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Regresos y spin-offs: la tentación de postergar los finales

Por Victoria Barberis

La preservación y la lucha contra las vicisitudes del tiempo es una de las cosas que más preocupan en la contemporaneidad. Vivimos inmersos en una vorágine por evitar que las cosas lleguen a su lógico fin, en una era de cierres que nunca se concretan y de duelos más o menos dolorosos que nunca maduran.

La fantasía de durar y perdurar a cualquier costo, se manifiesta irremediablemente en la preocupación constante por la conservación, traducida en diversos aspectos de la vida social, tanto desde lo estético y lo cotidiano, como en los productos culturales que se producen y consumen. Será por eso que no somos aficionados a los finales, que algo tan insignificante como un contenido televisivo tiene un gran impacto en nuestra vida diaria cuando definitivamente se da por concluido.

Allí surge el drama de los finales de las series, una especie de negación que se anticipa ante cada season finale, que nos deja como hipnotizados, hablando solos en las redes sociales sobre los traumáticos desenlaces de Breaking Bad, Dexter o Dr. House. Como si fueran una parte importante de nuestra existencia, como si aquellos personajes fueran viejos amigos que despedimos para siempre, anhelamos la continuidad a cualquier precio, un deseo que podríamos bautizar como El efecto Lost.

Y quizás también sea por aquello de querer estirar las despedidas (o por una monumental falta de creatividad, o un poco de todo) que hasta los propios ejecutivos de las grandes cadenas se han sumado a esta tendencia de la preservación de contenidos para televisión. Mientras Héroes o 24 (y otras tantas) se encuentran de nuevo con sus viejas audiencias, como quien resucita inexplicablemente; los spin-offs están a la orden del día, haciéndonos creer la falacia de que sería una buena idea lograr que, con algunos parches y una nueva cara, un producto singular como Breaking Bad durara para siempre.

Pasó con la exitosísima Gray’s Anatomy y su hija menor, Private Practice; y pasó con Netflix y el heroico rescate de Arrested Development. Y hasta en su momento les tocó a dos gigantes de la animación como Futurama o Padre de Familia. Aquello de revivir series ya canceladas o de estirar las historias (y las audiencias) de la mano de productos derivados, ha sido una práctica recurrente que hoy aparece magnificada por la gran cantidad de contenidos para televisión que se producen y emiten y por la presencia de nuevos medios dedicados a tales fines como Netflix, Amazon y hasta Microsoft.

Algunas series son arrojadas a un final prematuro, que nos deja con desenlaces inconclusos y bastantes preguntas, lo que resulta otro aliciente para ver en aquellos viejos contenidos un modelo de negocios que puede funcionar a fuerza de devolver a los fans una nueva oportunidad de reencontrarse con alguna ficción cancelada, haciendo un buen uso de la nostalgia y de la figura del consumidor o prosumidor, que cada vez tiene más injerencia en las elecciones de los guionistas y productores.

Milagro y resurrección

Arrested Development fue (y es) sin duda una de las grandes comedias de nuestra era. Las mediciones de audiencia no siempre dicen lo mismo y llegado el momento, las cadenas deciden darle un abrupto final a aquello que parece ser un producto estancado. Netflix, haciendo una lectura inteligente de la tendencia revival, la retomó para convertirla nuevamente en un clásico para quienes se precian de admirar el llamado humor inteligente.

El tan solicitado regreso de Héroes, cancelada en 2010, revolucionó a más de un admirador de las tramas de ciencia-ficción. La idea surgió asociada a la aparición de otra novedosa plataforma como Microsoft, que propone la producción y difusión de contenidos para Xbox, un proyecto que finalmente no vio la luz. NBC traerá a la vida a Héroes Reborn, en formato de miniserie, teniendo como premisa la introducción de nuevas historias (y nuevos héroes), pero manteniendo la esperanza de volver a ver a los antiguos personajes, de manera que se asegure la continuidad y la conexión con el espectador.

La vuelta de 24 puso en vilo a los fans de esta brillante serie de acción, también cancelada en 2010. En sus comienzos, fue novedosa y bien recibida por la audiencia, porque contaba una historia como si ocurriera en tiempo real, de una manera innovadora e interesante. La originalidad del argumento y la propuesta de una narrativa que se desarrolla en 24 horas reales, le dieron una nueva oportunidad. Live Another Day nos trae de nuevo a Jack Bauer (Kiefer Sutherland), esta vez en Londres, cuatro años después de la última vez que lo vimos.

Spin-offs ¿Sí o no?

Nuestra historia con los spin-offs en comedias y sitcoms nos muestra que nada bueno puede salir de esta idea. Las propuestas para una versión de How I Met Your Mother en la vereda del frente con How I Met Your Dad nos dieron la certeza de que muchas veces, esto conduce al error fatal. Vimos lo que pasó con la fatídica Joey luego del término de Friends.

En otros casos, no podemos hacer más que esperar (algunas temporadas) para saber. Es lo que nos pasa con Better Call Saul, spin-off de Breaking Bad, centrado en la historia de Saul Goodman (Bob Odenkirk), antes de convertirse en el abogado de Walter White (Bryan Cranston). De la misma manera, nos asaltan algunas dudas con los proyectos para el spin-off de The Walking Dead y otras tantas idas y venidas que dan las grandes series. Mientras, Supernatural tendrá su parte con Bloodlines, esta vez con un personaje central femenino, parte de una poderosa familia de hombres lobo ¿Sí o no?

http://www.youtube.com/watch?v=islN8Qus7hA

Quizás para muchos sea mejor dejar a las series morir con dignidad. Quizás para otros, es mejor estirar el lazo tanto como se pueda, sin importar los altibajos en calidad o las pocas propuestas en materia de nuevas creaciones. Lo cierto es que la producción de series está en un gran momento, y lo que parece importar es nunca dejar de ofrecer contenidos, así tengan que ser versiones recicladas.

Victoria Barberis

Es periodista de profesión y escritora de corazón. Es "seriéfila" y una aficionada a las sagas. Su pluma a veces es sarcástica, pero siempre divertida.