Esta nota probablemente llegue tarde, vimos The Firts Lap del coreano Kim Dae-hwan casi el final del Festival. Y con el último suspiro, nos dejamos llevar por la musicalidad de Córdoba Sinfonía Urbana. Las dos estaban resaltadas en un catálogo que pretendía sumarlas a priori y así estuvieron, incluidas en un fixture ecléticos que no podía terminar de mejor manera.
La comezón del séptimo año: Con The First Lap, pensamos encontrarnos con una idiosincracia bien diferente a la occidental, pero ignorancia la nuestra, nos topamos con la problemática universal de las relaciones amorosas: ¿Ceder ante las presiones familiares y sociales por cumplir el mandato del casamiento? o ¿Dejarse librar por el albedrío de tener una relación con compromiso, pero sin acceder al desposorio? Su Hyeon y Ji- Young son dos jóvenes de treinta y pico que viven juntos en algún barrio de Corea del Sur, ella es productora de televisión y él es dibujante, la relación se presenta cariñosa y respetuosa y de una complicidad que agrada. El viene de una familia tradicional con padre pescador, ella es de una familia acomodaticia, los jóvenes, que se encuentran en un estado de incertidumbre acerca de su futuro reciben el “hermoso” mazazo de la espera de su primer hijo. Chica y Chico están en la cama compartiendo su intimidad, cuando ella le dice que tiene un retraso, así comienza la película.
El silencio del muchacho y la cara de “terror” de ella convivirán con los jóvenes todo el metraje y esto es interesante Kim Dae-hwan se centra en este “miedo” de la incertidumbre de la espera de su primer hijo. Un viaje para conocer a sus respectivas familias, y el chispazo con sus prognitores, realzan una película en donde la comedia es inevitable. Las panorámicas de una pareja joven – perteneciente a la clase de Baby Boomer- construyen un panorama social y político de Corea del Sur. El joven tiene como fetiche los “autorretratos”, obra sin ningun valor comercial por ello debe enfrentarse con el concepto de «obra vendible». Hay una charla del muchacho con un compañero de trabajo esclarecedora, en ella hablan sobre “trabajar” y ganar dinero del arte, esa charla describe el tono de la película, la bohemia frente al capitalismo, se retrata de una manera irónica y graciosa.
El director se involucra con los menesteres de esta pareja, describiendo minuciosamente cada personaje: la madre de ella, tiránica, una señora bien que quiere que la treintañera – para la sociedad coreana, ya una solterona– se case con el joven, por otro lado la madre de él, una “suegra” con todas las letras que padece la violencia de un marido machista y alcohólico. Las mujeres son de alguna manera las que toman el control de las situaciones. Las coreanas – del sur- son fuertes y eso se siente potente. La parejita, transitan la película como nómades, disipando el misterio del embarazo. The Firt Lap es merecedora absoluta al premio a mejor guión, describe el tema de los «kidults» y miedo universal a crecer de manera jovial y con mucho sentido del humor. De las mejores del Festival.
Cine colectivo: En la última fila de una de las salas del complejo Aldrey, con un jueves lluvioso de temporal, aplaqué mi cabeza con la película Córdoba sinfonía urbana. La musicalidad de los sonidos diegético, componen una obertura natural que invita a conocer la ciudad de Córdoba a través de la mirada de un grupo de cineastas, liderado por Germán Scelso. El cauce del rio Suquía como margen de división de una ciudad fragmentada por la urbanización, es el gran protagonista. Sí un río, su estructura, su parafernalia hidráulica, es el gran engranaje de esta historia. La película empieza con los dos márgenes, este y oeste de la ciudad. De un lado, los barrios más humildes, del otro los “chalet” estilo años 80 de la gente más pudiente.
Los opuestos figuran como ejes de una prosa poética en donde el trabajo incansable de un montaje brillante nos permite contemplar a una ciudad activa, cosmopolita, con una fuerza de acción importante. En Córdoba capital pasa de todo: la marcha del Ni Una menos, un desfile tradicional telúrico, un atardecer a la veda del rio, un caminar constante en la peatonal del “centro”. La iglesia como centro de una metrópoli, el cine del “barrio”, el teatro municipal, las miradas y los guiños en la puerta del “boliche”. Instantáneas, bien filmadas, perfectamente pegadas, para realizar un collage calmo, pero también político de una de las ciudades más importantes de Argentina.
Los directores nos embriagan con los ruidos potentes de una ciudad arrebatada por el tránsito y la vorágine de la súper población, pero también nos sumergen en la corriente del rio y la calma de un atardecer. Córdoba sinfonía urbana, nos mantiene atentos por conocer una ciudad poco explorada. Después de la proyección, un debate sobre las políticas de planificación territorial devino en una charla eufórica y meta discursiva de la película, se discutía si Córdoba Sintonía Urbana es poética o política . Con una sala colmada por cordobeses, el debate se instauró fuerte. Terminé mi tercer día de festival absolutamente feliz, que lindas cosas genera el cine me dije y me entregué al temporal.