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El cine de hoy en día tiene la forma de un sermón. No te dan que pensar, sólo puedes recibir información. – Gus Van Sant.
El director de Louisville, Kentucky, llega a a Cannes, y precisamente a la Sección Oficial -luego de haber presentado Elephant (Palma de Oro) en 2003, Last Days (Premio Técnico) en 2005 y Paranoid Park en 2007- con The Sea of Trees.
Pero mal que nos pese, en la 68va edición del Festival de Cannes, los «jueces» del cine se han empedernido en reprobar a la mayoría de las películas. Allen, Bercot, Moretti, entre otros, fueron mal recibidos por los cinéfilos periodistas. The Sea of Trees se llevó oficialmente los primeros abucheos en el prestigioso certamen francés.
Van Sant, al que le debe de gustar lógicamente el éxito comercial y los contratos que le permitan vivir como dios, retornó al cine de los estudios. Eso sí, exigiendo guiones con cierto interés y compromiso social, adaptándose a una narrativa que no tiene nada que ver con su revolucionaria vocación estética. – El País.
La película fue catalogada por The Guardian como «un sacalágrimas deshonesto» y Variety la clasificó como un «drama ridículamente largo y tedioso».
«He leído una crítica esta mañana y era muy contundente. Estaba imaginándome que todo el mundo era la misma persona que la escribió y me quedé como si ahora ya supiera dónde estamos. Era algo agradable, pero después me puse nervioso. Sin embargo, cuando presenté Elephant y ganó la Palma de Oro en 2003 hubo peleas tras la proyección sobre si era buena o mala. Algunas personas se pegaron y eso era Cannes», afirmó el director estadounidense.
Así mismo, la pareja protagónica defendió el film ratificando que fue una “gran experiencia” para Matthew McConaughey y una “experiencia memorable” para Naomi Watts.
Coincido con que no es la mejor obra de Gus Van Sant, pero tiene varios puntos positivos que me parecen resaltar después de contar de qué va este film.
The Sea of Trees cuenta el viaje sin aparente retorno de Arhur Brennan, un elegante científico (McConaughey) de Worcester, Massachussets, a un exhuberante, gigante y legendario bosque de Japón: Aokigahara Haunted Forest of Death, elegido ancestralmente como el lugar ideal para morir.
El porqué de esta decisión se irá conociendo mediante los flashbacks que muestran -entre otros problemas- numerosas peleas con su pareja, Joan (Watts), una mujer débil y alcohólica que termina contrayendo una enfermedad casi mortal, la cual le generará una culpa tal que tiene que terminar con su vida.
Decidido a morir, Arthur se encuentra en su “viaje de ida“ con un obstáculo que lo traerá de vuelta. Este impedimento aparece en la presencia de un japonés desesperado por salir de este inmortal bosque, que termina siendo una suerte de señal o quiebre final.
Conference #Cannes2015 – THE SEA OF TREES (LA FORÊT DES SONGES) by Gus Van Sant
Posted by Festival de Cannes – Page Officielle on Saturday, 16 May 2015
Causa suficiente para que las autoridades instalen carteles de concientización ciudadana y varias torres de control supervisen la inmensidad forestal que se abre ante el simbólico Monte Fuji.
En la película se mezclan elementos tan reales como espirituales, los primeros relacionados más con la cultura occidental, y los segundos con la oriental. Van Sant y su legado cultural -principalmente del movimiento beat, la fotografía, el cómic y la música-, se presentan desde el otro lado del mundo con una fuerte carga simbólica japonesa que me parece valiosa.
Es verdad que la película se hace un poco larga, pero la belleza de ese horizonte, el equilibrio de las imágenes y la acertada banda sonora – a cargo de Alt-J– de The Sea of Trees crean escenarios realmente hermosos y muestran otra faceta del tenue y experimental cineasta.