Martes 13, no me caso ni me embarco, la lluvia no cede por momentos es tupida, hay que caminar esquivando charcos. Por suerte, la primera proyección del día no me queda lejos, es en una de las salas del shopping Los Gallegos donde proyectarán El Llanto de Hernán Fernández que participa de la Competencia Argentina. Los tres primeros planos fijos definen de manera clara la situación. En el primero vemos un hombre de campo con un bolso al hombro que se desplaza por un camino, en el segundo una mujer recostada en la cama en soledad, y en el tercero al mismo personaje en una cita médica para un control de su embarazo. 
El distanciamiento por falta de oportunidades laborales, el dolor que produce la lejanía de los seres queridos, la pérdida de la cotidianeidad y del compartir las rutinas diarias, de todo ello nos habla Fernández en su primer largo de ficción. Lo hace mediante el uso de planos fijos, uno de ellos en plano secuencia en una camioneta que por su extensión recuerda al de Carlos Reygadas en Luz silenciosa (2007), pero en este caso tomado de espaldas. En ambas tomas los personajes callan, el silencio lo dice todo. Los esposos sufren, las comunicaciones son esporádicas en un film que en su mayor parte es narrado sólo con imágenes. Una aproximación interesante a la soledad de las mujeres en el ámbito rural, que se aferran a la religión como ayuda y pertenencia a una comunidad ante la ausencia de familia.
La segunda función matutina fue en el Auditorium para asistir a una nueva propuesta de la Competencia Internacional, que resultó ser lo más interesante de lo visto hasta ahora en esta sección. Cassandro el Exótico que representa a Francia, no tuvo en la sala a su directora Marie Losier, quien actualmente está presentando una retrospectiva de su filmografía en el MOMA de New York. Quien sí estuvo presente fue el luchador Cassandro, protagonista del documental filmado en formato 4:3, que al finalizar posó y se abrazó muy gustoso con el público convocado para la ocasión. Cassandro, nacido en Méjico y residente en los Estados Unidos, practica la lucha libre de manera profesional desde hace tres décadas. Con un montaje vertiginoso se suceden luchas, prácticas de tomas, reportajes a cámara y conversaciones vía Skype con una interlocutora invisible.
El apodo “El exótico” se debe a su orientación sexual gay en un ámbito deportivo otrora machista, en el que era raro encontrar homosexuales, bisexuales o mujeres. El deportista realiza un detalle minucioso de las distintas lesiones sufridas a lo largo de su carrera: fracturas, clavos, prótesis, costuras, músculos afectados, coronas por lesiones en la mandíbula, cuatro intervenciones quirúrgicas y ocho conmociones cerebrales. El cuerpo le dice “basta” pero su entusiasmo por los combates y el público lo hace seguir.
Al respecto la directora realiza un contrapunto acelerado entre muchas de sus radiografías y fotos de distintas peleas. Todos los participantes se disfrazan con máscaras, mallas ajustadas y tatuajes. Cassandro se presenta con un peinado de peluquería, maquillado profusamente y como atuendo, largas capas con varios metros de cola confeccionadas con telas exóticas. Un showman, un emprendedor que luchó contra la discriminación, la droga, el alcohol y el rechazo de su padre. A todos venció y es un ejemplo para la troupe que lo acompaña en sus espectáculos y para los más jóvenes a los que instruye en el arte de “la llave inglesa”.
Peco de reiterativo pero una vez más Wolfgang Staudte fue el punto más alto de la jornada. Los asesinos están entre nosotros data del año 1946 y fue el primer film realizado en Alemania una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial. La película transcurre ni bien terminó el conflicto bélico en medio de las ruinas de Berlín. A la ciudad llega una sobreviviente de un campo de concentración, para descubrir que su departamento está en un estado deplorable y ocupado por un hombre.
El usurpador es un médico cirujano que no quiere ejercer su profesión debido a traumas que le dejó la guerra. “¿Para qué vamos a encargarnos hoy de los enfermos si mañana vendrá otra confrontación y los sanados serán los encargados de matar?”, tal es su pensamiento. Si bien Staudte toca los mismos tópicos que en otras obras (el nazismo y su influencia negativa en la población), aquí su mirada es más pesimista, más oscura y se plantea cuál fue su rol en la guerra y el de aquellos alemanes que regresaron y ocuparon puestos jerárquicos en industrias, sin haber hecho un mea culpa por las atrocidades cometidas. Perturbadora, expresionista y reflexiva. Imperdible.
La ópera de tres centavos no es de lo mejor de Wolfgang Staudte. Fue un encargo hecho medio a las apuradas, debido a la cancelación de Madre coraje y sus hijos. El director se tomó unas cuantas licencias en la adaptación de la obra de Kurt Weill y Bertolt Brecht en el film más estelar de su carrera ya que reunió a actores de la talla de Curd Jürgens, Gert Fröbe (el mismo Goldfinger en el film de James Bond), Lino Ventura y Sammy Davis Jr. Filmada en technicolor, le agrega un colorido número de french can can, las prostitutas y el burdel aparecen más de la cuenta y el rol del cantante callejero que entona la famosa “Moritat” está a cargo de Sammy Davis que la canta en inglés al inicio y como cierre, cuando el resto de los diálogos y canciones son en alemán. Mantiene un tono festivo muy al tono con los musicales alemanes de la década del treinta. Lo mejor, las actuaciones y la perdurable música de Weil, que me encontró silbando la melodía de “La balada de Mackie el Navaja” al salir de la sala y encaminarme por la diagonal Pueyrredón hacia los cines del Paseo.
Terminé el día con una comedia argentina dentro del ciclo Sentidos del Humor. Los mentirosos surgió de un corto homónimo de Alejandro Jovic, responsable también del guión. Una cantante que se encuentra con su ex y se vuelve a enamorar, su reciente novio despechado y desplazado junto a su nueva pareja, son los protagonistas de este enredo algo disparatado entre miembros de una banda de rock. A todo esto se le suma el embarazo de la protagonista lo cual desatará celos y rechazos que complican la situación. Con un ritmo ágil, dividida en capítulos como surcos de un vinilo, cuenta con un importante elenco de apoyo en el que se destacan Romina Paula, Rosario Bléfari y Antonella Costa. Actual, breve y disfrutable.
El reloj casi marca las dos de la mañana, es hora de irme a dormir aunque ansioso por lo que me deparará el día de mañana. Buenas noches.
Podes Consultar toda la programación aquí
