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Berlín amaneció con una gélida lluvia sobre un condensado y gris fondo de nubes: nada del otro mundo, un típico día invernal en la capital alemana. Sin embargo, estas bajas temperaturas no molestaban nuestra jornada, hoy viajábamos a la primaveral Nueva York del siglo XX para revivir la vida de Thomas Wolfe.
En 1920, Max Perkins, un reconocido editor de Nueva York que publicaba a estrellas literarias como Ernest Hemingway o F. Scott Fitzgerald, recibe un borrador de 1000 páginas firmado por un tal «Thomas Wolfe«. Después de varios días de lectura, Perkins ingresa en este nuevo mundo intelectual para percatarse de que estaba leyendo, y a la vez descubriendo, a un genio literario.
Apenas se reúnen, la química de estos dos ingenios brota de la pantalla. Estábamos presenciando el inicio de una fórmula genial. De a poco, los dos literatos van trabajando para llegar a una viable publicación, proceso aparentemente imposible ya que cada párrafo originalmente podía extenderse 4 o 5 páginas. Durante esta sucesión de «acuerdos» y varias reuniones de por medio, la amabilidad de Perkins trata de «domar» el excentricismo de Wolfe.
Tras meses trabajando en conjunto, finalmente se publica ‘Look Homeward, Angel’. Automáticamente éste se vuelve un best seller y su autor se torna aún más paranoico. Punto de partida de una de las películas más aplaudidas de la jornada: Genius.
Me hace acordar a mí cuando me piden que acorte los textos ?. pic.twitter.com/l2veYPH7si
— Victoria Agulla (@Vitussss) febrero 16, 2016
Genius está basada en la premiada biografía ‘Max Perkins: Editor of Genius’ escrita por A. Scott Berg en 1978, la cual ha sido adaptada en 2015 por el guionista John Logan para competir por el Oso de Oro. Este guionista, conocido por sus libretos de Gladiator, Spectre o El aviador, le envió el guión al exitoso director de teatro londinense Michael Grandage, quien contó -en la conferencia de prensa- que cuando lo recibió, sabía que estaba recibiendo una película que venía buscando por años para su debut cinematográfico, no sólo por su narrativa sino también por la confidencia que había entre los personajes. Una oportunidad en la que crear el vínculo era lo principal de la película.
Genius es una apasionante película centrada en la relación paterno filial que mantuvo el editor Maxwell Perkins con el escritor neoyorquino Thomas Wolfe desde que se conocen hasta que éste último muere. Los dos elementos más notorios de Grandage fueron la intachable elección del elenco y la dinámica entre las personalidades.
#Cine@NicoleKidman, @JudeLawFans and @ColinFirth_ in #Genius. At @berlinale – #Berlinale2016. Live from #Berlin: pic.twitter.com/bF1ALUyCHq — Victoria Agulla (@Vitussss) febrero 16, 2016
El director teatral eligió al británico Colin Firth como Perkins, al londinense Jude Law como Wolfe y a la hawaiana Nicole Kidman como su novia. En un triángulo de celos y obsesiones, el realizador se lució al lograr establecer un equilibrio entre el carácter reservado, seguro y tranquilo del editor en contraposición al enérgico, inestable e impulsivo del escritor. De hecho, en la misma rueda de prensa, Firth señaló que lo más desafiante para él fue «poder equilibrar dos energías tan diferentes«; para Law, en cambio, lo más valioso fue «poder celebrar la velocidad y el esfuerzo que tuvieron estos dos individuos para aclarar sus virtudes intelectuales«.
Al mismo tiempo, los dos agradecieron y festejaron poder haber sido «parte» de la vida de tremendo escritor. Firth reconoció que Genius le dio la oportunidad de conocer a Wolfe, a quien no había leído antes, así como a algunos de los escritores más famosos que editó su personaje.
Hey Jude. Un vídeo publicado por Victoria Agulla Tagle ? (@vitussss) el
Jude Law contó que releyó las novelas y las cartas de Wolfe para preparar el personaje y comentó que lo que más le impactó del escritor fue su «deseo de encontrar una nueva voz, ese forzarse a sí mismo hacia una nueva dirección y el luchar para buscar honestidad a toda costa«. Con respecto a la literatura norteamericana de la época, Firth aseguró que «Perkins fue de alguna forma un héroe, pero no de los que están en primera línea. Sin él no se habría conseguido lo que se consiguió«.
En cuanto al desafío de asumir el acento inglés americano, ambos aseguraron que no fue una tarea difícil, sólo práctica: odio, imitación y entonación.
Colin Firth. Un vídeo publicado por NegroWhite (@negrowhite) el
Sin responder a ninguna pregunta en particular, los actores resaltaron el vertiginoso ritmo, la música contextual y el instinto teatral del director. El actor de El Discurso del Rey también destacó la importancia de valorar y reconocer el trabajo cinematográfico de quienes no aparecen en «los medios, las entrevistas y las selfies«.
Finalmente, el guionista dijo que «el Genio» son Max Perkins y Thomas Wolfe, juntos. Y, ni en la Nueva York de 1920 ni en Berlín de 2016, nadie se animó a decir lo contrario, porque esa dupla nos hizo realmente revivir su épico mundo.
Auspicia esta cobertura: Goethe Institut.