Cine

Men In Black 3: Paz, amor y aliens

Por Milly Sur Bianchiman

Otra vez, Will Smith y Tommy Lee Jones se ponen sus trajes negros para proteger a la humanidad de los alienígenas. Esta vez, el Agente J (Smith) debe regresar al año 1969 para evitar que el Agente K (Lee Jones) sea asesinado por Boris, el Animal (Jemaine Clement, “The Flight of the Conchords”): un salvaje extraterrestre que se escapó de la prisión en la luna para vengarse de K. Su plan es volver en el tiempo a los años 60 para asesinar al personaje de Jones y poder invadir La Tierra en el presente.

El director Barry Sonnenfeld, quien ha estado a bordo de Men In Black desde 1997 con la primera película, ha recuperado parte de la insolencia de estos tipos extraños vestidos de negro, con una buena carga de humor y sentimientos. El Agente J está en la constante búsqueda de saber por qué K carece de emociones, y en su viaje al pasado, su reencuentro con el joven K (Josh Brolin) le da más respuestas de las que podría haber imaginado sobre su pasado y su presente de ambos agentes.

Men in Black 3 supera ampliamente al fiasco de su anterior capitulo, pero no llega a ser tan pegajosa y concreta como Men in Black. El guion escrito por Etan Cohen (Una Guerra de Película) tiene varios huecos en su trama, repleta de vueltas innecesarias para el relato, que con unos ajustes podrían haber logrado una secuela digna de recordar.

Este viaje al pasado recuerda mucho a lo que es Volver al Futuro, con toda la diversión que implica volver a los 60. Sonnenfeld y Cohen deciden criticar y reírse de forma acida de la situación política, económica y social de la época. El hecho de que Andy Warhol (Bill Hader) resulte ser un Hombre de Negro infiltrado, es mucho mejor que haberlo predispuesto como extraterrestre, y puede incluirse dentro de las grandes imitaciones cinematográficas.

Otra imitación digna de recordar es la de Josh Brolin interpretando a Tommy Lee Jones. Él luce como un joven Jones y habla como tal, hasta el punto de hacernos creer que no es la voz de Brolin. Pero solo hace falta recordar su interpretación de George W. Bush en “W” y cómo igualó la voz  y el acento del ex presidente para darse cuenta que no hay doblaje alguno. Toda la química que había entre Smith y Jones existe de igual forma con Brolin, siendo alguna de las mejores cosas que posee el film.

Dejar de lado el desfile de aliens y mostrar a estos hombres de negros más humanos es algo que funciona muy bien. Sonnenfeld aprendió del fracaso de MIB2 que no todo es efectos visuales. Otro personaje que se destaca es el de Griffin (Michael Stuhlbarg, Hugo) un adorable y sencillo extraterrestre que le aporta mucha ternura y se roba todas las escenas cada vez que aparece con su sencillez y calidez.

Esta secuela innecesaria es un tire y afloje entre el desperdicio de actores (Emma Thompson) y el buen desarrollo de algunas interpretaciones (Smith, Brolin, Stuhlbarg, Hader). Lo que le queda bien, más allá de la ausencia de FX, es apoyar la trama en los sentimientos de sus protagonistas con una buena mezcla de humor. Men In Black 3 está muy lejos de asemejarse al primer capítulo, pero su vuelco melodramático y la adición de Josh Brolin la convierten en una simple película de scifi muy disfrutable.

Milly Sur Bianchiman

Cinéfila. Cómic fan. Amante y defensora del hábito de leer y los animales. Detallista a ultranza. Apasionada de los recovecos del séptimo arte.