Series

Mozart in the Jungle, clásico salvaje

Por Victoria Barberis

Cuando Amazon anunció el estreno de una serie centrada en los ribetes de la música clásica, despertó en algunos una gran curiosidad y en otros, una cierta desconfianza. ¿Cómo es posible que una comedia colocada en los bastidores de la Sinfónica de Nueva York pueda causar un impacto significativo? A la ecuación se sumaba Gael García Bernal como protagonista (y como director de orquesta), otro elemento que apelaba a esa sensación de duda e intriga a la vez. Las apuestas de Amazon nunca habían decepcionado, y esta suerte de comedia supo ganarse un espacio gracias a su originalidad.

Los primeros minutos del episodio piloto nos hacen dudar, hasta que todas las piezas se acomodan y empezamos a ver una historia diferente que desafía nuestras concepciones sobre el elitista ambiente de la música clásica. Todo esto, contado a través de los ojos de Hailey (Lola Kirke), una talentosa pero tímida oboísta en ascenso que busca hacerse un lugar en el ambiente artístico de Nueva York. Por otro lado, tenemos al maestro Rodrigo De Souza (Gael García Bernal), un joven y excéntrico prodigio que viene a darle una bocanada de aire fresco a la Sinfónica, desplazando a Thomas, un rígido director musical interpretado por Malcolm McDowell (muchos lo recordarán personificando a Alex DeLarge en La Naranja Mecánica).

Esta serie, creada por Roman Coppola, Jason Schwartzman y Paul Weitz, está basada en las memorias Mozart in the Jungle: Sex, Drugs, and Classical Music, donde la oboísta Blair Tindall escribió sobre sus experiencias durante su carrera profesional en Nueva York, mientras se presentaba en diversos conciertos de alto nivel con la Filarmónica de Nueva York y participaba en shows de Broadway.

Tomando las vivencias de la autora y con la intención de dar un giro a las propuestas tradicionales en comedia, esta historia busca mostrarnos un lado escondido de la vida de los artistas y de los músicos clásicos. Hay un cierto toque de rock en todo el relato, mientras vamos descubriendo cómo esta meca de las artes y la cultura, la ciudad de Nueva York, a veces es una jungla de concreto donde los sueños se hacen realidad, y otras veces, es un hábitat hostil donde millones de jóvenes de diferentes lugares confluyen para despedazarse por un lugar en la industria.

Ciertamente, aquí hay mucho de sexo, drogas y rock and roll. Ya desde el comienzo podemos ver a los jóvenes prodigios del mundo del arte divertirse en alocadas (muy a su manera, claro) fiestas, fumar marihuana y asistir a audiciones con una insoportable resaca. Aparece la superestrella encarnada por el carismático García Bernal, como si se tratara de un astro del rock internacional al que todos los hombres detestan en secreto y al que todas las mujeres quieren atrapar. Los músicos integran una suerte de peculiar familia de rarezas entre los que se destacan Cynthia (Saffron Burrows), una distinguida y desinhibida violonchelista, y Lizzie (Hannah Dunne), roommate de Hailey y amante de las fiestas. Mientras Hailey busca dar sentido a su carrera musical, también aparecerá Alex (Peter Vack), un talentoso estudiante de danzas de Juilliard.

Pero por otro lado, Mozart in the Jungle resulta ser un sentido y exquisito homenaje al arte y a aquellos que luchan para abrirse paso. Y en este sentido, ha encontrado el lugar perfecto: quién más que Amazon podría hacer un lugar para una historia que en el fondo es un simple y pintoresco relato de una porción muy pequeña del mundo cotidiano. Aunque estuvo a punto de formar parte de la parrilla de HBO, la gran cadena finalmente se decidió por poner al aire otra serie sobre jóvenes desinhibidos mostrando otra cara de Nueva York (en efecto, se trataba de Girls). Así fue que esta pequeña gran propuesta fue a parar a Amazon, un bello lugar para disfrutar de este tipo de series, tan específicas como precisas, tan humildes como producidas a lo grande.

Las piezas musicales y el inconfundible sello artístico de la Gran Manzana sirven de trasfondo para que la historia fluya con una particularidad suavidad, de manera que todo parece parte de una obra de arte, de una pintura, de una bella imagen. El elenco, que aunque visto desde afuera parece más que heterogéneo, despliega un encanto irresistible que va dejando los espacios para que en cada episodio cada uno pueda mostrar algo de lo que lo diferencia. Los personajes, aunque excéntricos, componen diferentes subtramas dentro de un arco argumental claro y sencillo. Por momentos, aparecen componentes casi de telenovela que cargan de romanticismo de manual varias escenas, una cuestión que molesta bastante, especialmente cuando la propuesta nos atrapa con raptos de descaro y desobediencia a los que no hace falta agregar nada más.

En el fondo, más allá de la dura vida de los artistas que tocan en dos o tres conciertos por noche para subsistir, del mundo abierto sólo para aquellos que parecen ser los elegidos, Mozart in the Jungle busca mostrarnos algo de humanidad en los opuestos. La calma y el desenfreno de la gran ciudad; o la juventud y la visión innovadora que socava las tradiciones en Rodrigo y la necesidad de mantener los clásicos en la postura rígida y elitista en Thomas.

Todo esto, se condimenta con el cuidado y la estética en todos los aspectos visuales, al servicio de contar una historia que se escuche y que se vea en diferentes planos, lo más bella posible. Dicho esto, Mozart in the Jungle es entonces una historia contada de modo sencillo que puede ser apreciada por todo público en algún nivel diferente, pero que además es, como se dijo antes, un relato de contrastes y sobre todo, de belleza.

Victoria Barberis

Es periodista de profesión y escritora de corazón. Es "seriéfila" y una aficionada a las sagas. Su pluma a veces es sarcástica, pero siempre divertida.