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O Negócio: el sexo en tiempos de crisis

Por Victoria Barberis

Karin es la mejor en lo que hace. Se diría que es buena por naturaleza, que sabe cómo llegar a donde quiere casi por instinto. No solamente es la mejor en su profesión, sino que además es casi irremplazable. Pero a veces no es suficiente con ser el mejor. A veces hay que salir a pelear las situaciones con uñas y dientes para no terminar destronado, porque la calidad no es siempre el total de la garantía y porque el mundo moderno nos obliga a ser más que los mejores.

Y es así como a Karin y a todas sus colegas -practicantes de la mal llamada profesión más antigua del mundo-, les llegó la hora de ponerse a tono con los dictámenes actuales para sobrevivir a los coletazos del capitalismo. En medio de una de las crisis más importantes que han azotado a la bolsa de valores, Brasil se encuentra a las puertas de una debacle económica que preocupa a todos los sectores de la sociedad, incluso (o sobre todo) a aquellos que mueven grandes cantidades de dinero y lo ven esfumarse y desvalorizarse con el paso de las horas. Esta inminente crisis pone en jaque a todos los sectores, pero de alguna manera deja una pequeña puerta entreabierta para todas las mujeres que, al igual que Karin, sostienen sus caros estilos de vida a costa de la prostitución VIP.

Como uno de sus acaudalados clientes bien señala, en épocas de crisis económica puede disminuirse el consumo de múltiples bienes y servicios, pero sin embargo en lo que respecta a la industria del entretenimiento, el consumo se mantendrá o subirá, debido a que la gente está más deseosa de gastar su dinero en actividades que den esparcimiento, distensión, relajación, diversión o placer. Esta idea siembra una semilla en Karin (Rafaela Mandelli), que a sus 31 años y en vísperas de un no muy lejano retiro del escenario de las acompañantes, comienza a pensar en una manera inteligente y efectiva de administrar mejor sus ingresos. Esto se suma al gran conflicto que mantiene con Ariel (Guilherme Weber), su agente. Esta es una figura que ella y muchas mujeres han combatido, buscando la forma de no ser manejadas por un hombre, sino de administrarse a ellas mismas de la manera más conveniente.

La clave para darle un giro a la profesión le llega a Karin casi sin que se lo espere, cuando en una conversación casual le sugieren que en la actualidad, todo se trata de marketing. Entonces, ¿por qué no usar las técnicas del marketing que hay detrás de toda marca para venderse mejor a sí misma? De esta manera, al menos, podría dejar de necesitar un agente y manejarse a su antojo, además de ampliar su margen de ganancias.

Con este pantallazo inicial comienza O Negòcio (o El Negocio), una suerte de comedia dramática –y clasificada para mayores de 18 años- que ve la luz por la pantalla de HBO Latinoamérica. La serie fue grabada en San Pablo y está pensada para mostrar otro ángulo de la prostitución, una temática que actualmente está envuelta en un profundo debate en diferentes sectores de América Latina, una de las cuestiones por las que esta propuesta resultó bastante cuestionada por ciertos sectores.

Las mujeres en esta serie aparecen representadas como fuertes e inteligentes. Se trata de mujeres decididas que saben lo que quieren y que de hecho, van rompiendo barreras dentro de su propia profesión (la más importante tiene que ver con el rol del hombre que se queda con parte del dinero). Es por esto que los creadores de la serie argumentan que no se trata de una apología o de una exhibición insensible de una problemática antiquísima, sino que se trata de ver precisamente ése otro lado, el de la prostitución VIP. Y también es por esto que Karin en mayor medida, pero luego también sus otras compañeras en el negocio, se muestran como mujeres independientes, libres y profesionales, que jamás se victimizan o se cuestionan su decisión de involucrarse en ése mundo.

Por otro lado está Luna (que en realidad se llama María Clara), interpretada por Juliana Schalch, una joven de 24 años que no tiene miedo de hacer lo que sea necesario con tal de conseguir dinero. Su mayor meta es casarse con un millonario y será la principal socia de Karin en su cruzada por revolucionar el mundo del sexo de alquiler. Más tarde, Luna y Karin reclutarán a Magali (Michelle Batista), la joven hija de una familia adinerada que lo ha perdido todo. Ella y su adicción a los círculos de alta sociedad y a poseer lo mejor de lo mejor, será una de las tantas cosas que mantendrán ocupadas a las impulsoras del negocio, sorteando toda clase de barreras.

El trabajo de guion surge a partir de investigaciones reales, aunque las actrices han tenido espacio para crear libremente en cada personaje. Y vale la pena destacar que se trata de un concepto bien trabajado y que aborda la problemática desde una perspectiva bastante original. Al comenzar la serie, algunos quizás puedan recordar a la británica Secret Diary of a Call Girl, pero luego verán que la propuesta de HBO dista bastante de una tradicional creación al servicio exclusivo de las escenas de sexo o del drama romántico subido de tono. Como todo lo que propone la gigante cadena de entretenimiento, es visualmente impecable y de alta calidad en todos los aspectos que la componen: desde las interpretaciones hasta el cuidado de las escenas. La idea es clara y efectiva desde el principio: hablar de sexo y de negocios con pequeños toques de realidad, sin descuidar el balance perfecto entre el drama y el humor (una de las combinaciones más exitosas en TV).

Si bien la protagonista clave es Karin, todo transcurre conforme a la narración de Luna, que conoce todo de todas y que va dejando entrever su admiración por su socia. Aunque es cierto que la narración en off es uno de los recursos más utilizados, cabe preguntarse hasta qué punto ésa voz omnipresente puede sobre-describirlo todo.

Uno de los mayores riesgos es ése: la pérdida del sentido allí donde ése personaje nos cuenta absolutamente todo lo que como espectadores ya estamos viendo, o lo que el guion nos invita a atender. Por otro lado veremos un despliegue de glamour y sitios sofisticados, combinados con los ribetes más exquisitos de la belleza femenina en su máxima expresión.

Las mujeres que revolucionan El Negocio no solo son bellas, sino que también son dueñas de una peculiar elegancia y hacen gala de una gran inteligencia y astucia. Dotadas además de una buena educación universitaria, Karin, Magali y Luna dedican sus días al estudio de las Ciencias Económicas, mientras que por las noches aplican todo lo aprendido en la búsqueda de aumentar la cantidad (y calidad) de sus clientes, con un objetivo más allá del placer: conseguir el verdadero éxito.

Victoria Barberis

Es periodista de profesión y escritora de corazón. Es "seriéfila" y una aficionada a las sagas. Su pluma a veces es sarcástica, pero siempre divertida.