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Insolación de Festival
Viernes 9, Mar Del Plata me recibe al mediodía con un calor insoportable, cerca de 30 grados y muy baja presión. El sudor recorre mi cuerpo mientras me desplazo por la peatonal San Martín. Ni un afiche, ni un signo del festival que comienza en menos de veinticuatro horas. A la indiferencia de los comerciantes se suma la nula cobertura del diario local La Capital ya que el propietario, dueño también del Paseo Aldrey, quedó al margen del evento. Mendigos y suciedad me acompañan hasta llegar al Hotel Dorá, nuevo centro de acreditación e información al público. Allí me indican que la actividad comenzará en el día de mañana a partir de las nueve.
Me dirijo hacia el Auditorium para ver si estaba armada la tradicional pasarella por la que desfilarán autoridades y alguna estrella en épocas de vacas flacas. En vez de la tradicional escalinata me encuentro con una especie de túnel oscuro que se presta a múltiples interpretaciones. En mi regreso a mi alojamiento paso por la otrora esplendorosa confitería Boston, hoy convertida en un reducto venido a menos con afiches reclamando sueldos impagos y ex empleados vendiendo facturas en la puerta.
Al parecer las confiterías no la pasan nada bien, ya que las noticias resaltan el asalto a pleno día de La fonte d’oro en su sucursal de la calle Alem. Habrá que estar atento y moverse con cuidado. Luego de un reconfortante café utilicé el sistema on line para compras de entradas para aquellos días en que tengo mi cupo excedido. El sistema que por suerte funcionó muy bien, no me permitió comprar entradas para La favorita del griego Yorgos Lanthimos, una película muy demandada. La lluvia se descargó con todo, momento para el reposo y recobrar energías ya que la semana será intensa.