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“Tengo un sueño, ser la persona más joven en navegar alrededor del mundo, sola”. Ese es el objetivo que se puso Laura Dekker, una chica de tan sólo 14 años que en el 2010 decidió emprender un viaje increíble, a bordo de su pequeño barco.
Tras batallar durante un año en la corte, donde su custodia estuvo en discusión luego de que el gobierno considerara que hacer un viaje sola a esa edad era un peligro y que su padre no podía permitirlo, Laura terminó ganando y su sueño se volvió más real que nunca.
Sin ningún equipo detrás, sin ningún tipo de acompañamiento, Laura realizó un viaje de dos años, y llevó con ella una cámara para registrar su travesía en altamar. Esas filmaciones, junto con material de archivo, dieron vida a este documental llamado Maidentrip (2014) – que se puede encontrar en Netflix-.
Cuando se supo que esta chica (nacida en Nueva Zelanda pero radicada en Holanda) iba a hacer semejante viaje, la reacción de los medios y el público fue negativa: “Espero que se hunda”, “Es una locura”, “Laura Dekker es arrogante, es una malcriada”, “Un riesgo inaceptable”.
Let them talk and prove them wrong. Laura demostró que ese viaje lejos estaba de ser una locura, una fantasía infantil, y no sólo no se hundió en el intento sino que realizó una de las aventuras más increíbles que uno pueda imaginar, una experiencia maravillosa que sólo ella podía contar.
Es por eso que el documental, dirigido por Jillian Schlesinger, está narrado en primera persona. Nadie mejor que la misma Laura para introducirnos en el mundo de la navegación, y para contarnos qué la llevó a tomar tal decisión. Una joven que enfocada y con un objetivo claro, dejó atrás su hogar, su familia, el colegio y el sedentarismo, para llevar adelante un sueño y quedar, por qué no, en la historia.
El film tiene de todo: un poco de información sobre su familia, sus primeros años, su amor por la navegación, su fascinación por viajar y sus intentos previos; mezclado con las cuestiones legales que debió enfrentar, y por supuesto, con algunas de las tantas experiencias que vivió a lo largo del viaje, los países y culturas visitadas (Islas Canarias, la polinesia Francesa, Cape Town, entre otros), los lazos establecidos con distintas personas que conoció en el camino, y también un recorrido al interior de su mente, sus pensamientos y sus sensaciones, mientras se embarcaba en esta travesía de película.
Puede que a lo largo del film uno se quede con ganas de ver más de ella en tierra y no tanto en las aguas, pero más allá de eso, Maidentrip es un relato muy interesante y emocionante sobre los sueños, sobre por qué nada es imposible si uno le dedica esfuerzo y sacrificio, y acerca de cómo estas experiencias pueden cambiarnos la vida, para bien y para siempre.
