Cine

On The Road, la generación beat según Walter Salles

Por Josefina Chalde

Con la aparición de Dean Moriarty empezó la parte de mi vida que podría llamarse mi vida en la carretera”. Esta es una de las primeras frases que pronuncia Sal Paradise (Jack Kerouac) al comienzo de On The Road. Y es que este libro, escrito con un ritmo frenético, tiene a Dean Moriarty como figura central de una generación.

On The Road es el manifiesto de una generación disconforme con todo lo establecido, con toda norma, con toda obligación. Los viajes de Jack Kerouac (Sal Paradise en la ficción) y Neal Cassady (Dean Moriarty) por EE.UU y México, que se narran con una capacidad evocadora sorprendente y una intensidad dramática admirable, retratan el viaje a la liberación de unas personas que rechazaban los valores clásicos norteamericanos y necesitaban agarrar sus mochilas y largarse, sin rumbo aparente, a nuevas experiencias, a nuevos horizontes. Los problemas y deseos de muchos jóvenes se reflejan en las páginas de On The Road, por eso es una novela de culto dentro de la literatura norteamericana.

On-The-Road-Movie-4

Jack Kerouac, junto con Allen Ginsberg, creó y perteneció a la famosa generación beat, allá por los 50′ en Estados Unidos. Los beats ignoraban las normas morales y su presente era tan caótico y vacío que para intentar encontrarle un sentido a sus vidas, recurrían al sexo, la filosofía, las drogas y demás estimulantes  y por supuesto, el jazz.

Una de las características más interesantes de Kerouac siempre fue y será su manera de escribir. Su prosa espontánea, improvisada, su narrativa eufórica (a veces sin puntos ni comas) respondía a su manera de vivir la vida: intensamente. Una escritura acelerada, que encuentra su estilo nada más y nada menos que en la música jazz (el interés no está en la melodía específica sino en los pasajes de improvisación que hacen los músicos).

on-the-road-movie-image-sam-riley

Y he aquí el pequeño gran desafío que tenía Walter Salles (“Diarios de Motocicleta”). Llevar a la pantalla grande un libro de este estilo, podría decirse que era/es imposible (el guionista fue José Rivera). La novela de Kerouac es inabarcable, las páginas están llenas de descripciones, sensaciones, poesía, vértigo y pensamientos que no se reflejan en la pantalla, o al menos no con éxito. Y no solo porque se tienen dos horas y minutos para tratar de narrar estos viajes, sino porque evidentemente hay cosas que simplemente no pueden trasladarse del papel a la pantalla.

Es por eso que, para muchos, este film no le hace “justicia” (¿Podemos hablar de justicia? ¿Tiene sentido acaso?) a la novela de Kerouac.

Walter-Salles-Viggo-Mortensen-On-the-Road

On The Road cuenta la historia del escritor Sal Paradise, que tras la muerte de su padre, conoce a través de otros amigos escritores a Dean Moriarty, un “loco lindo”, rebelde, que le propone hacer un viaje por Estados Unidos, para escapar de la rutina y los convencionalismos. A lo largo de ese viaje, donde el sexo, la droga y la música son vitales, ambos conocen muchísimas personas y atraviesan las más variadas experiencias en el afán de encontrarle un sentido a sus vidas.

Sí, On The Road es un film extenso que, para el que no está acostumbrado a este tipo de road movies, puede resultar tedioso e incluso monótono. Hay muchos tramos alargados de manera innecesaria que cortan con ese ritmo frenético que plantea la novela, donde los personajes no paran un segundo. Sin embargo, considero que es una buena película que intenta (por momentos con más éxito que otros) llegar a las fibras más íntimas de un sector de la sociedad y sobre todo de este Sal Paradise y este mad one llamado Dean Moriarty, héroe y estandarte de toda una generación.

025-beat-generation-theredlist

El encargado de dar vida a Sal Paradise en el film es el británico Sam Riley (“Control”, “13”). Al haber leído la novela, yo imaginaba otro tipo de actor para ese rol tan importante. El problema es que no refleja  (y eso es un problema del guión también) esa actitud disconforme, rebelde, propia de los beats. En ese sentido, no cumple con las expectativas. El que sí se destaca claramente es Garrett Hedlund (“Tron”, “Death Sentence”), en el rol de Dean Moriarty. Hedlund sí logra personificar a este complejo, exquisito y delirante individuo de manera contundente.

Los acompañan, con muy buenas actuaciones, Kristen Stewart (“Adventureland”,“Welcome to The Rileys”) en el rol de Marylou, primera mujer de Dean; Tom Sturridge (“Like Minds”, “The Boat That Rocked”), que se luce como el poeta Carlo Marx (Allen Ginsberg en la vida real); Kirsten Dunst (“Spiderman”, “Melancholia”) como Camille, la otra mujer de Dean; Viggo Mortensen (“Eastern Promises”, “A History of Violence”) en un papel secundario como Old Bull Lee, al igual que la genial Amy Adams (“Doubt”, “The Master”), como la mujer de Bull Lee.  Y ya con participaciones pequeñas, Terrence Howard y Steve Buscemi. Se le pueden discutir muchas cosas a este film, menos el elenco, realmente de lujo.

sdas

Hay que destacar la fotografía del film, que es bellísima y está muy cuidada, con una variedad de paisajes hermosos producto de todos los lugares en los que filmaron, incluyendo Bariloche (que aparece unos pocos minutos). La música, a cargo de Gustavo Santaolalla, es una buena banda sonora para el viaje de estos amantes de la carretera.

Walter Salles logra darle una impronta a cada lugar visitado por los personajes, evocando todas esas imágenes que Sal y Dean describen fascinados durante los viajes. Cada pueblo tiene esa característica única, su gente retratada de una manera particular, que lo hace especial. Visualmente, el film es impecable.

on-the-road-img07

Quizás no es exitosa como adaptación, pero On The Road no está mal, para nada mal, si nos sentamos a verla sin tantas pretensiones. Porque ver semejante novela (con todo lo que eso implica) en movimiento, verla reflejada de manera perfecta, no va a pasar, nunca.

Walter Salles se tomó muy en serio este trabajo, no lo subestimó en ningún momento, al contrario, lo trabajó con mucho respeto, quizá demasiado, y eso se nota. El film tiene fallas a nivel argumental, pasa por alto cosas importantes, estira otras que no llegan a ninguna parte y no logra transmitir lo mismo que la novela, ok. Pero hay que darle una oportunidad, porque a pesar de todo, hay algo, un destello, una fugaz «esencia» de esa generación y ese Kerouac eterno.

Josefina Chalde

Estudiante de Cine. Amante de la música internacional. Un buen libro, un buen disco y una buena película es todo lo que necesita. Londres es su lugar en el mundo.