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Sacándole todo prejuicio social alrededor de esta figura (motoarrbatador), el director Agustin Toscano nos presenta la historia de Miguel, quien luego del robo, con accidente incluido, de una anciana decide ir a visitarla al hospital donde quedó internada. El conflicto aparece de inmediato dado que la mujer sufre de amnesia y el protagonista tiene vía libre para poder remendar la culpa que siente por este incidente.
Pero también el título de la película refiere a la otra parte de la «misma» situación de redención, que esta asociada a la idea de aprovechamiento: Es decir Miguel sabiendo donde vive la mujer a quien robo y con las llaves de aquel lugar comienza a vivir ahí. Como una especie de «okupa», con una doble vida, el protagonista se siente lejos del mundo con el que debe lidiar todo los días. El director pone foco en esta ambigüedad del personaje principal, generando un debate en el espectador.
Como decía Alfred Hitchcock, el suspenso se crea en base de que el público tenga esa información vital que los personajes no disponen. Acá hay un procedimiento similar ¿En algún momento esa anciana recuperará la memoria? ¿Lo hará en medio del lugar donde vive? ¿O enfrente de un gran número de personas? ¿Saben los demás personajes que Miguel miente? Los demás personajes de la película miran sospechosamente al «motoarrebatador» quien, es cierto, no es muy bueno mintiendo y esto genera una tensión que vuelve muy interesante la película.
Al fin y al cabo El motoarrebatador muestra como es el día a día de una persona que decide, por distintos factores, salir a robar. Pero el director hábil, le saca todo halo de criminalización, ni siquiera se regodea en la vulgaridad asociada a las clases bajas, convirtiendo el relato en un cuento honesto y humano de un personaje en circunstancias desfavorables, que busca vivir una vida distinta.
También es una película que trata sobre la culpa, la conciencia de los actos y hasta donde se puede llegar para sostener una mentira. Todos estos temas no funcionarían sin la excelente interpretación de Sergio Prima que no sólo logra darle entidad al personaje de Miguel sino que también consige que el espectador sienta simpatía por él. Que la cámara nunca abandone su punto de vista refuerza aún más esta idea, lo que vemos es la realidad que vive constantemente.
Párrafo aparte merece su potente inicio: Con apenas tres planos el director logra crear una escena inolvidable, de esas que resultan shockeantes y dejan pensando al espectador acerca de cómo consiguieron realizarla. Una gran manera de empezar este relato que, por suerte, en ningún momento baja la intensidad.
En conclusion El motoarrebatador termina siendo una propuesta recomendable dentro del panorama del cine nacional. Una película que tiene mucho para decir, que no es aburrida y cuyo tema produce intriga y curiosidad. Valoración: Muy buena