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Fotos: página oficial del BAFICI
Un mundo de sensaciones
Entre muchas polémicas, críticas y hasta presunciones en torno al Festival Internacional de Cine Independiente, el fin de semana estuvimos presentes en las agolpadas funciones. Nos perdimos tristemente al gran director Peter Bogdanovich, que se presentó al final de One Day Since Yesterday: Peter Bogdanovich & The Lost American Film el documental sobre un momento fatídico en su vida, cuando muere la actriz Dorothy Stratten, su amante y musa.
Tampoco pudimos asistir al doblete de Bogdanovich que colmó la sala El Aleph del CC Recoleta – los fanáticos y curiosos hicieron hasta tres horas de fila para estar presentes – en donde el gran director de Texasville; What’s Up Doc?; Paper Moon; The Thing Called Love, habló largo y tendido con sus seguidores sobre la maquinaria de Hollywood y sus películas.
Corriendo entre función y función también nos perdimos su última aparición en el final de la proyección de Míralos Morir, en el cine Gaumont. Como I Wanna Hold Your Hand, célebre película de Robert Zemeckis, estuvimos detrás del gran Peter sin poder ubicarlo. En la de Zemeckis los muchachitos persiguen a The Beatles con un fervor alocado. Los incontables fracasos en conocerlos proporcionan un tono de comedia que hacen que la película sea un absurdo hermoso. Bueno, eso mismo pero sin generar demasiada comicidad, nos pasó.
El GRAN director pisó suelo argentino como una ráfaga, dejándonos con las ganas de conocerlo. Nos quedará su cine y sus películas, y la ilusión de que quizás se haya arrepentido de volver a USA y aparezca rozagante en las funciones que quedan por proyectarse. Que entrará sonriendo en la sala, con la canción Blame it on your Heart – emblemática de su película The Thing Called Love– de fondo y seremos felices para siempre.
Pero como todo es experiencia y Peter sigue estando en nuestros corazones de fanáticos irremediables, recomendamos para los que quisieron estar, para los que estuvieron y para los que se preguntan «¿Quién es Peter Bogdanovich?», el libro – presentado en el marco del BAFICI- Peter Bogdanovich: El último testigo en donde se pueden encontrar anécdotas de rodajes, revisiones acerca de sus películas y hasta una entrevista al director. Podés leer el libro aquí.
Que lo kitsch no quite lo valiente
Lunes a la mañana, el amanecer de un fin de semana lleno de cine nos dispuso a levantarnos como una flecha, ya que nos esperaba la privada de la nueva película del director argentino Santiago Giralt (Upa 1 y 2; Anagramas). Nos gustaron mucho sus anteriores películas y el clima festivo, gracioso, nos llevó a madrugar para hacerle el aguante en su último film Primavera que compite en la sección argentina.
Sus créditos iniciales nos trasmitieron alegría: manteles colorinches repletos de comida – el inicio es muy almodovariano- una musiquita popera y la interrupción de la voz de un niño – Angelo Spinetta revelación absoluta – quien se convierte en la voz en off que contará las peripecias de su familia – absolutamente disfuncional – a lo largo del mes de septiembre.
Leopoldo es el único hijo de una pareja de artistas que ya no están juntos – papá decidió salir del clóset- pero que mantienen una amistad de “amigas”. Leopoldo, el niño, quien parecería ser el único racional, describe a su familia particular. Dentro de la ensalada familiar están los novios de su padre, los amigos de sus padres y hasta una muchachita que le saca el sueño.
Primavera, película coral absolutamente kitsch, empieza con todos los platillos: gritos, histerias, chistes resultones acerca del amor y de los conflictos de familia. La primera secuencia, que se va a repetir incansablemente a lo largo de la película, muestra a una familia poco convencional pasando un día de camping en la casa de una señora adinerada. Esa “señora” no es otra que la gran Moria Casán.
La incorporación en el elenco de celebrities como Casán y la gran Luisa Kuliok, funciona como un elemento interesante dentro de esta comedia absurda, pero falla en la repetición constante de muletillas propias de las actrices. “Desdramaticemos” repite Moria a lo largo de todos los parlamentos, haciendo que el chiste inicial se convierta en fastidio promediando la película.
La ostentosidad de la película – la escena del teatro símil Birdman de Iñarritu no nos gustó- sumado a la compulsión de Giralt por mostrar una y otra vez los mismos conflictos, convierten a Primavera en una película un tanto soporífera. Hay buenos chistes, las actuaciones – la exageración es parte del contrato de lectura- son buenas y los colores son hermosos – Giralt filma bien- pero eso no logra superar la monotonía de algunos parlamentos.
Salimos un tanto decepcionados, grilla en mano y esperando sorprendernos con la próxima película. Antes de meternos nuevamente al cine, nos dimos una vuelta por la muestra DIVAS en donde se homenajea a la gran Mirtha Legrand y Graciela Borges, pero ese cuento quedará para la próxima.