Cine

Señorita monja en apuros: Crítica de Crímenes Imposibles

Por Germán Pérez

Crímenes Imposibles cuenta la historia de Brandoni, un detective con un pasado trágico y, por coincidencia, un caso que lo lleva a revolver un misterio personal. Protagonizada por Federico Bal, Carla Quevedo y Sofía Del Tuffo y dirigida por Hernán Findling este supuesto “thriller psicológico” es un recorrido confuso que no encuentra su camino en ningún momento.

Hay que destacar que Federico Bal da un esfuerzo digno a reconocer en su interpretación como el detective Brandoni, no obstante es un rol que no puede dominar por el hecho de que está en sus primeros pasos serios como actor; es demasiado temprano para que Bal se asocie a un rol de este calibre pero hay que destacar que se arriesgó y bueno… por algo se empieza ¿no?.

De todas formas sus co-protagonistas tampoco logran acertar en sus respectivos roles y se observa como este error de casting en realidad no es un error de casting, sino una clara falla en la dirección de actores por parte de Findling; lo peor es que la situación se agrava con el pasar de los minutos transformando el film en un vuelterio de inconsistencias en el apartado de dirección.

Tampoco ayuda un guión absurdo por parte de Nora Leticia Sarti. Un guión que se encarga de desequilibrar la película constantemente pasando por varios géneros y no conseguir una autonomía. Crímenes imposibles se vende como un thriller psicológico, bordea elementos del género terror y en su final se revela como una película cristiana oculta. Un plus y joyita desastrosa a desatacar: los absurdos diálogos entre los personajes.

Crímenes Imposibles es un desafortunado intento que demuestra que si se busca un berenjenal y no se posee una idea clara, el proyecto termina a medias quedando como un paso fallido para replantearse hacia donde se busca ir. Valoración: Regular.

Germán Pérez

Lector, escritor y cinéfilo. Pasa sus días en el gimnasio y viendo viejos y nuevos clásicos del cine. Fanático de Michael Mann.