruma, conmueve, paraliza, enamora. Los sentimientos traspasan la pantalla, porque las actrices pueden sostener cada una de las escenas a flor de piel.

En la novela gráfica, hay un trabajo especial con el color azul. También en la película. Es una clase de arte cinematográfico. Destacar lo pensado de cada plano.  La utilización de un color para contar una historia.  Es esta tan solo una de las herramientas que utiliza con maestría el director que en mi opinión  la convierten en la obra maestra de un artista que cuenta una historia de amor. Nada en este film es azaroso. Cada plano tiene un motivo, y una razón para la composición de esta historia.

Une histoire d’amour

Una historia de amor en el idioma del amor. El titulo original nos da un indicio de que solo estamos viendo dos episodios de la vida de Adèle. Exarchopoulos da vida magistralmente a Adèle, no solo el nombre, ella en cada mirada y gesto, deslumbra. Sublime. Su personaje crece, desde su adolescencia hasta convertirse en una mujer. Recorremos los capítulos 1 y 2 de la vida de este personaje. Desde su novio de la escuela, hasta que la besa una compañera.

En su camino se cruzará con una joven de pelo azul. La más bella de todas, Léa Seydoux (ella, la Bella en la nueva superproducción francesa La belle et la bête). Son tan hermosas y el director, consciente de su belleza utiliza cada fragmento de ella en primeros planos logrados y trabajados.

El reconocimiento en Cannes, continuó la celebración de la aprobación de la ley de matrimonio igualitario en Francia, que se dio semanas antes de que este film recibiera uno de los premios más importantes de la cinematografía mundial.

Una historia de amor entre dos mujeres. En la que ninguna muere, ni esta loca, ni es una asesina serial, ni la mata un asesino serial, ni son drogadictas. Como en las películas que han ofrecido un relato de un amor entre dos mujeres en el main stream cinema. La visibilidad en el cine de las parejas de un mismo sexo, no es el eje de este film que logra, no convertirse en una convencional película realizada por y para un público lésbico. Lo que tiene de maravillosa esta película es que trasciende el sexo que tengan. Es una historia de amor. Un film que resalta el cómo una persona puede cambiar tu vida.

http://www.youtube.com/watch?v=JIa1zcA0eUg

Steven Spielberg, director del jurado del Festival de Cannes del año pasado, les dijo a las protagonistas de “La vida de Adèle” que era la mejor historia de amor que había visto en pantalla, que se la iba a mostrar a sus hijos, que la adoró y que le había encantado que fuera una película a flor de piel.

Ame. Amo. Y amare para toda la vida esta película.

Paz Garabal

Actualmente estudia la Licenciatura en Cine en la IUNA, además de dedicarse a la producción teatral desde hace 8 años, asesorando ciclos musicales y eventos. Le apasiona el cine, le apasiona la vida. Al leerla entendemos cuánto arte tiene encima. Una chica feliz.