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Fotos: Getty Images
Ayer por la noche se celebraron los Screen Actors Guild Awards (más conocidos como SAG) donde los mejores actores de cine y tv se encontraron para celebrar su fiesta. Hubo sorpresas, ganadores ausentes y, en el caso del cine, algunas preguntas de cara al Oscar. Vamos por partes.
Televisión
Los resultados fueron interesantes y poco previsibles. Orange is the New Black dejó a Modern Family con las manos vacías al ganar dos SAG (finally!!): el primero, de la mano de una sorprendida y emocionada Uzo Aduba (Crazy eyes) que triunfó como mejor actriz de comedia. Más allá de su victoria, merecida, hay que admitir lo raro que fue ver a Aduba nominada en lugar de Taylor Schilling, la verdadera protagonista de la serie. Y es que Aduba tiene un papel secundario, pero en los SAG no hay distinción en esa categoría. El segundo premio para OITNB fue el mayor galardón, como mejor elenco de comedia. En este mismo género, William H. Macy se consagró ganador por Shameless.
Ya en drama, Netflix recogió un nuevo premio, porque Kevin Spacey (ausente en la ceremonia) se impuso como actor dramático por la elogiada House of Cards; mientras que Viola Davis ganó como mejor actriz de drama por How to Get Away with Murder.
La nombrada House of Cards también competía en la categoría mejor elenco de drama, junto a Game of Thrones, Downton Abbey, Boardwalk Empire y Homeland. La ganadora fue nuevamente (ya había triunfado en el 2013), Downton Abbey.
En miniserie o película para televisión, Mark Ruffalo (también ausente) se llevó el SAG por su papel en The Normal Heart (el film de HBO), venciendo a Benedict Cumberbatch (Sherlock), Richard Jenkins (Olive Kitteridge), el favorito Billy Bob Thornton (Fargo) y Adrien Brody (Houdini). Frances McDormand (que aprovechó para hacerle propaganda a su show) se impuso como mejor actriz por su rol en Olive Kitteridge.
Cine
Por el lado del cine, hubo sorpresas, o mejor dicho, una sorpresa. Eddie Redmayne se impuso como mejor actor por The Theory of Everything (donde interpreta a Stephen Hawking) dejando con las manos vacías a su principal contrincante y favorito Michael Keaton (Birdman). El inglés se tomó un momento para dedicar el premio a todos aquellos que sufren de ALS y se mostró claramente sorprendido y agradecido por la victoria. Muchos se atreven a decir que este triunfo lo coloca como frontrunner en los próximos Oscar, porque en los últimos años, el ganador de los SAG ha sido premiado con el Oscar también. Habrá que ver qué sucede finalmente.
Por el lado de las actrices, no hubo sorpresa, ya que Julianne Moore se llevó el SAG a mejor actriz por Still Alice, donde interpreta a una madre y profesora enferma de Alzheimer. Moore le ganó la pulseada a Reese Witherspoon, Jennifer Aniston, Felicity Jones y Rosamund Pike. Parece imposible que se le escape el Oscar, ya que viene triunfando en cuanto premio se le cruza por el camino.
En la categoría de secundarios, J.K Simmons se llevó a casa el premio por su gran interpretación en Whiplash, donde se pone en la piel de un profesor y director de orquesta de lo más temible. Por el lado de las damas, una emocionada Patricia Arquette recogió su merecida estatuilla por su gran papel en Boyhood, de Richard Linklater.
Quizás el premio que más expectativa generaba era el de mejor elenco de película. Los nominados en dicha categoría eran Birdman, Boyhood, The Grand Budapest Hotel, The Imitation Game y The Theory of Everything. El premio fue para Birdman, la película de Alejandro González Iñárritu que junto con Boyhood son las principales candidatas a ganar el máximo galardón el 22 de febrero. Son los dos films que mayor cantidad de premios han recolectado en estos últimos meses por lo que parece difícil que cualquiera de las otras nominadas pueda hacerles frente.
Como todos los años, hubo lugar para el in memoriam, donde se recordó a los fallecidos; un clip en honor al free speech (libertad de expresión) en cine y televisión; y también un premio especial, el Lifetime Achievement Award para Debbie Reynolds (Singin’ in the Rain; The Unsinkable Molly Brown), entregado por su hija, Carrie Fisher (sí, la princesa Leia).
Se termina así la temporada de premios para la televisión, y solo queda esperar por el Oscar en el caso del cine. Si las sorpresas de la noche cambiarán el rumbo de las cosas en la esperada gala o no, está por verse. Por ahora, son puras especulaciones (y eso nos encanta).
