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“El erizo” (“Le hérisson”) es la adaptación fílmica del libro “El encanto del erizo” de la francesa Muriel Barbery dirigida por Mona Achache y deliciosamente interpretada por Josiane Balasko, Garance Le Guillermic y Togo Igawa. Una película llena de encanto, que nos habla de lo fácil que nos parece vivir cuando se conoce el amor, la compañía y la amistad.
Un sencillo drama que gira en torno a dos historias de vida completamente opuestas que logran, en algún punto, coincidir una con otra. Paloma, una niña de once años cuyo único propósito es filmar una película sobre lo absurdo que es vivir, para luego quitarse la vida el día de su duodécimo cumpleaños, determinada a “ no vivir como un pez en su pecera y acabar en una bolsa de plástico”.
Por otra parte, Reneé, la portera del edificio de lujo donde habita Paloma. Una viuda cincuentona, solitaria y aficionada a la lectura, donde encuentra el escondite perfecto ante las adversidades del día a día.
Un vecino recién llegado, el señor Kakuro Ozu, de origen japonés, logrará ver en Reneé una suerte de reencarnación del erizo: por fuera cubierta de púas, como una auténtica fortaleza, pero en su interior dócil, sensible y de una innegable belleza. Lo que significará, sin duda alguna, un giro inesperado en la vida de la portera, quien a partir de entonces se dispone a amar.
Un film sencillo de ver, entretenido, con una pizca de humor y una música que lo complementa perfectamente bien. La elegancia y sofisticación del cine francés dice presente una vez más. Imperdible.
La banda sonora es obra de Gabriel Yared, el compositor libanés que ha logrado emocionantes momentos en películas francesas y americanas por igual. Ganó un Premio Oscar y un Premio Grammy por su trabajo en El paciente inglés (1996) y fue nominado por El talento de Mr. Ripley (1999) y Cold Mountain (2003). Aquí algunos fragmentos de la excelente música.
