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Si preguntas a cualquier cinéfilo, fanático o no de la acción, sobre cuál es la película más icónica de Bruce Willis, de seguro te van a responder Duro de Matar (Die Hard). La película en cuestión lo alejó en 1988 del perfil de actor cómico que consiguió con la serie Moonlighting (1985) y lo catapultó a la fama a nivel mundial y como el héroe contemporáneo de la acción como el famoso John McClane.
De la primera a la cuarta, te decimos cuales han sido las mejores películas de lo que parece una interminable saga.
Bruce Willis se transforma en el nuevo gran héroe de la acción y en un modelo a seguir para aquellos actores que quisieran adentrarse en el género durante los años 80 y los 90. El policía de Nueva York, John McClane, debe rescatar a los rehenes y a su esposa, quienes están bajo las armas del terrorista interpretado por Alan Rickman, dentro un alto edificio en Los Ángeles en plena Noche Buena.
Esta primera Duro de Matar no solo demostró lasa habilidades físicas que tenia Willis y que marcarían su carrera desde ese entonces en adelante (el actor hizo todas las escenas de riesgo sin la necesidad de dobles), sino que convirtió a McClane en un personaje clásico de la película de acción que combina la comedia irónica y acida. John McClane será por siempre recordado en su paso por el cine por su frase “yippee-ki-yay motherfucker”.
Casi veinte años después del inicio de la saga, Bruce Willis regresa al cine como John McClane pero esta vez sin pelos y con una hija. Uno de los policías más recios y mañosos del cine otra vez se las ingenia para frustrar los planes de un terrorista cibernético que intenta paralizar al país a través de virus informático.
La gracia de esta película es que sirvió para demostrar que Bruce Willis nunca perdió la pasta de actor de acción, y que los productores supieron reciclar un personaje viejo y adaptarlo a lo moderno, sin la necesidad de perder la esencia de McClane. Duro de Matar 4.0 fue un claro ejemplo de cómo resucitar una franquicia, algo no muy común por estos días en Hollywood.
“Otro sótano, otro ascensor… ¿cómo puede ser que las mismas cosas les pasen a un mismo tipo dos veces?” se pregunta John McClane. En Hollywood todo es posible,, y ni lento ni perezoso, luego de recaudar 138 millones de dólares a nivel mundial y merecer cuatro nominaciones al Oscar con la primera película, la industria no lo pensó dos veces.
Exactamente un año después de los sucesos en Los Angeles, McClane se encuentra en el aeropuerto esperando a su esposa para festejar la noche buena, pero unos terroristas aparecen en acción y todo el aeropuerto y los aviones en el aire dependen del policía neoyorquino más duro de matar.
En esta tercera película, John McClane comienza a perder los pelos y las mañas que tenía como policía en las anteriores películas. En esta historia fue donde se empleo la simple formula del blockbuster: un grupo de grandes actores, un puñado de grandes explosiones y una trama menor, insignificante y sin sentido.
McClane es un policía suspendido, sin esposa y con problemas de alcohol, que es obligado a volver a la acción cuando un terrorista llamado Simón (Jeremy Irons) pide por él y le exige jugar a “Simón dice” a cambio de no hacer detonar una bomba. Por esas casualidades de la vida, Samuel L Jackson entra en el juego y a lo largo de la película su personaje ayuda a McClane. Resulta que el personaje de Irons es el hermano del personaje de Rickman, el malo de la primera película a quien Willis termina matando y por eso exige que McClane le haga caso, mientras Simón jura que no es una venganza… Una tercera entrega olvidable con todas las letras.
Ahora, no podemos decirte que puesto ocupara la quinta película de John McClane en un Top Five, pero si podemos decirte de qué se va a tratar. Bruce Willis y su personaje más famoso dentro del cine, son mejores conocidos por siempre encontrarse en el lugar equivocado, en el momento equivocado. McClane viaja a Moscú, Rusia para socorrer a su hijo Jack (Jai Courtney). Ambos se verán envueltos en un complot terrorista, que también será la respuesta al arresto de Jack. Los dos McClane descubren que sus métodos opuestos los convierten en héroes imparables.
Duro de Matar: Un buen día para morir se estrenará en Argentina y en México el 14 de febrero, en España el 15 y en Brasil el 22 de febrero del 2013.